Piet Gunning, integrante del seleccionado neerlandés de hockey sobre césped subcampeón en el Mundial de Argentina 1978, confirmó que asistió a la tradicional ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo en plena disputa del torneo junto con su compañero Hans Jorritsma, quien se negó a recibir su medalla de plata por oposición a la dictadura de Jorge Rafael Videla, y recordó su temor a que lo arrestaran «cuando aparecieron soldados armados desde todos los rincones».

«Durante el torneo tuvimos un día libre, sin entrenamientos ni partidos. Hans Jorritsma había dicho que quería ir a la Plaza de Mayo, donde las Madres protestaban ese día. Decidí acompañarlo», afirmó Gunning en una entrevista con Télam, a 43 años del Mundial ’78, en el que su seleccionado perdió la final ante Pakistán por 3 a 2 en un partido disputado en el Campo Argentino de Polo y dirigido por el árbitro argentino Horacio Servetto.

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«De repente, vi a un oficial armado que estaba mirando directo a mi lente. Me asusté de inmediato. No sabía cómo hacer para guardar mi cámara lo más rápido posible. No sabía si me arrestarían o no», recordó Gunning, quien fue titular, como atacante, en dos de los ocho partidos que disputó su equipo en el Mundial ’78: en la goleada sobre Irlanda por 5-2 y en el triunfo con Australia por 3-2.

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(Foto: Telam)

Gunning, cuyo padre, también llamado Piet, ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, nació hace 69 años en Bloemendaal, jugó trece encuentros y anotó un gol con el seleccionado de su país. 

-¿Cómo fue ir, junto con su compañero de equipo Hans Jorritsma, a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo?

-Durante el torneo (creo que después de una semana, o algo así) tuvimos un día libre, sin entrenamientos ni partidos, para poder relajarnos. El equipo creo que fue en un paseo por el río, pero quien quisiera hacer alguna otra cosa era libre de hacerlo. Hans Jorrtisma (quien escribió un artículo para una revista semanal llamada Vrij Nederland -Holanda Libre-), decidió visitar a las Madres de Plaza de Mayo. Yo decidí ir con él. Recuerdo que las Madres hicieron su vuelta a la plaza y Hans (un hombre joven, alto y rubio que tenía casi el doble de tamaño que la mayoría de las mujeres) empezó a caminar junto con ellas. Las Madres empezaron a hablar con él y, en el lapso de unos minutos, estaba rodeado por docenas de ellas. Parecían Cristo y sus discípulos. Tengo un recuerdo vívido de Hans rodeado por los rostros de las Madres a la altura de su pecho.

¿Sacó fotografías en la Plaza de Mayo?

-Sí. En aquel entonces yo era un fotógrafo amateur. Tenga en cuenta que en aquellos días no había teléfonos celulares con cámaras. Era una cámara Canon original, con distintas lentes y todo el equipamiento. Primero caminamos alrededor del centro de la plaza junto a las Madres. Luego, yo me retiré unos pasos y saqué la cámara de mi bolso para tomar fotografías de Hans entre las Madres. Envié las mejores a Vrij Nederland para que las publicaran en el artículo que Hans escribió y que salió unas semanas después. Cuando miraba a través de la lente de mi cámara tenía a Hans y a las Madres en cuadro. De repente, soldados armados con ametralladoras llegaron desde todos los rincones. Uno de ellos apareció en mi lente, sin saberlo y sin esperarlo. Las ametralladoras daban miedo. Se veían enormes a través del lente de un pacífico holandés, ¿sabe? Sentí ansiedad por no saber si sería arrestado o no. Escondí mi cámara y, lentamente, los dos volvimos al hotel. El hecho fue áspero y real. Nosotros habíamos ido a jugar al hockey, no a protestar contra el régimen militar. Pero ir a Plaza de Mayo, tomar fotografías de las protestas de las Madres con Jorritsma, que Jorritsma no le diera la mano a Videla y que luego escribiera en la revista fue lo que él quiso y pudo hacer. Yo solo lo respaldé.

Tim Steens, que fue su compañero en el seleccionado, reveló en 2011 que el plantel «mantuvo varias charlas» para decidir si participaba del certamen y otra si, en caso de ganarlo, recibiría el trofeo de manos del dictador Jorge Rafael Videla.

-Fui elegido sobre la hora, pocas semanas antes del inicio de la Copa del Mundo en Argentina. no tengo recuerdos de discusiones en el equipo antes de viajar a Argentina.

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(Foto: Telam)

-¿Qué recuerdos tiene del torneo?

-Recuerdo que el día de nuestra llegada fuimos transportados por un bus del aeropuerto al hotel en el centro de Buenos Aires. Íbamos escoltados por al menos cuatro autos de policía con soldados/policías armados que se asomaban por las ventanillas exhibiendo su poder. Algo bastante inusual para nosotros, que vivíamos en un país libre sin personal armado visible en esos días. Yo acababa de cumplir con mis dos años de servicio militar obligatorio en la Fuerza Aérea, pero no había visto allí ese tipo de comportamientos. Durante la Copa del Mundo fuimos escoltados cada vez que nos trasladábamos entre el hotel y los campos de entrenamiento. Nos terminamos por acostumbrar, aunque recuerdo a Hans Jorritsma tomando notas en un pedazo de papel durante nuestro primer encuentro con estos guardias armados en el primer día. Fue la razón por las que les tomé las fotografías a aquellos hombres.

¿Por qué Jorritsma se negó a recibir la medalla de manos del dictador Jorge Rafael Videla?

-Negarse a darle la mano a Videla fue su manera de expresar sus sentimientos en aquel memento acerca de toda esa situación.

-¿Jorritsma fue sancionado por la Federación Neerlandesa de hockey por esa negativa?

-No, no fue sancionado. Pero parte de la comunidad holandesa de hockey, en general, no compartió su accionar. Si el equipo holandés no hubiera perdido la final, este desacuerdo habría sido menor.

-¿Sabe qué hizo Jorritsma luego del mundial? ¿Jugó o trabajó en el hockey holandés después del episodio de la Copa del Mundo de 1978?

-Se retiró como jugador de la selección holandesa de hockey. Pero Jorristma luego fue elegido entrenador de la selección de 1987 hasta 1990 y de 1991 hasta 1993. Fue campeón del mundo en Pakistán 1990. En 1994 fue el entrenador de Pakistán y volvió a ganar el título de campeón del mundo. Y se convirtió en un exitoso entrenador en el torneo nacional, para después convertirse en un muy respetado manager de la selección holandesa de fútbol.

Ron Steens, capitán del seleccionado neerlandés de hockey sobre césped subcampeón en el Mundial en Argentina en 1978, aseguró a Télam que ningún jugador del equipo le dio «un apretón de manos» al dictador Jorge Rafael Videla en la ceremonia de premiación.

-Luego de haber perdido la final contra Pakistán estábamos todos muy decepcionados. Pero también hubo una breve y estresante discusión en los vestuarios poco antes de recibir la medalla de plata. Hans había decidido no participar de la ceremonia porque no quería darle la mano a Videla, quien iba a estar en la entrega de premios. Todos los demás decidimos asistir porque el deporte era el principal motivo de nuestro viaje a la Argentina. Habíamos viajado con un objetivo: ser campeones del mundo. La política y los derechos humanos eran, desde nuestra estrecha concepción de atletas, menos importante.