Desde La Pedrera, San Luis

De remera negra y con aire casual, el gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saá, ingresó al microestadio Arena por el medio de un pasillo humano formado por militantes. Se sentó en la silla que le estaba reservada. El centro de la cancha cubierta, que se suele usar para matches de boxeo o partidos de básquet, estaba convenientemente vacío.  Ese espacio formaba un escenario a ras del piso de 360°, la novedad que en la Argentina impuso el PRO y luego tomó Cristina para su campaña legislativa. El acto comenzó con un tango, que empezó a sonar desde los parlantes. Era la melodía de “Como dos extraños”,  de Contursi y Laurenz, con la letra cambiada. La estrofa del final decía “hay 2019, Argentina soberana será”. Sonó el último compás y entonces sí arrancaron los discursos de cierre del Encuentro de la Militancia Nacional que puso a San Luis en el centro del protagonismo y bajo el radar de propios y extraños. Rodríguez Saá no demoró en lanzar su primera definición hacia el futuro, aunque –aclaró- todavía no sea el tiempo de los candidatos. “Miremos el amanecer de la patria. Este es un camino que se trabaja en unidad”, subrayó.

El evento había reunido durante dos días a más de 3500 personas que llegaron hasta el complejo deportivo oficial de la provincia, en las afueras de la ciudad de Villa Mercedes. 

“Re feliz”, dijo Rodríguez Saá como primera evaluación. Pero no pudo evitar referirse a los dirigentes del peronismo que habían prometido estar y que al final desistieron. Dijo algo similar a lo que había dicho el legislador del Parlasur Gabriel Mariotto, responsable de la organización en San Luis, y primero en usar el micrófono. Ambos se mostraron comprensivos. Diferenciaron entre los que pueden responder a algún interés extraño al justicialismo, los que en realidad ‘juegan’ para Cambiemos, y los que por “responsabilidades institucionales” tienen que ser prudentes, para evitar represalias por parte de un Estado Nacional que usa las transferencias de recursos y la obra pública como armas de extorsión. 

Rodríguez Saá retomó un planteo que el día anterior había hecho el titular del PJ nacional, José Luis Gioja. Dijo que la unidad se construye con una política “de puertas abiertas”. “No les miremos a los compañeros esto o aquello. No agarremos ese planteo del límite, que dice ‘mi límite es fulano’. ¿Cómo vamos a decir que nuestro límite es un compañero? Nuestro límite es el sistema neoliberal. Nuestro límite se llama Mauricio Macri”, remarcó el puntano. En su agradecimiento a los que habían llegado desde lejos, El Alberto valoró el esfuerzo y pidió que todos trabajen para el éxito del próximo encuentro por la unidad: “No necesitamos ser invitados sino que somos todos organizadores.” 

Entre los allegados al gobernador que trabajaron para la cumbre en La Pedrera se mencionó que la nueva cita por la unidad será en un mes. El lugar se definirá entre Mar del Plata, donde la organización quedaría a cargo de los sindicatos, o Escobar, cuyo municipio, gobernado por Ariel Sujarchuk, fue ofrecido por el titular del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez.  

Antes de despedirse, el gobernador de San Luis volvió a mencionar dos frases que a esta altura ya incorporó como marcas registradas de su propuesta para reunificar al peronismo. Dijo que hay que dejar de mirar al pasado. “Cuando uno mira por el espejo retrovisor se estrella”. Y pidió nuevamente “reglas claras” para la definición de fórmulas presidenciales y listas legislativas. 

Minutos antes, Mariotto había desarrollado esta misma idea con detalles y cierto afán didáctico. “Tenemos que prestarle singular atención a la cuestión de la integración. Y cómo hacer que sea posible para evitar que implotemos en PASO fraticidas, que podrían derivar en la existencia de tres o cuatro peronismos, como quieren Macri y (Jaime) Durán Barba. Por eso tenemos establecer el sistema D’Hont (de reparto proporcional) sin piso. Eso permitirá sumar toda la pluralidad, ese tono de colores diversos que caracteriza a nuestro movimiento, y además ayudará al que gane la primaria”, propuso Mariotto.

La idea del ex vicegobernador bonaerense busca comprometer a todos los sectores internos del peronismo con la suerte de la lista que se conforme en las PASO. Si se abandona la distribución proporcional de 3 a 1, entre lista mayoritaria y la minoritaria,  para implementar el D’Hont sin piso, los espacios que incorporen candidatos a la lista común harán campaña con otro entusiasmo, con otro ardor. “La trama del peronismo es un tumulto de ideas y sensibilidades, de corazón y sabidurías. Ese espíritu es superior a la razón individual”, justificó Mariotto. En otro momento de su breve exposición, el diputado del Parlasur mencionó “los aprietes y condicionamientos que hace el gobierno”. Fue una forma indirecta de referirse a la lista de ausentes: sus nombres fueron una de las comidillas de las dos jornadas. 

La tarea de erosión de la Casa Rosada, de hecho, formó parte de todos los balances. Detrás de bambalinas se comentó que dirigentes del macrismo, como el ministro del Interior Rogelio Frigerio, y legisladores del PJ, como el senador Miguel Pichetto, hicieron su parte en el boicot a la convocatoria. Otro rumor que circuló entre los puntanos es que la Rosada le habría hecho una oferta –al parecer sin éxito- al ex gobernador cordobés José Manuel de la Sota. La propuesta consistía en que «el Gallego» se presente como candidato presidencial de una lista que compita por fuera del PJ, lo que produciría el efecto que desea el PRO, más dispersión justicialista. Otro hecho que se vinculó con el encuentro fue la inesperada foto que se sacaron Sergio Massa y Florencio Randazzo tras encontrarse en un restaurante de San Telmo. «