El vendedor de sándwiches de salame y queso al que le decomisaron la mercadería en la zona de Once el miércoles y cuya foto se hizo viral en redes sociales aseguró este sábado que le gustaría tener otro trabajo porque “la calle es muy dura” y pidió que la Policía le devuelva la canasta que utiliza para vender.

Maximiliano Gómez (26) aprovechó el acto en Plaza de Mayo por el 24 de marzo y junto a la familia de su novia colocaron un gazebo y pudieron vender gran cantidad de sandwiches de salame cordobés y queso en enormes flautas.

Mientras cortaba el fiambre prolijamente en una tabla usando guantes de látex, el joven, que es oriundo de la localidad cordobesa de Despeñaderos, contó detalles del día en que la Policía le labró el acta y cómo le cambió la vida desde entonces por la solidaridad de la gente.

“Yo estaba caminando por las calles de Once, como hago siempre, y me para un patrullero. Me piden el documento y como no lo tenía me dijeron que me iban a tener que secuestrar la mercadería”, aseguró el joven, acompañado de su novia Lila.

Maximiliano calculó que ese día tenía unos 45 sandwiches, que vende a 50 pesos cada uno, pero asegura que lo que más le dolió fue que le sacaran la canasta, que la había comprado en Córdoba y que por su tamaño es difícil de conseguir en Buenos Aires.

“Cuando me sacaron la foto, la verdad que estaba triste, me sentí mal, pero quiero aclarar que no me llevaron preso. Yo estaba con las manos para atrás porque es mi manera de pararme”, relató, ya que muchos usuarios de redes sociales creyeron que había sido esposado por los policías que lo rodearon.

Pero a raíz de que un vecino tomó una foto en el momento exacto del decomiso y cuando se veía al joven cabizbajo por la situación, la historia de Maxi, como le dicen sus amigos, se viralizó especialmente en Twitter, donde un usuario le pidió permiso para publicar su celular y le llovieron pedidos.

“Me explotó el teléfono, me hizo pedidos muchísima gente. Un amigo me tuvo que llevar a un par de lugares porque si no, no llegaba, así que pido disculpas si no pude ir”, sostuvo el joven.
Maxi todavía no puede creer toda la ayuda que recibió y lo solidaria que se mostró toda la gente que lo contactó: hasta le ofrecieron dinero por la pérdida de su mercadería, pero él aclara que solamente quiere recuperar su canasta y progresar.
“Me gustaría tener otro trabajo, la calle es muy dura”, afirma el vendedor, que hace 10 años que se dedica a la venta ambulante y por ejemplo, apuesta a tener un puesto legal, ya que a veces trabaja con la familia de su novia en grandes actos como el de hoy ya que ellos cuentan con libreta sanitaria.

El joven dice que le explicaron que debe pagar una multa y a los cinco días hábiles del decomiso, a partir del miércoles, puede pasar a retirar la canasta, aunque previamente tiene que concurrir a la fiscalía que intervino a raíz de la contravención que le labraron.
Según fuentes de la Policía de la Ciudad, el joven violó el artículo 83 del Código Contravencional, que castiga con multas el uso indebido del espacio público, y se le secuestró la mercadería porque no contaba con los controles bromatológicos.