El peronismo bonaerense en todas sus vertientes se puso en movimiento para articular los posibles candidatos para las PASO de agosto de 2019 y luego para las elecciones generales. Con todas las posibilidades abiertas, algunos dirigentes, legisladores e intendentes, comenzaron a caminar la Provincia. Una de las incógnitas a develar gira en torno a quiénes respaldarán los intendentes que supieron, el año pasado, generar una nueva conducción de consenso para el Partido Justicialista bonaerense.

Algunas de las posturas a conciliar tienen que ver con los posicionamientos políticos en la interna peronista, entre cristinismo y peronismo no kirchnerista. También es necesario aunar la representatividad del interior provincial y del Conurbano.

Operadores políticos todo terreno del peronismo bonaerense aseguraron a Tiempo que  el objetivo es que todos «los compañeros y compañeras salgan a caminar». «Cuando veamos quién es el que mejor está, nos ponemos todos detrás y vamos para adelante. Si no hubiese acuerdo para acompañar una sola fórmula, habrá dos. Lo que sí se garantiza, no sólo en la provincia de Buenos Aires sino en todo el país, son las PASO en caso de que no haya acuerdo. Y, en ese caso, que las primarias no sean sangrientas”.

Las mismas fuentes remarcaron que ya se visualizan los primeros movimientos para potenciales candidaturas. Las canteras de las que surgen son diversas: legisladores, dirigentes y también intendentes. Para las precandidaturas presidenciales se postulan los diputados nacionales Felipe Solá y Agustín Rossi. En el caso de la gobernación, están el expresidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, entre otros. 

Días atrás, Lomas de Zamora fue el punto de encuentro de al menos una docena de intendentes, la mayoría de ellos del Conurbano. Los jefes comunales unificaron posiciones en torno al reclamo respecto del Hospital El Cruce, de Florencio Varela, acuciado por recortes presupuestarios por parte del gobierno provincial. También circuló la versión de un presunto respaldo de estos intendentes al jefe comunal lomense para ir por la gobernación. Por el momento, quienes estuvieron presentes en ese cónclave eligieron el bajo perfil y no pronunciarse públicamente sobre su estrategia, en plena negociación. 

La mayoría de los jefes comunales peronistas no tienen oposición a la candidatura de Insaurralde y tampoco a la del presidente del PJ bonaerense, intendente de Merlo,  Gustavo Menéndez, o la de la jefa comunal de La Matanza,  Verónica Magario. (Cabe señalar ninguno de estos dirigentes se ha pronunciado sobre su propia postulación.) 

De todos modos, la prioridad está puesta en generar una agenda que tiene que ver con abordar temas como el tarifazo, el acuerdo con el FMI, y las políticas económicas que impactan en la sociedad. Y además de terminar de definir los roles para la campaña del año próximo.

Otro dato político es que, en principio, se buscará que las fórmulas que intenten competir por la gobernación estén integradas por un representante del Conurbano y otro del interior de la provincia. Y no se descarta la presencia femenina, en un momento donde la gestión de María Eugenia Vidal sufre  parte de la crisis que irradia la nacional.

En ese contexto, la exministra de Economía de Daniel Scioli, Silvana Batakis, lanzó en junio el denominado «Grupo Ceibo», que congrega militantes «de todo el país».  Y definió: «Yo conozco la realidad de la provincia de Buenos Aires muy bien».