Tras la conferencia de prensa que ofrecieron esta mañana para anunciar cambios en las metas inflacionarias de los próximos años, los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y Finanzas, Luis Caputo, volvieron a hablar con periodistas para aclarar que el impacto de las medidas anunciadas en los precios «será bajo».

Dujovne consideró que la conferencia de prensa «muestra la coordinación del equipo económico» del gobierno y agregó: «Creemos que estamos recuperando la credibilidad». Dos frases igualmente significativas después de varias horas de críticas en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales.

Luego de la conferencia de prensa que presidió el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ganaron espacio las repercusiones que se precipitaron desde los sectores empresarios y desde las consultoras que abordan temas económicos. Los hombres de negocios elogiaron la decisión del gabinete nacional, pero se manifestaron cautelosos ante los posibles efectos en los precios.

Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural (SRA), advirtió en su cuenta de Twitter: «Hay que verificar cómo las correcciones van a impactar en los costos de las empresas agropecuarias (agroquímicos y combustibles). Por otro lado, es importante que se produzca una baja en la tasa de interés, lo que mejorará las decisiones de inversión del campo».

En tanto, la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) también reconoció los anuncios como positivos porque «aclaran las perspectivas a futuro» pero al mismo tiempo advirtió que pueden ser «peligrosos con el dólar escalando y con ajustes de tarifas y aumentos de costos por venir».

Por el lado de los empresarios nacionales, el presidente del IPA, Daniel Rosato, consideró «necesaria una actualización del tipo de cambio porque es un buen camino para devolverle parte de la competitividad a los producto argentinos que quieren competir en el mercado mundial» pero subrayó que «debe existir un consenso con los formadores de precios y los industriales de no trasladar el incremento del dólar a los precios».

Otro que opinó fue el Director de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral, Luis Fracchia: «El ajuste de metas es razonable porque estaba muy forzado el sistema. Pensar que íbamos a tener una inflación del 12% para el año que viene, cuando el consenso de los economistas es el 16,5%, era muy exagerado».

En ese sentido, explicó: «Parece coherente y razonable poner metas que sean más asequibles y más lógicas, que ordenen el objetivo que tienen. La búsqueda del sistema de metas de inflación es modelar expectativas e ir formando lo que pueden esperar los agentes, como ocurre en muchos países que han implementado este sistema, que es el más común en los bancos centrales».

Por el lado de las consultoras, el economista Jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, destacó: «Ya no habrá una banda sino una meta puntual de inflación. De hecho, el ministro de Hacienda fijo un objetivo de suba de precios de 15% para 2018, de 10% para 2019 y de 5% para 2020».

Por otra parte, planteó: «El relajamiento de la meta de inflación no es muy significativo, aumentó sólo tres puntos porcentuales el objetivo para 2018 respecto del techo de la pauta fijada anteriormente por el BCRA (8-12%) y pospuso un año (de 2019 a 2020) la meta de una suba de precios del 5% anual. Sin embargo, el anuncio es positivo porque se acerca más a la realidad y demuestra que el Ejecutivo toma conciencia de que bajar la inflación será un proceso gradual y complejo, producto de la elevada inercia y el atraso de precios relativos (las tarifas y el tipo de cambio) existentes».

De todos modos, Sigaut Gravina avisó: «La meta sigue siendo de difícil cumplimiento. Este año la inflación cierra apenas por debajo del 25% (la velocidad crucero de la suba de precios registrada durante los últimos diez años) y, producto del ajuste de tarifas y la suba del dólar, el verano mostrará un recalentamiento del alza de precios. Eso impactará en los reclamos paritarios y va a ralentizar el ritmo de deflación de la economía argentina».

Otra que elogió el anuncio gubernamental fue la consultora ACM: «La medida tomada es acertada, dado que la meta adoptada por el BCRA había quedado absolutamente desbordada hace tiempo por los acontecimientos, y su permanencia obligaba a la autoridad monetaria a mantener las tasas de interés en niveles exorbitantes en términos reales».

También consideró que una meta más realista «tendrá el beneficio de permitir apreciar de manera más clara los avances en materia de deflación que ha logrado el Gobierno, que hasta ahora quedaban desdibujados por el fuerte desvío respecto a las exigentes metas autoimpuestas por el BCRA, del 60% en 2016 y 2017».