Hace cuatro años, el miércoles 4 de octubre de 2012, Orlando Cruz –portorriqueño, 35 años, peso pluma– publicó un comunicado que revolucionó el mundo del boxeo. «Siempre he sido y seguiré siendo un orgulloso hombre gay.» Se convirtió en el primer púgil en actividad en contar su homosexualidad. Desde ese día, trabaja en la igualdad de derechos de la comunidad LGBT. Lo apodan «El Fenómeno» y sus victorias, en especial la del último viernes ante el mexicano Gabino «Flash» Cota, lo dejaron en la elite del boxeo: el año que viene se enfrentará con el actual campeón de peso pluma por el título mundial. «Estoy enfocado en convertirme en el único campeón del mundo de boxeo gay de la historia», contó el púgil, que deberá boxear ante Miguel Berchelt.

Cruz tiene un récord de 25 victorias –12 por nocaut– y tres derrotas, pero más allá de su gran presente y futuro como boxeador, se destaca fuera del cuadrilátero. Cuando el filipino Manny Pacquiao, retador de Floyd Mayweather en su anteúltima pelea, afirmó que «las mujeres están hechas para los hombres y los hombres están hechos para las mujeres», Cruz salió al cruce del hombre que perdió gran parte de sus sponsors por sus dichos xenófobos: «Me encantaría hablar con él, educarlo y enseñarle que no somos monstruos ni extraterrestres, que tenemos los mismos derechos y obligaciones que todos los humanos.»

En agosto de 2013 le pidió casamiento por Facebook a su pareja, Juan Manuel Colón, con quien se comprometió en agosto de ese año en el Central Park de Nueva York. «No quiero esconder ninguna de mis identidades. Quiero que las personas me vean por el ser humano que soy», dijo el boxeador que participó de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.

Desde chicas posando en mini bikinis con carteles gigantes para anunciar los rounds hasta hombres voluptuosos que pelean con destreza, el boxeo es asociado al machismo. Emile Griffith, histórico boxeador que hace 54 años protagonizó con Benny Paret una de las peleas más recordadas de la historia, en la que Paret quedó en coma y murió diez días después de ese duelo por los golpes de esa pelea, también se declaró gay, pero lo hizo mucho tiempo después de retirarse.

«Ahora me siento libre para centrarme en el boxeo», dijo Cruz. En 2013, en un combate que perdió con el mexicano Orlando Salido, Cruz llevó un pantalón mezcla de la bandera gay y la de Puerto Rico, lo que generó una lluvia de críticas en su país. Para él, esa es la mejor forma de defender sus derechos, tal como expone en su cuenta de Twitter, en la que pone en inglés que es un «boxeador portorriqueño gay, que siempre se sintió orgulloso por ser un gran deportista gay».