La escuela Isauro Arancibia, a la que asisten desde niños hasta adultos en situaciones de extrema vulnerabilidad, se encuentra en situación de emergencia a causa de los efectos sobre el edificio de la tormenta del fin de semana pasado. Cuando comenzaron los reclamos ante las autoridades, la respuesta glacial fue: “Hay varias escuelas que están así.”

Luego de años de lucha y resistencia, la comunidad educativa del Isauro Arancibia logró mantener en pie el proyecto y que en febrero el gobierno porteño que buscaba desalojarlos para darle más lugar al carril exclusivo del Metrobus les entregara una nueva locación. Sin embargo, nuevo no es sinónimo de bueno. Este martes, cuando los docentes entraron al establecimiento, encontraron “el edificio inundado, con techos que se llueven, paredes que chorrean agua, el sistema eléctrico en corto circuito, sin calefacción, con agua turbia saliendo de las canillas y el peligro que es incalculable”.



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Otra vez a la interperie. Los docentes del Isauro, una institución que pelea a pulmón por la educación de los más necesitados y que en lugar de ayuda recibe palos, denuncian que “una vez más la crueldad y el desamparo de las políticas públicas del gobierno de la ciudad, que invirtió millones de pesos en la remodelación del edificio escolar inaugurado este año, pero que no cumple con las condiciones de seguridad, accesibilidad y dignidad que garanticen la tarea de enseñar y aprender. Esta negligencia de las autoridades expone a les estudiantes al peligro y los deja otra vez a la intemperie”. Otra vez a la interperie, dicen los docentes que saben que gran parte de la matrícula del Isauro vive en situación de calle.

Apenas a cuatro meses de la inauguración, luego de una inversión millonaria, el Salón de Usos Múltiples estaba inundado con cuatro centímetros de agua, el comedor y las aulas de planta baja y subsuelo también se encontraban inundados, desde el techo de las aulas del primer piso caía agua, que chorreaba por las paredes, el sistema eléctrico «está en corto» y sale «agua turbia» de las canillas. «El peligro es incalculable», alertaron los docentes. El comedor (inundado) impidió que los alumnos desayunasen allí y lo hicieron en las aulas; en la sala de computadoras también había llovido». 

«Está hecho todo con materiales de mala calidad», denunció la docente en el programa Periodismo.6 en radio Asamblea y agregó que se acercaron los compañeros de UTE y que hicieron la denuncia ante la Defensoría del Pueblo. 

Los docentes señalaron que el nuevo edificio hay “problemas estructurales que aún no fueron solucionados”, algunos de ellos fueron señalados el día desde el día uno. “Hay una grieta en el patio semi techado que fue denunciada ni bien nos entregaron el edificio que aún no fue arreglada; en el Sum, la pared que da al patio semitechado, hay una cañería rota. A su vez la cañería de desagote fluvial no tiene las ménsulas que soporte el peso por lo que  el agua cae sobre el tablero de luz. El sábado tuvo que ser desconectado por la empresa SES por los riesgos que implicaba. En la cocina hay una grieta muy grande en una de las columnas. La calefacción no funciona debido a que el medidor de gas debe ser reemplazado por uno de mayor caudal.Y la lista continúa…”.

La lucha de la comunidad del Isauro por incluir a los –cada vez más– expulsados del sistema educativo se encuentra con infinidad de problemas, por eso su pedido por difundir y apoyar “nuestra lucha” es defender la educación pública como un derecho de todos. Este viernes 21 a las 8.30, en Paseo Colón 1366 organizarán una conferencia de prensa sobre el estado de la situación.