Hay que imaginar un partido de truco. Los jugadores miran las cartas, estudian los gestos de los otros; guiños, levantadas de ceja, corridas de labio. Hay espacio también para “mentir”, para cantar falta envido con 24, asustar a los adversarios y, porque no, a los aliados. Las encuestas corren por arriba y por debajo de las mesas. Este es el clima que habita a todas las fuerzas políticas cuando faltan menos de dos meses para el inicio del año electoral, que será decisivo para el presidente Mauricio Macri.

Elisa Carrió no es ajena a este juego de intrigas. Jefa de su propio partido, la Coalición Cívica, ha demostrado ser muy hábil para los armados electorales, para ubicarse en el centro de la escena. Quizá sea más apelable su capacidad para sostener lo construido una vez que pasa el fervor de la elección, en general lo rompe.

Resurgida como el Ave Fénix, luego de las elecciones de 2011 en las que sacó 2%, Carrió vuelve a tener un lugar preponderante en la galaxia no peronista, hegemonizada en este tiempo por el PRO. En su entorno se confiesan que tiene dos cartas en la mano, una menos que en el truco. Son: anotarse en la competencia en la provincia de Buenos Aires o competir en Capital Federal. Las tres fuentes del núcleo lilito que hablaron con Tiempo deslizaron de modo bastante explícito que, por ahora, se impone jugar en la Ciudad, territorio históricamente amable con Carrió, incluso en sus peores momentos.

Los motivos que esgrimen para inclinarse por esta opción son varios. Uno de ellos es la salud de la diputada, que se sometió a una angioplastía a principios de octubre. “La campaña no puede ser muy exigente”, remarca una legisladora porteña que está en la mesa chica de la Coalición. Para qué negarlo, una campaña en Capital es dar una vuelta a la manzana en comparación con recorrer la extensa provincia de Buenos Aires.

Otro punto son los sondeos. Los lilitos sostienen que cuentan con encuestas que muestran a su jefa cerca de 40 puntos en la Ciudad, en tanto y cuanto sea la candidata de Cambiemos, es decir, del presidente Macri. Del otro lado de la General Paz, donde la patria se “peroniza”, las cifras cambian. Lilita aparece rondando los 23 puntos. “De todos modos es la que está mejor”, destaca un diputado nacional, fiel compañeros de ruta de su jefa. El dato es real. Los otros potenciales candidatos de Cambiemos, los que son más PRO, Jorge Macri, Esteban Bullrich y Carolina Stanley, miden la mitad.

Hay dos elementos decisivos que fortalecen más, por ahora, la posibilidad de competir en la Ciudad. Para la pequeña estructura de la CC es mucho más sencillo controlar una elección porteña. A esto se suma la disputa entre el macrismo local y Martín Lousteau, que no descarta ser candidato por fuera de Cambiemos, recostado en la estructura del radicalismo capitalino que controla Enrique «Coti» Nosiglia.

Esta disputa le da a Lilita mucho espacio para deshojar la margarita y pedir a la hora de negociar. Durante el acto con el que Lousteau conmemoró a Hipólito Yirigoyen, el pasado 12 de octubre, dijo abiertamente que le “gustaría” compartir una lista con la diputada. La semana pasada, aseguran en el entorno de Carrió, Horacio Rodríguez Larreta, que ve en Lousteau a su principal adversario para el 2019, le pidió a Lilita que sea candidata por Capital y, claro, por dentro de Cambiemos. Ambos gestos son una señal clara del enorme margen que tiene la chaqueña para negociar antes de darle el sí a uno de los dos.

Los lilitos no descartan nada. Sostienen que puede haber lista de unidad, PASO para definir y también “otras opciones”, ir por fuera con Lousteau.

Todo eso cambia en el terreno bonaerense. “Ahí la única opción es la lista de unidad”, remarcan, y vuelven a venerar la mayor capacidad de acción y libertad que brindaría competir por Capital.

La duda que habita en la CC es qué no hay ninguna señal del presidente. Saben que Macri prefiere poner uno propio para encabezar en los distritos más importantes, especialmente en su bastión. Es una cuestión de liderazgo. Además, reconocen sus colaboradores, “Carrió es inmanejable” y, por eso, tienen dudas sobre la posibilidad de que reciba el apoyo del jefe de Estado para encabezar la lista. «