La declaración del “imputado colaborativo” Alejandro Vandenbroele ante el fiscal Jorge Di Lello complicó a funcionarios del gobierno de Formosa (aunque dijo no conocer a Gildo Insfrán), y al banquero Jorge Brito. Otro banquero, Raúl Moneta, también quedó muy salpicado, pero en su caso y por una circunstancia desgraciada –su estado de salud- no podrá sufrir persecución penal alguna. Pero redujo al ex vicepresidente Amado Boudou a un protagonismo conjetural en la denominada “Causa Ciccone”.

Vandenbroele confirmó que conoció a Boudou en el juicio oral por la imprenta Ciccone Calcográfica. Que nunca tuvo trato, de ninguna índole con él, pero sí con su amigo de la infancia José María Núñez Carmona.

“Recuerdo dos veces haberlo visto a Boudou y nunca tuve contacto directo, siempre ocasional y con mucha gente, nunca hablé con él directamente. Recuerdo una vez que yo estaba con Núñez Carmona en el Ifresh Market, frente al Hilton, y entró Boudou con un grupo de siete u ocho personas y se sentaron en nuestras mesas. La reunión duró unos minutos y nada más. Estaba en la otra punta y no cruzamos palabra. Se acercó al reconocer a su amigo y ese fue el momento en que lo tuve más cerca.”

Según Vandenbroele, Núñez Carmona es el personaje clave de la historia. ¿Testaferro de Boudou o vende humo?

Según la declaración, a la que accedió Tiempo, Núñez Carmona fue novio de una prima hermana de Vandenbroele, Guadalupe Escaray, y ambos se alojaron “por unos días” en el departamento que el arrepentido habitó en Nueva York. Se reencontraron casi por casualidad en “el segundo semestre de 2009”, en el bar Liber & Liber (Libertador y Libertad). “Núñez Carmona me golpea la ventana del bar para saludarme.”

Vandenbroele asistió a Núñez Carmona “en distintas operaciones en las que él estaba participando, como la adquisición del Canal 10 de Mar del Plata, de propiedad del señor (Jorge Aníbal) Pérez, y la potencial adquisición de Telefe”. La compra de Canal 10 “era un tema de Núñez Carmona, ya que él era el empresario, el emprendedor. Boudou era el simpático y con llegada en la gente. El cerebro, el que hacía negocios, era Núñez. Cuando lo conozco en Nueva York ya tenía plata, y Boudou no”, declaró el arrepentido.

Vandenbroele compró la empresa The Old Fund SA (TOF) mucho antes del intento de rescatar Ciccone. Contrariamente a lo que se suponía, TOF no fue creada para la operación Ciccone. “Dado que yo entendía que mi actividad profesional independiente comenzaba a tomar vuelo es que adquiero TOF. Decido adquirir dicha sociedad en vez de constituir una nueva a efectos de acelerar trámites engorrosos.”

Vandenbroele reconoció que la reestructuración de la deuda de la provincia de Formosa fue una “simulación” y que ese negocio se lo acercó Núñez Carmona. “A comienzos de 2010 me comentó que el tema relativo a la reestructuración de la deuda de Formosa se estaba reactivando. (…) Me detalla que la operación constituía en simular un asesoramiento”. El fiscal Di Lello le preguntó si había realizado algún trabajo en concreto: “fue una simulación, no realicé ningún trabajo”.
Vandenbroele no respondía a Boudou, según él mismo afirmó. “Mi relación de confianza era con Núñez Carmona, y él tenía confianza con Boudou”.

Fue la familia Ciccone la que buscó a Núñez Carmona para intentar un salvataje de la imprenta. Lo hizo a través de Guillermo Reinwick, el yerno de Nicolás Ciccone. Al declarar en la causa, Reinwick dijo que Núñez Carmona lo había exhortado a “no sacar el culo a la jeringa” y le había advertido que si declaraba contra el vicepresidente le iba a «meter un tiro» a uno de sus hijos.

Vandenbroele lo desmintió. «Yo nunca escuché que coaccionaran a los Ciccone. Núñez puede ser una persona insistente y vehemente, pero no me consta que sea agresivo”. Por el contrario, del relato se desprende que el yerno de Ciccone siempre supo de qué se trataba: “En todo momento Reinwick actuó por su propia voluntad, siempre interesado en el tema, entiendo que por un tema familiar pero además persiguiendo algún beneficio económico.»
Vandenbroele introdujo a Eduardo Duhalde, quien siempre sobrevoló pero nunca había aterrizado en el expediente.

“Boudou le había comentado (a Núñez Carmona) que habría un interés político en que Ciccone no cayera en manos de una empresa llamada Boldt. Según los dichos de Núñez, Boldt era de Eduardo Duhalde, el político. Esa empresa manejaba los juegos y operatorias con la provincia de Buenos Aires. Había un interés concreto en el Gobierno Nacional en evitar que Boldt se hiciera con la planta de Ciccone”. Boldt había alquilado esa planta después de decretada la quiebra, con la venia de un juez comercial.

La decisión política para que Boldt no se quedara con Ciccone fue, según el arrepentido, de Néstor Kirchner. Y es allí cuando entraron en escena los banqueros Brito y Moneta, para aportar el dinero para levantar la quiebra y quedarse con la empresa. “Hasta el levantamiento de la quiebra, Núñez Carmona tenía un rol preponderante que luego se fue desdibujando conforme ingresa el Grupo Macro en la operatoria”. De hecho, Máximo Lanusse, un hombre de Brito, quedó a cargo del management de la planta tras levantar la quiebra.

Brito tenía una relación muy cercana con Núñez Carmona, a punto tal que el hijo del banquero lo invitó a su casamiento. Cuando se realizó la operación con Formosa, tras el pago de las comisiones Vandenbroele dijo haber comprado 794.267 dólares que entregó a Núñez Carmona y “él lo guardó en su caja de seguridad” en el Banco Macro. «