El jueves a la noche, en la televisión por cable. Karla Soliz, embretada en el drama de los créditos UVA, fue la protagonista de otra excelente emisión de ADN, el programa de Tomás Méndez. «Soy una de las estafadas por este gobierno. Nos pusieron en una situación donde nos hacen conocer la pobreza. Ya nos juntamos con Fraga, con los gerentes del banco… Son perversos. Te dicen en tu cara que lo mejor que te pasó fue tener un crédito UVA, que mucha gente quisiera estar en tu lugar. Nosotros terminaremos este gobierno debiendo el doble de lo que pedimos prestado. Y los que lo sacaron en el 2016 van a deber el triple. Antes iba a la facultad, me faltan nueve materias para recibirme de contadora: tuve que dejar la facultad y tengo que trabajar 15 horas de lunes a lunes».

Ahora corre el riesgo de quedarse sin nada. Ya lo vimos en España. Ya lo vimos en Estados Unidos. En el primer remate que hagan porque no puede pagar un crédito UVA y el dolor de la gente, iré a transmitirlo. Como aporta mi admirado compañero de la radio, Gustavo Campana, la gran diferencia del actual modelo se ejemplifica en que Néstor Kirchner, tras la crisis de 2001, llegó y evitó todos los remates de los campos de los pequeños productores amenazados por los más grandes, y al mismo tiempo que se le decía no al FMI. Ahora es inadmisible que aparezca Mauricio Macri diciendo que les va a dar un alivio a los adeudados, que es 182 pesos en una cuota de 22 mil. El proceder del presidente es una estafa moral y a la inteligencia. Les habla a los que están desesperados, sabiendo que en cualquier momento les roban su casa, como si diera una buena noticia, un guiño de complicidad. Cuesta creer que mandatario sea tan patán de plantarse a dar una noticia así.

En otro canal, María Eugenia Vidal pasa la factura de todo lo que les ha dado a los medios y a muchos periodistas en la más desvergonzada carrera de comprar voluntades y medios de la que se tenga memoria, superando incluso a  Horacio Rodríguez Larreta, quien tiene a todo el mundo callado. Vidal no paró de decir tonteras que la ponen en riesgo… Lo sabíamos de Macri, pero como ella no hablaba casi nunca no sabíamos lo que era capaz de recorrer. Aparece diciendo que la «pobreza no se va a resolver aunque crezca la economía y vengan tiempos mejores». Y que no iba a resolverse «si no asfaltamos las calles». Con ese tipo de argumentos queda por debajo del país real de esa muchacha, Karla, que conmueve con su testimonio.

Es un verdadero fenómeno político. Esta mujer que pasa por todos los canales no levanta un punto de rating. Le pasó en el canal trucho, hecho mafiosamente con dineros robados por el diario La Nación. Le pasó en el programa político emblemático de TN, la bandera del que fuera el primer canal en audiencia de la TV por cable y ahora quedó segundo o tercero. El programa de Méndez lo duplicó en audiencia, como viene ocurriendo en un amplio segmento. Lo que C5N consiguió es un triunfo brutal de lo periodístico ante el negocio y la campaña política. El país real está interesando bastante más que el país de ficción de los funcionarios.

El viernes, pocas horas después, hubo otro allanamiento a las oficinas de C5N.

El embate del gobierno no se detiene. Son los poderes concentrados, es el Grupo Clarín. Es Macri, quien hace unos días tuvo el tupé de decir que sabía convivir con medios opositores. Pudo nombrar sólo a dos, a C5N y a Página/12, entre cientos de esforzados medios que hay en la Argentina.

Se pudo ver en las imágenes de los propios camarógrafos de C5N que los encargados del allanamiento fueron a buscar algo sin saber qué buscar, que miraban sin saber qué mirar. Tal vez fue para hacernos saber que, para ellos, los tiempos de C5N se acortan. No quieren C5N. Así se comprende el dato periodístico/político de la noche anterior: mientras en unos estudios se hacía periodismo en serio, en otros, mera campaña y no llegaron al 2/3 de la audiencia. Hacen tantos disparates que hasta se podría pensar que, por ello, horas después, mandaron a allanar el canal. Por eso nos buscan. Por eso es que van una y otra vez, no dejan en paz a la emisora.

No les alcanza con tener a los dueños de C5N en prisión política por la infamia de Macri y la infamia de Magnetto, consustanciados por la misma necesidad. Quieren acallar esta voz. Apagarla a como dé lugar: si antes le molestaba, ahora sencillamente los distorsiona. No les alcanza todo el poder económico, ni el contacto estrecho con el poder real que generan y disfrutan. Van contra la voz crítica que el país real puede encontrar. Es probable que gracias a cómo han intervenido los televidentes, a cómo se comunicaron, que en algunas etapas aparezcan más apaciguados. Pero siempre vuelven a la carga. Van contra lo que significa C5N. Le consta que coexistimos muchísimos comunicadores que no piensan necesariamente igual con este periodista, o con Gustavo Silvestre, o el propio Tomás Méndez. Y saben que aquí no se tocó a nadie, al menos, en función de lo que piensa.

Ando por todo el país: puedo corroborar que C5N es la voz de los que no tienen voz en la Argentina, quienes, de otro modo no tendrían otra alternativa que escuchar, estupefactos, a la mafia mediática de TN y del Grupo Clarín. Por eso, quieren apagar C5N. Y que lo hagan los televidentes que pueden tomar esa decisión pero que eligen mantener una fidelidad conmovedora. No lo quieren apagar ellos. Que parezca un accidente. Que tenga relación con algo que no se cumple desde la emisora, atacada permanentemente desde lo económico, lejos, muy lejos de las pautas que les conceden a TN y a tantos otros. Ahogan a los trabajadores que son los que, con su esfuerzo, mantienen por todo lo alto la extraordinaria programación, aun cuando estamos con nuestros propios problemas.

¿Y los periodistas que en otras circunstancias se rasgan las vestiduras? ¿Ahora no tienen nada para decir? ¿Qué dice FOPEA que es un intérprete cabal de los designios de Clarín? ¿No les molesta que C5N sea arrasado? No dijeron nada, tampoco esta vez. ¿Y si un día de estos se dignan a tener un rapto de dignidad?

Terminó el allanamiento. Afuera y en la pantalla sigue el país real que tanto les molesta.  «