El salario de los argentinos se derrumbó en 2018 y llegaría al piso más bajo desde 2002. Un informe de la consultora Invenómica -basado en datos del ministerio de Trabajo, del Indec y de la inflación medida por el Congreso-, advierte que “en 2018, la caída del poder adquisitivo de los asalariados del sector privado se ubicaría en torno al 11%, la más elevada desde el 2002, año en el cual la contracción se ubicó en un 25,4%”.

Entre 2016-2018, el salario privado cayó en el orden del 13%. En 2016, perdió un 5,6%; en 2017, subió un 3,6%; en 2018, cerraría con un 11% abajo, de mantenerse la tendencia en el trimestre que falta.

“Las cifras del primer semestre de 2018 ya vaticinaban una situación muy complicada para los trabajadores en 2018”, continúa el informe y agrega: “El poder adquisitivo de los asalariados del sector privado registró una pérdida del 5,2% en los primeros seis meses”, mientras que “esta caída se acentuará en el segundo semestre dada la fuerte aceleración de la inflación (entre otros motivos, por la brusca devaluación del tipo de cambio)”.


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Si bien el informe no profundiza sobre la evolución de los salarios del sector informal de la economía, históricamente la remuneración del empleo en negro ha sido más baja que la del sector registrado. Los trabajadores informales son un tercio del total, según el Indec.

A la hora de analizar el fenómeno por regiones, se destaca que el Noreste sufrió una contracción del 7,9% y el Noroeste, del 7,7%. En el otro extremo, la región pampeana (que concentra el 75% de los trabajadores registrados del país), tuvo una caída del 3,6%.

El informe explica que estas cifras surgen del Ministerio de Trabajo, en cuanto a la evolución del salario registrado, y al Índice de Precios al Consumidor publicado por el Indec (periodos 2002-2006 y 2016-2018) y el IPC Congreso (2007-2015), para medir la inflación.

Es imposible saber cuál será la evolución del salario en el año próximo, pero difícilmente el salario pueda recuperar 13 puntos porcentuales con respecto a la inflación. Por tanto, la gestión de Cambiemos probablemente terminará con un saldo negativo en el bolsillo de los trabajadores.