Hace apenas siete meses, ARSAT ocupaba la primera plana de los diarios, a partir del lanzamiento del segundo satélite geoestacionario fabricado íntegramente en el país. Hoy la empresa estatal que se transformó en símbolo del avance argentino en ciencia y tecnología de los últimos años volvió a los titulares por la interrupción del desarrollo del tercer satélite, cuyo lanzamiento estaba previsto para el año 2019. Sus empleados, mientras tanto, denuncian las millonarias penalidades a las que se expone la Argentina por el incumplimiento de contratos firmados con empresas extranjeras y el abandono del objetivo social de la compañía.
Los ingenieros que desde hace tres años trabajaban en el desarrollo de ARSAT-3 se enteraron de la suspensión del proyecto por los diarios. Dos semanas antes, Henoch Aguiar, el nuevo vicepresidente de la compañía, les había comunicado que “estaban haciendo lo posible para que el proyecto continuara”. Evidentemente, lo posible no fue suficiente.
“Nos dijeron que no hay dinero y que están evaluando distintas alternativas de financiamiento: de entidades externas, a través de acuerdos con otras operadoras, etcétera”, señalan a Tiempo bajo condición de anonimato. “(Dicen) que el Estado definitivamente no hará ningún aporte al proyecto, que esperan concretar ventas de capacidades del satélite ARSAT-2 y que el tiempo que se toman es hasta septiembre de 2016 para lograr conseguir la financiación”, finalizan.
Más allá de la incertidumbre en la que quedó inscripto el Plan Satelital Geoestacionario Argentino, aprobado por la Ley 27.208 sancionada en noviembre del año pasado, la interrupción frustra el cumplimiento de los contratos ya firmados con empresas extranjeras que incluyen millonarias penalidades. Rodrigo de Loredo, actual presidente de ARSAT, no respondió a ninguno de los llamados ni correos electrónicos de este diario. Sin embargo, en otros medios reconoció la existencia de al menos dos contratos con las compañías francesas Thales (por 49 millones de euros) y Arianespace (por 72 millones de dólares), a quienes aseguró que les pidió “tiempo”. Esta última es la empresa dedicada al lanzamiento de satélites desde su base en Kourou, en Guayana Francesa, que tiene el 40% de participación de ese mercado y por cuya elevada demanda, antes del lanzamiento de ARSAT-2, se reservó una fecha para poner en órbita el tercero de la serie en 2019. Llegar a lanzarlo en esa fecha, sin embargo, “ya no será alcanzable” según el equipo que venía trabajando en su desarrollo.

Mientras tanto, De Loredo, un abogado cuya designación fue cuestionada por su falta de experiencia y por ser yerno del ministro de Comunicación Oscar Aguad, hace oídos sordos a las críticas sobre el abandono del programa satelital y se concentra en otro tipo de desarrollo: el de la fibra óptica.

“De todas las unidades de ARSAT, es la que más inmediatamente puede generar un provecho productivo en lo económico y social”, aseguró al periódico cordobés Infonegocios Semanal. Casualmente su primera aparición pública como presidente de la empresa fue, justamente, para anunciar la llegada de fibra óptica al interior de esa provincia, de donde él y su suegro son oriundos.

Desguace en la Televisión Digital Abierta

“La TDA está siendo desguazada”, advierten los “Trabajadores de ARSAT defendiendo la soberanía”, un grupo de Facebook sostenido desde el anonimato por empleados que están disconformes con la dirección de la empresa bajo la actual gestión. Según denuncian, “se detuvieron las obras para la instalación de nuevas antenas transmisoras (de 32 pendientes, solo se completarán ocho), se frenaron las obras para las nuevas instalaciones domiciliarias, no se están pagando los servicios de instalación doméstica y quedó suspendida la distribución a nivel nacional de los equipos receptores para los beneficiarios del Plan de Acceso Mi Tv Digital”.

Esa detención, advierten, no solo pone en riesgo el funcionamiento de la red actual, sino que complica las posibilidades de llegar a tiempo para el apagón analógico, fijado para 2019 según el Plan Nacional de Servicios de Comunicación Audiovisual Digitales, aprobado por el Decreto 2456 y publicado en el Boletín Oficial en diciembre de 2014.

Dudas por los drones del INVAP

Cuerpo: “La gente de INVAP está más preocupada por los drones militares que por ARSAT”, aseguró Lino Barañao a Tiempo. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva hizo esa distinción durante la entrevista concedida para el primer ejemplar de este diario, publicada la semana pasada. “Es algo que yo creo que habría que continuar. Amerita volver a pensar y lo voy a hablar con la gente de Defensa”, añadió.

Los drones militares a los que hizo alusión fueron encargados por el Ministerio de Defensa el año pasado, con un presupuesto de 2095 millones de pesos, según publicó el Boletín Oficial el 10 de marzo de 2015. El objetivo para el que fueron pensados es realizar tareas de vigilancia en zonas de frontera y en los límites del Mar Argentino, además de pensar en una eventual exportación de la tecnología.