Estos datos surgen de un estudio realizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda que realiza un análisis comparativo con el mismo tipo de ingreso y su poder adquisitivo entre distintos países de la región. 

El informe se dio a conocer un día antes de la reunión que mantendrán los representantes del ministerio de Trabajo, las Cámaras patronales y los representantes sindicales este martes a las 16 horas en el marco del Consejo del Salario Mínimo. Allí el gobierno buscará que el incremento sea de algo más de un 20% en tres cuotas mientras que los sindicatos anunciaron que reclamarán que se lleve al valor de la Canasta Básica Total, hoy en algo más de $14 mil.

Según la UNDAV, a la hora de analizar la evolución del salario mínimo vital y móvil con relación a la inflación general del país el retroceso en la Argentina alcanza un 8,3% desde diciembre de 2015 a mayo de 2017. Según el estudio, la inflación acumulada en el país alcanza un 57% y el salario mínimo se incrementó un 44,2%. La cifra contrasta con Bolivia donde el poder adquisitivo del salario mínimo se incrementó un 16,1% con relación a la evolución de los precios en la medida en que la inflación en del período fue de un 4,1% y la variación del salario mínimo vital y móvil alcanzó un 20,8%. En Brasil lo hizo un 10,3% (inflación 7,8% y aumento del SMVM de 18,9%), Uruguay un 8,9%, Perú un 8% y Paraguay un 1,3%. 

Así las cosas, con la excepción de la Argentina, en toda la región se registró una recuperación del salario mínimo vital y móvil con relación a la evolución general de los precios.

Sin embargo, el informe a su vez analiza el impacto del ingreso sobre diversos productos que componen la denominada canasta básica total (CBT) y establece la evolución, país por país, de la cantidad de bienes de esa canasta que se pueden adquirir con el mínimo. En realidad, el número, indica la sumatoria del total de productos que se pueden comprar de cada uno de los 16 bienes analizados con un salario mínimo vital y móvil. Se los agrupa con el propósito de anular posibles distorsiones.

El SMVM de la Argentina pasó de 6.095 productos a 4.455 en el período lo que implica una reducción del 26,9%. Curiosamente, en este análisis, todos los países menos Bolivia retroceden en su capacidad de compra de bienes de la canasta lo que indica un incremento particular de los precios de los alimentos básicos en la región por encima del registro de inflación general. 

El caso más relevante es el del SMVM del Brasil que, en esta medición, retrocede un 19,3% contra un avance del 10% con relación al índice de precios general. Esta medición permite, a su vez, analizar el poder adquisitivo real del SMVM en cada una de las economías regionales. Desde esta óptica, el SMVM de la Argentina, pasó a ubicarse en el tercer lugar (4455 productos) desde el segundo lugar que ocupaba en diciembre de 2015 con 6.095 productos. Paraguay, a pesar de un retroceso del 6,7%, sigue liderando el ránking regional con 6.788 productos desde los 7.273 productos que se adquirían en 2015. La novedad es Bolivia cuyo poder de compra del salario mínimo vital y móvil escaló al segundo lugar con 5.288 productos cuando en diciembre del 2015 llegaban a 4.265. Brasil mantiene el último lugar pero agravó su distancia pasando de 3.037 productos a 2.450, menos de la mitad de los que se pueden adquirir en Bolivia.