Este fin de semana se conoció la salida de Francisco Cabrera de la cartera de Producción y su reemplazo por el economista Dante Sica, un consultor de estrecho vínculo con las empresas grandes, fundamentalmente las industriales. De todos modos, lLos empresarios del sector productivo insisten con un quiebre en la política industrial que trascienda el mero cambio de funcionarios, tal como dispuso el gobierno en las últimas horas para las áreas de economía, finanzas, producción y energía. 

Las pymes de origen nacional nucleadas en Cgera, que la semana pasada reclamaron políticas para controlar las importaciones y recuperar el mercado interno, condicionaron el éxito de la nueva gestión al lanzamiento de un proyecto que contemple las necesidades del sector productivo.

El presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas de Cuero y Afines (CIMA) y dirigente de Cgera, Ariel Aguilar, informó a Tiempo que las empresas pedirán una audiencia al nuevo titular de Producción para informarse sobre los planes para el segmento de las pequeñas y medianas empresas.

Mientras tanto, opinó: “El problema no son los nombres sino el proyecto que se lleve adelante. Aunque Sica es alguien que viene del sector automotriz y se dice industrialista, en una de sus primeras declaraciones manifestó que las importaciones no son un problema y que lo que tenemos que hacer es exportar más. Nosotros decimos que hay que hacer las dos cosas”.

La realidad es que para las empresas representadas por Cgera la expectativa no es buena. Aguilar señaló que con el nombramiento de Sica el gobierno: “No plantea ningún cambio en el esquema de políticas que fundió a 1.500 pymes y a 11 mil comercios además de subir las tarifas. El proyecto va a mantener las tasas de interés tal como están, con lo cual las pymes no se pueden ni se van a poder financiar”.

Salvo en la industria automotriz, donde la designación de Sica, hombre fuerte de la consultora ABECEB, fue muy recibida como “una muy buena noticia”, los demás sectores fabriles pero no terminan de confiar en el éxito de la gestión que viene, si bien formalmente se definen “optimistas” y “expectantes”.

Luciano Galfione, directivo de la fundación textil proteger señaló a la radio Millenium: “Somos optimistas”. Agregó que van “a estar a la par de cualquier persona que venga con ánimo de contribuir al desarrollo porque en el agregado de valor está el futuro del país”.

Sin embargo, un empresario textil con voz y voto en la Unión Industrial Argentina (UIA) consideró esa posición como: “Demasiado optimista” y recomendó: “Ir evaluando con más información real sobre lo q vaya aconteciendo”.

Quejas de la construcción

El titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, también se refirió con moderación a los cambios en el gabinete. En una entrevista radiofónica rescató que el diálogo que existe con los ministros de Cambiemos pero expresó que: “Veremos como sigue la situación en los próximos días y qué pasa con el problema macro que está afectando la industria”.

El acuerdo con el FMI complicó la situación de la obra pública que después de un 2017 a puro crecimiento había empezado este año no electoral con un recorte del presupuesto. Por ese motivo, Weiss adelantó a Tiempo que las empresas están molestas porque no quieren pagar el ajuste y amenazaron con despedir personal en caso de que el gobierno determinara descargar el peso del ajuste sobre su sector.

El dirigente insistió con que sus representados están “preocupados porque el gobierno anunció un recorte del 15% del presupuesto anual de construcción y un ajuste del gasto corriente que no va a ser fácil llevar adelante”. En una entrevista radiofónica el empresario anticipó que “el recorte de obra pública puede ser más importante en 2019” y reclamó decisiones políticas que no afecten actividad el año que viene. “La obra pública no es un gasto si no una inversión”, argumentó.

A pesar de que el oficialismo lanzó este año los Proyectos de Participación Público Privada (PPP) con bombos y platillos, el titular de la Camarco consideró que esos proyectos “son importantes y ayudan», pero aclaró que «el sistema PPP complementa la inversión del Estado y no la reemplaza”.

El también titular de la constructora Eleprint destacó como un indicador de la crisis la caída de las acciones de empresas vinculadas a la construcción, entre ellas Loma Negra. “Si el mercado prevé que habrá menos actividad los primeros heridos son los fabricantes de insumos”, justificó.