El presidente Mauricio Macri mantuvo una reunión muy particular durante la jornada del martes 16 en el marco de su visita de Estado a China: mantuvo un encuentro con Anning Chen. ¿Quién es Anning? Según el comunicado de Presidencia, es quien “está al frente de la fábrica automotriz Chery Automobile, con sede en la ciudad de Wuhu y presencia en más de 90 países”.

De acuerdo con la información oficial, Macri y Anning hablaron “de incrementar en al menos un 20 por ciento las ventas de unidades (autos) en la Argentina durante este año. Están dispuestos a mejorar la eficiencia de producción en el país e incursionar en los automóviles eléctricos. También expresaron su interés en avanzar en la construcción de embarcaciones para uso civil y militar y de abrir una fábrica de cemento en sintonía con el plan nacional de infraestructura”.

El texto asegura que esta reunión fue “importante” porque “su interés por incursionar en el sector naviero nacional podría llevar a una asociación con la empresa Tandanor”.

Una búsqueda un poco más profunda por bases de datos, como la de Bloomberg, muestra que Anning Chen es presidente del directorio y presidente de Qoros, un joint venture armado entre Chery y Kenon Holdings, una empresa privada israelí que depende de la estatal Israel Corporation y que controla Qoros. Cabe recordar que Chery también es una empresa estatal.

Qoros produce autos que se venden en China, pero hasta ahora no le ha ido muy bien. Según la prensa especializada israelí, el despido de su primer presidente se debió a que durante el año 2014 vendió 7000 automóviles cuando su capacidad de producción es de 150 mil unidades anuales. Las ventas de 2016 subieron a 25 mil unidades.

Anning Chen no viene de Ford. Fue directivo del jount venture entre Chery y Tata Motors por el cual la división Jaguar Land Rover de esta última y Chery construyeron una planta en China que empezó a producir vehículos de alta gama a fines de 2014.

En ese cuadro, llama la atención que el directivo de una subsidiaria especializada en la fabricación de autos que no logra capturar una porción relevante de mercado lleve adelante conversaciones con el presidente argentino sobre asociaciones en materia de construcciones navales, entre otros aspectos.

Chery Corp tiene una división naval, Wuhu Shipyard Co., Ltd. Esa firma estuvo cerca de ir a la quiebra en 2015, año en el que los pedidos de sus clientes del exterior cayeron en un 90%. Tras un profundo proceso de ajuste, la empresa recuperó posiciones en el mercado internacional.

Esta historia adquiere relevancia porque Chery es la empresa que desde hace más de una década representa Franco Macri, padre del presidente, en Argentina y Uruguay.

Aunque era intención de Macri padre instalar una planta de ensamblaje en la Argentina, terminó levantándola en Uruguay, en 2007. Ocho años después, Franco la cerró y despidió a los 350 operarios que aun quedaban allí tras meses de inactividad. La aventura industrial de Chery se cayó de la mano de los incumplimientos empresarios: esperaban una producción de 20 mil unidades anuales y jamás superaron las 7 mil.

Apenas un año después de su inauguración, la sociedad Chery Socma suspendió a todo su personal. En 2010 amenazó con mudarse a Brasil y en 2012 lo mismo. La empresa aducía que los gobiernos de Argentina y Brasil no permitían el ingreso de sus vehículos, pero lo cierto era que a los efectos del Mercosur, eran autos totalmente importados ya que no tenían prácticamente piezas “made in Mercosur”.

Cerrada la planta de Uruguay, para Chery Socma se le presenta ahora un escenario sencillo y que conoce bien: importar autos completos. Esa es la propuesta que Anning le hizo al presidente argentino y que implicará un fortalecimiento de los negocios del padre de éste.