Sergio Rotman difícilmente se quede quieto. El Siempreterno, Mimi Maura, Los Sedantes, Los Fabulosos Cadillacs y alguna aventura más ocasional: todo eso y a veces –casi– al mismo tiempo. Su intensidad natural se traduce  en ritmos varios –post punk, rock, hardcore, reggae, boleros, ska, nación alterlatina– y obsesiones descarnadas –Dios, la muerte, el sentido de la vida, los estimulantes legales e ilegales–. Ese pulso febril también lo transforma en un suceso noticiable crónico. Esta vez las novedades pasan por el regreso de El Siempreterno, el flamante disco En vivo, 5 años en 5 segundos y su alejamiento de Los Fabulosos Cadillacs. 

“Después de siete años instalados en Puerto Rico más allá de que veníamos varias veces al año, nuestro hijo terminó el secundario y decidimos volver a radicarnos en nuestro país. ¿Si es definitivo? A Mimi (Maura) y a mí nos encantaría, pero no sabemos. Este gobierno sólo trabaja para sus propios negocios. No es nada que no haya visto antes. Pero veníamos de 12 años donde la gente podía disfrutar al menos de lo básico”, reflexiona Rotman. 
–¿Por qué se fue Ariel Minimal y cómo llegó Hernán Espejo?
–Desde el primer día Ariel me dijo que su participación en el grupo tenía fecha de vencimiento. Finalmente sintió que había llegado el momento a fines del año pasado. No nos molestó su decisión. Nos dio tristeza, pero lo aceptamos. Él nos sugirió a Hernán Espejo y ahora estamos trabajando para encontrar la química de esta nueva etapa. Vamos a tocar hasta diciembre y después veremos si nos sentimos cómodos y empezamos a componer. 
–En vivo, 5 años en 5 segundos es un disco realmente en vivo en tiempos en los que ya no existen.
–Exacto. Desde hace rato todos los discos en vivo son falsos. Están híper manoseados. El nuestro podría sonar mejor. Pero privilegiamos lo real en una noche muy emotiva.
–¿Por qué te fuiste de los Cadillacs?

–Los Cadillacs son mi casa y me gustaría volver algún día. Pero si no se da, seguiré feliz y valorando todo lo que la banda me dio. El punto es que en este momento no creo que me necesiten. Nos llamaron y el disco (La Salvación de Solo y Juan) ya estaba resuelto. En los Cadillacs todos teníamos ciertos roles. El mío no era sólo tocar el saxo. Si no tengo espacio para componer y sumar arreglos, no me siento feliz. Figuro en los créditos del disco porque pertenezco a la sociedad Los Fabulosos Cadillacs. Pero no estoy ahí. Me corrieron de la matriz creativa de la banda y decidí irme. No está en mi forma de ser quedarme por dinero.  «