Las repercusiones y las muestras de dolor y bronca en torno al asesinato de Araceli Fulles, cuyo cadáver fue hallado el jueves pasado enterrado en una casa del partido bonaerense de San Martín, continúan. Esta vez fue Andrés Orellano, hermanastro de la víctima, pidió hoy que los asesinos de la joven “no salga nunca más de la cárcel”. Además anunció la realización de una manifestación en reclamo de Justicia para esta tarde en la avenida Márquez y 9 de Julio, en José León Suárez, y pidió que todos los que vayan, lo hagan vestidos de negro.

«Hoy hace un mes que empezamos con todo esto de buscar a mi hermana, tratando de encontrarla con vida. Queremos una justicia justa, que no pasen más estas cosas y que la gente que hizo este daño no salga nunca más de la cárcel», dijo esta mañana. Orellano también cuestionó a la investigación realizada en torno a la búsqueda de su hermana, ya que consideró que «fallaron muchas cosas». «Hay algunas que no se hicieron y, si se hicieron, se hicieron mal. Hubo muchas dudas, sabemos cuáles fueron las cosas se hicieron mal. Por ejemplo, dejaron suelto a ese muchacho (por Darío Badaracco, el principal detenido por el crimen), cuando en realidad tenía que estar preso tras las primeras declaraciones», dijo.

Como ejemplo de sus afirmaciones, Orellano afirmó que «cuando Badaracco dijo a los investigadores que fue a la remisería y dijo que estaba cerrada y resulta que estaba abierta las 24 horas. Lo comprobamos nosotros y se lo dijimos a la fiscal, le dijimos que Badaracco estaba mintiendo. Sólo nos escuchaban, pero no hacían nada». Asimismo consideró que «es probable» que los autores del crimen de su hermana «hayan plantado cosas para despistar» a los investigadores y que «no pudiéramos encontrarla», y agregó que, a su criterio, los homicidas «hicieron un trabajo muy sucio».

Finalmente, el hombre dijo que su familia «está unida, pensando en Araceli» y que esa unión les da «mucha energía para salir adelante». Su hermana había sido vista por última vez el 1 de abril y su cuerpo fue hallado el jueves pasado, casi un mes después, debajo de unos escombros en el patio de la casa de Badaracco, en Alfonsina Storni 4477 de Lomas Hermosa, en San Martín.

Ese mismo día fueron detenidos por el homicidio Carlos Damián Alberto Cassalz (34), dueño del corralón donde trabajaba Badaracco; los hermanos Jonathan (29) y Emanuel (25) Ávalos y Marcos Ibarra (32), mientras que a Hugo Martín Cabañas (46) y Marcelo Ezequiel Escobedo (37) los apresaron por «encubrimiento». Mientras tanto, Badaracco escapó la misma tarde del hallazgo del cuerpo pero fue detenido la noche del viernes en el Bajo Flores porteño, a partir de la intervención de un grupo de vecinos que reconocieron al sospechoso mientras deambulaba por la calle.

Según las fuentes, el principal sospechoso, Cassalz, los hermanos Ávalos e Ibarra fueron indagados por el delito de «homicidio agravado por la pluralidad de autores y femicidio», un delito que prevé la pena de prisión perpetua. De acuerdo a los investigadores, Badaracco tiene antecedentes penales por robo y encubrimiento, mientras que Cassalz fue miembro de una superbanda de secuestradores que actuó entre 2001 y 2002, y estuvo preso hasta 2005, cuando fue excarcelado. En tanto, Cabañas y Escobedo son empleados del corralón del Cassalz y están acusados de haber ayudado a Badaracco a huir cuando era buscado por la desaparición de Araceli.