El próximo 27 de diciembre, Claudio Alfredo Pérez cumplirá 48 años. El Cabezón, como lo conocen desde joven, festejará el nuevo aniversario lejos de su querido barrio, El Pantano de Monte Grande. Pero no soplará las velitas en soledad: lo acompañará su hermano Daniel y otros hombres que pertenecían a la estructura que había montado para vender cocaína en distintos barrios de la sur del Gran Buenos Aires. Pérez fue detenido la semana pasada en un operativo de 39 allanamientos que ordenó el Juzgado Federal Nº1 de Lomas de Zamora a cargo de Patricio Santamarina. Antes de ser arrestado, había sido investigado durante varios meses, con más de 25 líneas telefónicas intervenidas. Lo curioso es que ya había caído en 2013 por una investigación idéntica, denominada “Pantano Blanco”.

Así lo confirmó la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, quien junto al titular de la cartera de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo; y al secretario de Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, presentaron la novedad en la jefatura departamental de La Matanza.

“Esperamos que, a partir del cambio impulsado por el gobierno del presidente Macri, estos delincuentes que generaron tanto mal en la sociedad sean juzgados, sentenciados y pasen la totalidad de su condena en la cárcel. Acá tenemos detenidos que en 2013 fueron presos por vender droga, por hacer lo mismo que ahora. Pero los liberaron como si nada hubiese sucedido”.

Bullrich no mintió: Pérez había besado la lona por segunda vez. Pero el apuro por montar el show televisivo quizás haya cegado a las autoridades respecto a las consecuencias de la caída de El Cabezón, viejo conocido de la superestructura de la Bonaerense. Esta es la historia que nadie contó y que muchos conocen. La trama oculta de la recaudación ilegal de la policía en el conurbano bonaerense, aceitada por los oficiales que hoy dirigen los destinos de la fuerza más numerosa de Argentina.

Maltida Policía

En mayo de 2013, El Cabezón esperaba a una mujer en la puerta del Bingo de Adrogué a bordo de su Peugeot 308 negro. Era de noche y a pocos metros, aguardaban los oficiales de Drogas Ilícitas de Lomas de Zamora, que conocían su ubicación a través de escuchas telefónicas. Después de muchos meses de investigación, los policías terminarían su trabajo con la captura del líder de la organización vinculada al narcomenudeo. Una investigación compleja, supervisada por el juez federal de Lomas de Zamora Carlos Ferreiro Pella, que se había bifurcado en dos expedientes: uno sobre Pérez; el otro sobre la participación de un grupo de policías que recibía dinero por protección a la organización.

-Teníamos la escucha donde hablaba uno de los hombres de Pérez con su abogado. Le decía que avise en La Colorada que había vigis rompiéndoles las bolas.

El que habla es un comisario que tiene dos pistolas nueve milímetros en el asiento de la camioneta que conduce por el Acceso Oeste. Trabajó en ese caso y pide reserva de su identidad por temor a ser perseguido por la cúpula bonaerense. No es el único. Según su testimonio, “La Colorada” o “La Base” es la Dirección de Investigaciones de Esteban Echeverría, que en aquel tiempo era conducida por Pablo Bressi, actual jefe de la Bonaerense.

-La información sobre los policías que le cobraban a Pérez llegó a Asuntos Internos y no pasó nada. Nosotros lo volteamos. Se convocó a gente de todas las áreas porque fueron 42 allanamientos pero a la DDI de Bressi -en cuya jurisdicción operaba el narco- no se la convocó.

Por eso, luego de tantos meses de trabajo, a los policías que detuvieron a Pérez no les llamó la atención la pregunta de El Cabezón apenas lo subieron al patrullero.

-¿Quién de ustedes es Montan?

Pablo Javier Montan era el brazo operativo de la DDI Esteban Echeverría. Por su parte, El Cabezón no estuvo preso mucho tiempo. Fue liberado por una nulidad en el procedimiento y según las fuentes consultadas por Tiempo, el secretario del juzgado abandonó su trabajo.

En marzo de 2014, Bressi asumió como jefe de Drogas de la provincia de Buenos Aires. Así lo recuerda otro oficial, en un bar de Congreso.

-A Bressi lo engancharon en ese tema y no se olvidó. Cuando agarra ´chapa´, persiguió y trasladó a todos los policías que trabajaron en esa causa. Y puso a Montan en la delegación de narco de Esteban Echeverría. Ellos en persona le devolvieron los autos a Pérez. ¿Sabés cuántos allanamientos hicieron contra Pérez? Cero. El Cabezón siguió operando como si nada. Era intocable.

Según los entrevistados, el vínculo “de la gente de Bressi con el Cabezón” era vox populi dentro de la fuerza y a Montan lo enviaron a La Matanza. Las fuentes añadieron que el sillón de drogas en Esteban Echeverría fue ocupado por Adrián Latrichiana. Este oficial también tiene una historia particular que contar.

En el requerimiento de elevación a juicio de la causa Nº 1156 -«PASTEUR 633 s/atentado Damnificados AMIA-DAIA”- realizado por los fiscales federales Eamon Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman, se cita el testimonio de Juan Carlos Nicolau, policía bonaerense, que ubicó dos concesionarias que eran propiedad de Juan José Ribelli y mencionó al oficial Latrichiana como miembro permanente de la patota que extorsionaba a los compradores de autos “truchos”.

-Si revisás las causas que tuvieron los jefes de la Fuerza, te morís. Y Bressi jubila a los policías con legajos sin manchas. ¿Sabés cuál es el verdadero problema? A Bressi lo engancharon cagando sin papel y se lo facturaron. Entonces copió el modelo Matzkin y se deshizo de gente que no le caía “simpática”. Preguntá el destino de la gente que hizo la investigación en 2013. Y la ultima, ¿a que no sabes quién defiende a Pérez? Broitman, socio de Ribelli. Hay muchas casualidades dando vueltas, ¿no?

Los liceistas

Uno de los oficiales que participó de los allanamientos de la última semana contó que fue el juzgado quien convocó a la Policía para avanzar sobre la estructura de El Cabezón Pérez por “los narco-secuestros que había en la zona”. Esto ocurrió en marzo pasado.

-El Cabezón se sentía intocable. Y durmió. Porque sabían de los allanamientos una semana antes pero creyeron que era información para currarlos. En la causa denunciamos connivencia policial.

Según la fuente, en las escuchas aparecerían oficiales de “la DDI, de Narco, de comisaría y de la Departamental”.

El dato no es nuevo. En mayo pasado, Tiempo publicó en exclusiva una entrevista a oficiales bonaerenses disgustados por el destrato de Bressi. En aquella charla de café, los policías señalaron que al asumir como jefe provincial de Drogas, Bressi nombró a Mario Quintana como director de la Delegación Enlace Aeroportuario y a Pablo Javier Montán en Narcotráfico de Esteban Echeverría. Quintana y Montán habían trabajado juntos en la sede de drogas de La Matanza, donde compartieron destino con Abraham Segundo Jalaf, encargado de «hacer la vuelta», como llaman los policías a la recaudación ilegal.

En febrero pasado, en Esteban Echeverría, dominio de El Cabezón Pérez, Jalaf fue detenido junto a otros dos policías: uno de apellido Ávila, el otro Altamirano, cuando negociaban con un abogado la liberación de zona para la venta de drogas. La causa fue caratulada como «Ofrecimiento de tráfico de influencias» por el fiscal Juan José Vaello, a cargo de la UFI N° 5 de Lomas de Zamora.

-Los tres eran de la División de Enlace Aeroportuario que depende de Drogas Ilícitas. El responsable es Quintana. Cuando Bressi -revelaron entonces las fuentes policiales- trabajó en Narcotráfico de Lomas de Zamora, Quintana era su segundo jefe y Jalaf hacía las cobranzas ilegales. Después Bressi continuó su carrera en La Matanza, donde Quintana y Jalaf lo siguieron. Más tarde repitieron en Quilmes, y en Esteban Echeverría. Ahí se sumaron Ávila y Altamirano. Cuando Bressi llega a la Superintendencia de Drogas, Quintana se hace cargo de la División de Enlace Aeroportuario, y lleva a Jalaf, Ávila y Altamirano.

En aquella oportunidad, los oficiales explicaron el andamiaje que sostiene Bressi.

-La banda de Bressi son Skalla en Lanús, Montan en La Matanza, Quintana en Enlace Aeroportuario, Okursati en Quilmes y De Santis en Dolores. Todos de narcotráfico. Si estudiás en el tiempo encontrás que giraron entre La Matanza, Quilmes, San Martín y Esteban Echeverría.

Finalmente, otro dato a recordar es que el subcomisario Ariel Skalla acompañó al ministro Cristian Ritondo en el Consejo Provincial de Seguridad Pública que se realizó a fines de abril en Mar del Plata. Skalla fue presentado como especialista en narcotráfico y crimen organizado. Antes, había ocupado el sillón de Drogas Ilícitas de Esteban Echeverría mientras El Cabezón Pérez seguía haciendo negocios. A muchos oficiales les llamó la atención su presencia en el coloquio. Pero ahora, con los hechos consumados, nadie duda sobre su pericia para exponer sobre narcomenudeo.

Fuentes

Tiempo Argentino(Tensión en la Bonaerense: crece la desconfianza entre los comisarios y el Jefe Bressi y Los narcopolicías cobran coimas, arman causas y son el terror de los barrios) Télam, Terra, La Nación (1 y 2), DrogasIlicitas.com e Inforegión.