«Hillary ya tiene 250 electores y le faltan sólo 20 para llegar a los 270 y quedarse con la Presidencia de los Estados Unidos», dice el argentino Diego Molinari para confirmar su deseo: una victoria del Partido Demócrata. El oficialismo estadounidense, que cumple dos mandatos de Barack Obama en la Casa Blanca, el próximo martes se someterá a comicios nacionales sin voto obligatorio, donde el bipartidismo de la mayor potencia global lo llevará a batirse en elecciones con el Partido Republicano, que lleva como aspirante al empresario Donald Trump.

De los 324,8 millones de habitantes que pueblan los 51 estados, el 17,24% es de origen latino. En esa constelación, hay más de 250 mil argentinos residentes con posibilidades de votar. En ese río de identidades, el empresario Molinari lanzó «Argentinos por Hillary» para medir y seducir a los residentes criollos nacionalizados en EE UU, para que voten por la exsecretaria de Estado del primer mandato de Obama.

La iniciativa no es una pyme. Molinari es miembro del Comité Nacional del Partido Demócrata, nació hace 44 años en La Plata y vive en Miami: un añejo epicentro caribeño que forma parte de la fascinación (quizás aspiracional) de la clase media argentina, pero ante todo, el estado de la Confederación que más «argentos» nacionalizados tiene.

Son 55 mil en total, dentro de todas las localidades de la península que mira hacia Cuba y penetra el Mar Caribe. «De ellos, pueden votar más de 20 mil», garantiza el business man dedicado al lobby y las relaciones públicas dentro de la consultora Balsera Comunications, que en Buenos Aires tiene como partner a la consultora Tandem, que cuenta entre sus asociados a Hernán «Bubu» Anbinder, actual vocero del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj. El dueño de la consultora con sede en Coral Gables, Florida, es Freddy Balsera, “uno de los hombres que ayudó a Obama a obtener la presidencia gracias al voto hispano” y que “asegura que los candidatos a la Casa Blanca deben hablar de oportunidades y negocios”.

«Ahora que está el tema del FBI por los mails de Hillary, creo que me van a llamar más seguido», bromea Molinari en referencia a la reapertura de una investigación de la agencia federal contra su candidata preferida. La mujer, cuando fue titular de la cancillería estadounidense, tuvo en su equipo al presidente y socio de la consultora, David Duckenfield, exfuncionario del Departamento de Estado.

Molinari viaja a Buenos Aires casi todos los meses por la campaña de los demócratas por el voto hispano. Se encarga de la estrategia digital, un instrumento que el PRO exhibe en la Argentina como una herramienta novedosa. “Trabajamos sobre los contenidos en sitios web, porque tenemos un sistema de inteligencia artificial para anticipar sobre los temas de los que hablarán, y orientar hacia dónde opinará la gente primero”, detalla el hombre de negocios.

“No solo es medición de tendencias, ahora hay un sistema predictivo sobre los temas que rastrea las etiquetas de cada nota en una página, y luego contabiliza cuáles son los más visitados, con eso anticipamos los temas de campaña. Hace dos semanas rastreamos los contenidos y anticipamos cuáles serán influyentes en Florida, como Venezuela y el fuerte antichavismo que hay en la península”, detalla.

En el Partido Republicano existe una agrupación llamada “Hispanos por Trump”, pero no cuenta con ninguna instancia dedicada a seducir argentinos, un mérito que Molinari exhibe como propio para el oficialismo. “Soy miembro del comité nacional y a través suyo formamos ‘Argentinos por Hillary’, cuenta el platense en referencia a la organización pensada, especialmente, a trabajar sobre distritos clave, como el estado de la Florida.

“Los latinos no tenemos la identificación que tienen los afroamericanos. Yo digo que soy argento, no que soy latino, esa diferenciación es muy importante. A diferencia de lo que se dice, las mediciones nos dan que las principales preocupaciones de los hispanos son el trabajo, la situación de la economía, el acceso a la salud, la seguridad nacional y, después, aparece el tema de la inmigración”, explica con tono electoral para describir a Trump. “Lo digo porque Trump es un problema más que una solución para la Argentina, justo en un momento donde volverán a entrar las carnes y limones a Estados Unidos, Trump habla de restringir las importaciones”, ejemplifica luego de recordar sus años en el terruño. “En Argentina me decían que era de derecha y en Miami que soy zurdo”, se ríe el hombre que acompañó al presidente Obama en su gira de fines de marzo y que mantiene un diálogo fluído con el embajador Noah Mamet.

¿Existe realmente una relación tan buena entre Macri y Obama?”, preguntó Tiempo. “Creo que Obama no lo hace tanto por Macri, sino porque Argentina tiene que estar mejor, fuera con (Daniel) Scioli o con Macri. Obama habría hecho lo mismo con Scioli, pero si gana Trump no estoy tan seguro: hay que recordar que dijo que encarcelaría a Hillary y que (Vladimir) Putin era mejor que Obama. Si (Ronald) Reagan hubiera destacado a (Nikita) Kruschev, habría enfrentado un escándalo”, ejemplificó el “argento demócrata” con la certeza de que todo el arsenal digital que se despliega desde Buenos Aires sobre el sur de los Estados Unidos rendirá sus frutos. «