(enviado especial a Canadá)

La luz alcanza hasta el último rincón de los sets de Arrow en Vancouver, Canadá. Por más que el superhéroe que revitalizó el género en su canal de origen (The CW Television Network en los Estados Unidos; Warner en Argentina) lleve una identidad secreta, la oscuridad no es lo que prevalece en el rodaje. Todo lo contrario. «Como grabamos todos los capítulos de una vez, siempre hay mucho movimiento y bullicio en los sets», comenta David Ramsey, quien en la serie –que este jueves a las 22 arranca su cuarta temporada– encarna a un ex militar y hombre de confianza de Oliver, el Arrow en cuestión interpretado por la estrella canadiense Stephen Amell
«Es muy temprano para decirlo ahora, pero me parece que esta temporada va a tener mucho misticismo y elementos mágicos», se entusiasma Amell, que en Latinoamérica era previamente conocido por sus participaciones en diferentes series de televisión como CSI, The Vampire Diaries, 90210, entre otras. Pero que con Arrow accedió a su mayor fama. «Si miramos para atrás encontramos que las anteriores temporadas iban más por el lado del heroísmo y la identidad; quizá la de este año vaya por el de la esperanza», adelanta el actor, que obviamente, como muchos protagonistas de series de superhéroes, cuenta con muchos seguidores entre el público femenino, y ya es visto como un potencial candidato a pisar fuerte en la pantalla grande.
Con un seguimiento renovado de los códigos del cómic, Arrow propone una historia de ciencia ficción condimentada con romance y humor. Oliver, el protagonista, es un playboy multimillonario que sufre una «transformación» (momento clásico de una serie de superhéroes) que lo hace replantear la relación con su familia y con su novia (Laurel Lance, llevada adelante por Katie Cassidy). Y también a interesarse por la justicia, el mundo social que lo rodea, a través de la figura de un encapuchado: el propio Arrow.
«Es gente que a su manera pelea por ser normal», reflexiona el experimentado Ramsey, reconocido por su participación en la serie Dexter, sobre el carácter en general culposo de los protagonistas del género. «No hay que olvidarse que son tipos que ya sea por capacidad física o mental, son tipos que tienen aptitudes extraordinarias que no siempre eligieron. Y que su lucha (y parte importante de su atractivo) es tener un uso responsable de esas aptitudes. Y al mismo tiempo poder llevar una vida dentro de todo normal.»
En ese sentido, Arrow parece haber aprovechado muy bien esa disyuntiva original de la que habla Ramsey, ya que el Oliver de Amell no tardó mucho en generar una fuerte empatía en su audiencia. Al punto que ya hoy el show se convirtió en la punta de lanza de otros dos programas asociados: Flash (comandado por Grant Gustin) y Legends of Tomorrow (centrado en el personaje Atom encarnado por Brandon Routh). «Hay que entender que a diferencia de las películas que cuentan con superestrellas de Hollywood a las que tenés que pagarle una entrada para verla en la pantalla grande, nosotros accedemos al público de una manera mucho más directa. Por ahí, la misma persona que se arregla para ir al cine para verlo a DiCaprio o Tom Cruise nos ve a nosotros al día siguiente en ropa interior. Hay una intimidad mucho mayor», agrega el intérprete de Diggle a la hora de explicar el porqué del auge de la temática de superhéroes de los últimos tiempos.
Amell está de acuerdo: «Me gusta cómo se ha expandido el Universo DC (los personajes correspondientes a esa editorial de comics) durante todos estos años. Me parece genial. Y en lo actoral me permite participar sin cargar con el protagonismo. Me pasé hace poco filmando Teenage Mutant Ninja y también cuando pasé por Flash y The Legends of Tomorrow fueron experiencias nuevas, ideales para hacer a mitad de una temporada larga”.

–Se suele hablar de las altas exigencias físicas que conllevan encarnar a un superhéroe. ¿Tuviste que afrontar alguna preparación extra para esta cuarta temporada?
–Si necesitan que Oliver pelee con un palo de hóckey o un bate de béisbol, no tengo problemas, soy bueno en eso. Pero otra cosa es la pelea callejera y más «criminal». Eso necesita una mayor preparación. No tanto en lo físico sino en el saber: tener un repertorio de tomas o movimientos. Y eso es lo que traté de incorporar.

Pero por supuesto, uno de los puntales de la serie (y secreto de su éxito en Estados Unidos) es la enredada relación entre el protagonista y Felicity, la asistente del departamento de tecnología e información, interpretada por la ascendente Emily Bett Rickards. Inteligente y sensible, el secreto enamoramiento de Felicity por Oliver pronto llega a buen puerto y ocupa buena parte de los últimos arcos argumentales de la serie. «En este punto de la historia es interesante ver quién de los dos está más contento con la relación; quién se ha podido liberar de sus angustias y alcanzar la paz. La resolución va a sorprender a más de uno», suelta Amell.

–¿Alguna vez sentiste que el hecho de estar haciendo una adaptación de la historieta podía limitarte a llevar el personaje hacia un lugar interesante como actor?
–Nunca. Leí los comics sin empacharme y realmente confío en el personaje que terminamos construyendo. Mi Oliver Queen tiene su propia idiosincrasia. Y está bien: tampoco el Batman de Ben Affleck es como el de Christian Bale.  Mi Arrow es mi Arrow y el de los comics es de los comics. El hecho de que efectivamente me parezca físicamente al Arrow de las revistas tiene su costado cool. Pero realmente buscamos crear nuestro propio Oliver Queen. Y creo que lo logramos.  «

Dos amigos con distintas filosofías

Uno de los puntos altos de Arrow es la fuerte relación de amistad (no exenta de conflictos) entre las dos principales figuras masculinas de la serie: Oliver y Diggle; ambos, con sus identidades secretas en las noches. David Ramsey, el actor que hace de Diggle, con sobrada experiencia en los sets de televisión, da su parecer sobre el vínculo. «Diggle es un tipo que encontró su propósito en la vida a partir de conocer a Arrow. Tiene una esposa y una hija en su casa. Pero también el crimen de su hermano por resolver».

–¿Qué diferencias encontrás entre Oliver y Diggle?
-Diggle es del ejército. Siempre piensa en equipo, en llevar adelante un grupo humano. Oliver, en cambio, es un lobo solitario. Le gusta resolver los casos solo. Está claro que son dos filosofías diferentes. Eventualmente se ponen de acuerdo. Pero lleva su tiempo.
–Encarnás un personaje que lidia con las responsabilidades de ser padre. ¿Creés que ser un buen padre a veces puede ser más difícil y heróico que ser un buen superhéroe?
–¡Sí! ¡Totalmente! De hecho, en esta temporada vamos a poder ver varios conflictos entre Diggle y su hija. Y no me extraña.
–¿Qué súper poder te gustaría tener en la vida real?
–Sin duda: leer la mente. Para protegerme a mí mismo del peligro. Pero también para poder anticiparme al pensamiento de mi esposa. Eso me sería de mucha utilidad (risas)