Don Letts nació en Londres en 1956 y, entre sus varias particularidades, llegó antes al reggae que al punk, del que resultó una pieza fundamental para su consolidación y crecimiento. DJ y cineasta, viene a Buenos Aires para presentar el estreno mundial Two Sevens Clash (Dread Meets Punk Rockers), su último film, en el marco del ciclo Britania Lado B, que este año hace foco en los 40 años del punk inglés y presenta una retrospectiva armada por el British Council y el Bafici.

–¿Qué es ser punk hoy?

–El punk nunca fue sobre guitarras y peinados, siempre fue sobre el espíritu y la actitud. Las condiciones de 1977 no existen y eso es bueno. Y, como nunca el punk fue sobre imitación sino sobre la libertad y la individualidad, creo que esa actitud les dio forma a muchas de las cosas que existen hoy. El mayor legado del punk de entonces fue el «hazlo tú mismo», algo muy importante hoy en el Reino Unido.

–En su obra y en el punk rock hay una estética especial. ¿El punk fue una nueva forma de ver y sentir la imagen?

–Toda nuestra generación tuvo muchas influencias musicales y del cine. En los ’70 solo teníamos dos fuentes: la música y el cine. Entonces valorábamos mucho la imagen. Y es la razón por la que Inglaterra se llevó todo el crédito: le pusimos la imagen al sonido. Y hoy esa imagen que para nosotros era tan importante, con tanta influencia, perdió poderes. Hay tanta imagen, tal es el bombardeo, que no significa tanto; nada significa tanto. La imagen es un salva pantalla, una pared empapelada. Y todo lo que pasó en los ’70 fue porque teníamos muy poco de eso. Teníamos tan poco acceso a la imagen y a la música, que lo poco que había tenía un gran poder sobre nosotros. A veces Internet y tanta oferta lo hace demasiado fácil.

–¿Por qué la diferencia con respecto a la imagen se dio en Inglaterra y no en Nueva York?

–Para mí, la principal diferencia fue la edad que tenían los músicos de esas primeras bandas. En Nueva York los músicos estaban alrededor de los 25, y en Londres teníamos 20. En Nueva York eran personas que estaban leyendo poesía, novela, ensayos… eran más intelectuales. Y además en Inglaterra estábamos mucho más politizados por la situación económica y la crisis que había. Pero, para mí, la principal diferencia fue la edad: en Nueva York estaban Patti Smith o Richard Hell (& The Voidoids) que tenían otras influencias, más literarias. En Inglaterra compraron la política, y el estilo y la moda.

–¿Cómo siente que lo ven las nuevas generaciones?

–Viejo. Cool, pero viejo (ríe). Ahora en Inglaterra parece que el punk nunca hubiera ocurrido. Todo es muy conservador. Parece que me vieran con cierta envidia por haber vivido ese momento. Hoy, económicamente está tan duro, que ser creativamente libre es muy difícil. Los jóvenes usan todo su tiempo y su esfuerzo en sobrevivir, llegar a fin de mes. Creo que es así en la mayoría de los países. «