Daniel Gatica, médico residente del Hospital San Vicente de Paul de Orán, en la provincia de Salta, anunció su renuncia públicamente en redes sociales tras haber sido atacado por familiares de un paciente que perdió la vida tras contraer coronavirus. Los agresores no solo apedrearon la guardia del nosocomio sino que lo agredieron físicamente.

“Hoy viví, uno de los días más triste de mi vida como profesional, hoy sentí el peso de esta maldita pandemia. Hoy 13 septiembre dije basta. Fueron 12 días de puro estrés; de solo dar malas noticias, de tener que estar en todos lados, de no dormir, de comer lo que venga, de no tomar agua por horas y horas, de no poder ir al baño porque, hasta nuestro espacio físico de residencia nos sacaron”, arranca la misiva pública que el médico residente posteó en su Facebook.

En un crudo relato, Gatica advirtió: “Estoy cansado de tener 3 óbitos en una tarde o 5 en una noche y saber que nunca hay cama en terapia, que estamos solos, que no hay que molestar y arreglarse con lo que hay. Días y días de guardia en emergencia donde hace más de un mes el oxígeno es un lujo. Me cansé de atar con alambre, de hacer lo imposible, de seguir protocolos que sabemos que no sirven, de tener que elegir a quien dar una cama y a quien darle un tubo de oxígeno semivacío y una camilla o una silla”.

Salta registra 94 muertos y más de 6.700 infectados. La situación en esta provincia se replica en el resto del país, donde los trabajadores de la salud y los establecimientos sanitarios están al límite. Tal como publicó Tiempo ayer, el 45% de las internaciones por Covid ya están fuera del AMBA y se multiplicaron por 5,5 en solo un mes.

Hace cinco semanas atrás, el Ministerio de Salud de la Nación precisó que de las 1293 camas de terapia intensivas ocupadas por pacientes de coronavirus, apenas solo 252 pertenecían al resto del país. Hasta este fin de semana, en cambio, los pacientes críticos fuera del AMBA son 1386, según se informó.

Gatica se preguntó si vale la pena el esfuerzo si después de todo, recibió “una agresión física y al alma de una sociedad hipócrita e injusta que cuando se tenía que cuidar, todo era joda y joda, y hoy lloran a sus muertos y reclaman atención”.

“Hoy digo basta. Hoy siento que fracasé. Hoy dejo el lugar que amé, el lugar que me enseñó, que me guió, que hizo lo bueno y lo malo que soy”, agregó el médico, quien insistió: “Hasta aquí llego mi salud mental, mi esfuerzo físico y espiritual, no da para más. Esta pandemia sacó lo peor de todos”.

Hace unos días atrás, diferentes asociaciones que nuclean a profesionales de la salud emitieron duros comunicados con la idea de concientizar la sensible situación que atraviesan los establecimientos sanitarios del país. “Estamos en el punto límite del agotamiento, la desesperanza y la incomprensión”, dijeron, por caso, desde la Asociación de Enfermería de la Capital Federal.

“Parece haber dos realidades: una es la de los hospitales con la lucha brutal y desigual contra la enfermedad y la muerte; otra es la de las calles y las plazas con cada vez más gente que no guarda las distancias y no se protege”, explicó la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata. Las frases pertenecen a tres de los comunicados publicados esta semana por organizaciones que nuclean o forman al personal que hoy multiplica sus esfuerzos para evitar que el coronavirus siga matando.