El «pico» de inflación de marzo, que registró una suba de precios del 4,7% y llevó al gobierno a hilvanar una política de acuerdos de precios, inevitablemente tendrá sus coletazos en el mundo del trabajo.

Es que la suba de precios, que en marzo alcanzó un interanual del 54,7% (64% en alimentos) y acumula en el primer trimestre del año un 11,8%, ya pulverizó más de la mitad de los incrementos pautados en las primeras paritarias del sector privado, que se han ido firmando en alrededor de un 23 por ciento.

Por el momento se trata de los acuerdos que suscribieron los sindicatos de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDYC), los empleados de mutuales y los  trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERYH). Los trabajadores de universidades nacionales enrolados en la FATUN están al borde de suscribir un incremento del 16,5 por ciento. Los empleados de estaciones de servicio representados por uno de los integrantes del binomio que conduce la CGT, Carlos Acuña, acaban de firmar por un 28 por cientos. En el rango que va entre un 20 y un 28%, según informaron fuentes de la Secretaría de Trabajo, también firmaron uno de los sindicatos aceiteros, químicos, obras sanitarias y trabajadores de la energía eléctrica.

Más allá de las cláusulas de revisión, que en general contemplan todos los acuerdos, esa pauta ha quedado muy lejos de los pronósticos de inflación para 2019 que, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que recoge y difunde el Banco Central, llegará a diciembre de 2019 a un 36 por ciento.

Si así fuera, la suba de sueldos quedará unos 13 puntos detrás de la inflación, consagrando una nueva pérdida del poder adquisitivo de los salarios de un 10 por ciento. Esta, a la vez, se sumaría a la merma acumulada durante 2018 que, según datos del Indec, para los trabajadores registrados llegó hasta un 11,05% entre enero de 2019 y enero de 2018.

Si se tomaran los datos del sector privado registrado relevados por la Secretaría de Trabajo a partir de informes del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de AFIP, en enero de este año el salario promedio (pautado en $ 39.328 brutos), había crecido 12,7 puntos menos que la inflación interanual de enero (49,3%) consagrando una pérdida del 8,5% en el poder adquisitivo.

Pero además, ese pronóstico de inflación, surgido del relevamiento realizado en marzo por el REM, aún está lejos de cumplirse, toda vez que lo acumulado en los primeros tres meses del año obligaría a una improbable inflación mensual promedio para lo que resta del año de un 2,2 por ciento.

Los primeros roces alrededor de la paritaria ya comenzaron en el estratégico gremio metalúrgico, que tenía pautado un paro nacional para el pasado jueves y que fue bloqueado con una conciliación obligatoria dictada a última hora del miércoles por la Secretaría de Trabajo. Las patronales ofrecen un 8% trimestral con revisiones cada tres meses que, implícitamente, se referencia en una pauta anual del 24 por ciento. En el otro extremo, la UOM, reclama un 20% a abril con la misma modalidad de rediscusión trimestral.

Fuentes de la Asociación Bancaria adelantaron a Tiempo que el próximo viernes habrá una audiencia formal por la paritaria del sector. Consultados sobre el reclamo que llevarán a la mesa señalaron que «no nos gusta adelantar números porque entorpecen las negociaciones» pero, sobre la posibilidad de una oferta del 23% señalaron que «pretendemos seguir teniendo actualizado el salario al compás de la inflación».

El mismo dirigente explicó que «el paro del 30 de este mes incluye el reclamo de paritarias libres para discutir salario pero también las nuevas condiciones que impone la tecnología en nuestro sector y que las patronales no quieren discutir”. «

Más ganancias patronales

Según datos del Indec difundidos el miércoles, durante 2018 el trabajo asalariado resignó 5,3 puntos en la torta de generación de ingresos que fueron a parar al bolsillo de las patronales. El informe de la Cuenta de Generación del Ingreso e Insumo de mano de obra (CGII) señala que la participación en el valor agregado bruto de la economía de las remuneraciones al trabajo asalariado alcanzaron un 47,3% cuando, un año antes, explicaban un 52,6%. Del otro lado las patronales llevaron el excedente de explotación bruto del 37,7% al 42,8%. Ese incremento de 5,1 puntos porcentuales equivale a $ 760 mil millones que los trabajadores transfirieron, vía despidos y paritarias por detrás de la inflación, a los bolsillos de las patronales.
Al analizar cada uno de los ítems que componen ese valor agregado bruto surge que la generación total se incrementó en el último cuatrimestre de 2018 en términos nominales un 45,35%. Es una cifra coherente con los datos de inflación (47,6%) y recesión. Sin embargo, cuando se analiza la distribución de esa generación surge que la parte de las remuneraciones se incrementó un 30% mientras que el excedente de explotación lo hizo en un 64,7%. En la crisis las patronales incrementaron sus ganancias 17,1 puntos por encima de la inflación.
El desglose por sector aporta un dato revelador. En el sector industrial, el valor agregado bruto se incrementó un 46,15% mientras que las remuneraciones totales (tomando en cuenta que hubo 60 mil puestos de trabajo menos) lo hicieron un 24% y las ganancias un 65,5%. Queda claro que el supuesto «industricidio» no lo pagaron los empresarios sino los trabajadores.