El agrupamiento que reúne a los sindicatos clasistas identificados con los partidos de izquierda impulsó una jornada de lucha hoy bajo la consigna “sin salario, salud, trabajo y alimentos no hay cuarentena.”  La medida había sido resuelta en un plenario organizado en forma virtual el 27 de mayo último del que participaron más de 300 dirigentes sindicales y delegados de todo el país. En ese momento se había acordado un cierre con una movilización y acto a la Plaza de Mayo con una presencia limitada a unos 4 mil trabajadores en virtud de garantizar el distanciamiento social y las medidas sanitarias adecuadas.

El pico de contagios de la última semana que llegó a superar los 1.500 nuevos enfermos diarios, llevó a que las organizaciones convocantes decidieran mantener todas las movilizaciones planificadas en el interior del país pero decidieran reducir la actividad planificada para el AMBA a una conferencia de prensa y acto en el Obelisco que realizaron a las 15 horas con la presencia de unos 500 manifestantes.

Uno de los principales blancos de las críticas fue la conducción de la CGT por su política de sellar un acuerdo con la UIA que habilita suspensiones y reducciones salariales de hasta un 25%. Lo mismo para el gobierno nacional que, a través del ministerio de Trabajo, homologó ese acuerdo. Para los organizadores de la jornada, la orientación general de la economía nacional está llevando a un rescate de los grandes capitalistas a través de las ATP que no exigen la apertura de sus libros y a que «la crisis finalmente la paguen otra vez los trabajadores».

Por eso, la declaración de convocatoria suscripta por, entre otros, el Sindicato Único del Neumático, la AGD UBA, el sindicato Ceramista del Neuquén, La Unión Ferroviaria de Haedo, Ademys y la CICOP, reclama la apertura de los libros de las empresas que tramiten subsidios y reclama “un Fondo de Emergencia con fuertes impuestos a los grandes empresarios, multinacionales y banqueros, y dejando de pagar la fraudulenta deuda externa” para que “ese dinero se utilice para resolver los problemas de la salud pública, prohibir despidos, seguro al desocupado universal de $ 40.000, aumento salarial de emergencia que cubra la canasta familiar con ajuste automático, defensa de las jubilaciones y de la movilidad jubilatoria”.

La jornada produjo grandes movilizaciones en Córdoba, Neuquén, Bahía Blanca, La Plata, Mar del Plata, Mendoza, entre otras, y coincidió con un paro de 24 horas de los docentes de Santa Cruz.
En el Obelisco estuvieron presentes los trabajadores de Nirva y enviaron un saludo los trabajadores de algodonera Avellaneda propiedad de grupo Vicentin.

En la conferencia de prensa, Alejandro Crespo, secretario general de Sindicato del Neumático reclamó que “las centrales tienen que organizar a los trabajadores en un momento donde los trabajadores están sufriendo un momento de debilidad porque cada medida la tenemos que hacer con una opinión pública manejada por los grandes medios”.

Sin embargo aseguró que “el Plenario del Sindicalismo Combativo está marcando el camino”, porque “la pandemia muestra con claridad cómo actúa la burocracia sindical, las patronales y cómo debemos actuar los trabajadores”.  Al mismo tiempo alertó que “el fantasma de la reforma laboral vuela en el aire” y bregó en favor de “la defensa del salario como un tema fundamental para que la nueva realidad no sea flexibilizando los trabajadores”.

Guillermo Pacagnini, secretario general de la CICOP, el gremio de los médicos bonaerenses, aseguró que la actividad fue resultado del “abandono de la burocracia sindical” y que el propósito fue el de “decirle a un gobierno que le paga los salarios a las grandes empresas que ésta crisis la tienen que pagar los capitalistas y no los trabajadores”.

El dirigente de los profesionales de la salud exigió “nacionalizar el sistema de salud privado para generar un sistema único” y denunció el “cinismo de este gobierno que nos acusa de romper la cuarentena cuando cede a las patronales mientras a los trabajadores nos condena a un pérfido dilema. Queremos una cuarentena estricta pero con plenos derechos laborales!” concluyó.

Por último, Rubén “Pollo” Sobrero, reconoció que “no nos gusta estar acá pero nos da bronca ver compañeros que no cobran su salario”. Por eso, explicó “estamos para decir que si las patronales hacen lo que hacen es por la complicidad de esa nefasta burocracia sindical que solo sale para entregar salarios pero cuando hay que salir a la calle se mete debajo de la cama como traidores que son”.
Para el dirigente ferroviario “la cuarentena es cosa de ricos, los pobres no pueden hacerla porque los míseros 10 mil pesos no alcanzan para nada”. Además, denunció, “tanto cacarearon con el impuesto a la riqueza y no pasó nada. Nosotros proponemos un impuesto a los capitalistas para que la plata llegue al sistema de salud” en alusión al proyecto de ley presentado por los diputado del Frente de Izquierda Nicolás Del Caño y Romina Del Pla.