«Voy a hacer todo para que los jugadores lleguen de la mejor manera a los partidos de junio con Los Pumas, esa es la prioridad». En enero, cuando Mario Ledesma aterrizó en los Jaguares para ponerse al mando de la franquicia argentina en su tercera temporada en el Súper Rugby, sus palabras sonaban a una promesa compleja. Sin embargo, hoy está más cerca que nunca de lograrlo. Después de haber sumado cuatro victorias al hilo de visitantes en Oceanía, ganándole a potencias del Súper Rugby, el sentido original de todo este proceso podría empezar a visibilizarse.

Ledesma resumía el objetivo con el que nacieron los Jaguares: tener un equipo competitivo en la NBA del rugby  con una base de jugadores que irían a fortalecer al seleccionado nacional y el estilo de juego compartiendo un mismo calendario. Pero en los dos primeros años esa lógica se dio fatalmente a la inversa: la adaptación al torneo costó más de lo esperado y la maquinaria del torneo, los viajes y las derrotas en cadena terminaron devorándose al equipo y a Los Pumas, que vienen de tener uno de sus peores años.

Por eso, 2018 se presentó como el año de la autocrítica y de la revisión. Apostaron por cambiar el staff de Jaguares con un nuevo entrenador: Mario Ledesma, quizás el argentino que llegó con más experiencia internacional en los últimos años. El ex hooker de Los Pumas, después de retirarse en 2011 en Clermont, tuvo su primera experiencia como asistente del australiano Michael Cheika en Stade Francais, luego fue asistente de Fabien Galthié en Montpellier entre 2012 y 2014, y finalmente llegó al hemisferio sur: estuvo en Waratahs en el Súper Rugby y en 2015, otra vez con Cheika, asumió en los Wallabies como asistente del pack de forwards. «A veces querés que estén todas las condiciones dadas pero después te tenés que dar cuenta de que venís a un país que tiene dos años de profesionalismo contra otro que lleva 20», contó al llegar. Y la otra apuesta fuerte fue la incorporación de un hombre que representa al rugby de clubes como Nicolás Fernández Miranda, multicampeón con Hindú, el club con el juego más dinámico del país.

La impronta de ambos se empezó a ver: los Jaguares consiguieron claridad y solidez en el juego, son un equipo que defiende bien, el scrum volvió a ser una fuente de obtención y de complicación para el rival –Ledesma volvió al agarre histórico por afuera y no por abajo–, el line es eficiente en ataque y defensa, y ya no sufre físicamente en el uno contra uno, ni los últimos 20 minutos. En el ataque son más verticales, priorizan pases cortos para la liberación rápida, se llega al try por las puntas y se generan espacios. En estos cuatro partidos se vio a un equipo ordenado, sin desesperación y manejando los ritmos del partido, algo que siempre fue el punto débil. Es cierto que el staff tomó decisiones fuertes desde el arranque: puso a Pablo Matera como capitán en lugar de Agustín Creevy y relegó a Martín Landajo, titular indiscutido y subcapitán de Los Pumas, para darle el lugar a Gonzalo Bertranou. Pero dieron su fruto. «A este equipo no le duele que se le caiga la pelota», decía en sus primeros análisis Ledesma. En el final de esta gira lanzó: «Estoy orgulloso de estos chicos».

Igualmente, la revisión de la UAR no se quedó en Jaguares. Con nuevas autoridades, se tomó la decisión de quitar la regla que imposibilita de ser parte de Los Pumas a los jugadores argentinos que se desempeñan en Europa. La medida –dicen desde adentro– fue necesaria en el inicio de la franquicia, para imponer una marca y tener a los mejores, pese a que debilitó momentáneamente a Los Pumas. A un año de la Copa del Mundo de Japón 2019, sólo resta definir cómo y desde cuándo volverán los europeos.

Así como el cuarto puesto en el último Mundial de Inglaterra confirmó la evolución que hicieron los jugadores argentinos al ingresar en 2012 en el Rugby Championship y reafirmó que el camino –pese a las derrotas fue el correcto, el cierre sobresaliente en esta primera etapa del Súper Rugby podría confirmar el plan original con que la UAR creó su franquicia: potenciar a Los Pumas. «Vamos a tomar como base lo que están haciendo con Mario», avisó Daniel Hourcade, que fue confirmado en el cargo hasta el Mundial y que se juntará con los jugadores para afrontar la ventana de junio en el medio del receso del Súper Rugby. Los Pumas jugarán ante Gales y otro frente a Escocia. Lo harán con la ilusión de que las victorias se alimentan de victorias.