Desde este viernes, los Juegos Olímpicos, la máxima cita del deporte mundial, comenzarán a escribir en Río de Janeiro una nueva página de su glorioso historial con la realización de la tradicional ceremonia de inauguración en el célebre estadio Maracaná.

Los Juegos de Río, los primeros en realizarse en tierra sudamericana, se extenderán hasta el domingo 21 de agosto, lapso en el que más de 10.500 atletas de 206 naciones competirán en 28 deportes.

La llama olímpica llegó el miércoles a Río de Janeiro y, tras tres meses de recorrer todo el país, encenderá el pebetero este viernes. A la ceremonia de inauguración asistirán alrededor de 50 jefes de Estado, entre ellos el presidente de la Argentina, Mauricio Macri. No concurrirán el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el presidente de Rusia, Vladímir Putin; el presidente de China, Xi Jinping, ni la canciller alemana, Angela Merkel.

La fiesta de la inauguración es una incógnita, como es habitual en los Juegos Olímpicos, y lo único que trascendió es que para que el presidente interino de Brasil, Michel Temer, no escuche un posible abucheo, se utilizará un «sistema anti silbidos», consistente en apelar a efectos de sonido cuando pronuncie el discurso de apertura.