«El lunes no pasará nada». Esa es la definición que se escuchó en los últimos días de la última semana en boca de empresarios frente a la comparecencia de dos de ellos, y de fuste, mañana, ante el fiscal federal Federico Delgado en la causa en la que se investiga el supuesto enriquecimiento ilícito del ex secretario de Obras Públicas entre 2003 y 2015, José López. Los citados por Delgado son el ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, y el actual presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Juan Chediak.

En el sector judicial tampoco creen que las declaraciones que realizarán Méndez y Chediak mañana abran paso a un Lava Jato, como se conoce en Brasil a la enorme investigación y judicialización de los casos de corrupción vinculados a las licitaciones que encaraba la petrolera semi estatal Petrobras y de los que se beneficiaron empresarios y funcionarios.

Respecto de las motivaciones de Delgado para citarlos, una fuente con conocimiento de la investigación que desarrolla el juez federal Daniel Rafecas sobre los bienes de José López, proceso que estuvo paralizado por años, indicó que el fiscal tampoco espera para mañana una sorpresa pero sí quiere «dejar constancia» de la proximidad de los empresarios al entramado de la corrupción en la obra pública durante los 12 años de gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Méndez y Chediak llegan a los tribunales de Comodoro  Py por sus declaraciones a los medios realizadas las dos semanas pasadas, en las que manifestaron un conocimiento de las cosas propio del que estaba del lado de adentro del circuito ilegal que traficaba dinero negro a cambio del otorgamiento de obras públicas.

La fuente judicial indicó que la búsqueda de Delgado no apunta a saber si parte de ese dinero no registrado quedó, además de en las manos de los funcionarios, también en las de los propios empresarios.

Chediak habló 48 horas después de la detención de José López, cuando aún primaba la sorpresa por el comportamiento del ex secretario y sus millones embolsados. En el ambiente de las grandes empresas constructoras no hay unanimidad a la hora de evaluar lo que dijo. «Se apresuró», fue la definición de un referente, para quién «lo más prudente es ver qué pasa», y en silencio, claro. Desde la otra vereda, un constructor dijo que la Camarco no podía quedarse en silencio ante la ola de sospechas «que caen sobre todas las empresas que participan de la obra pública».

Cuando habló con radio La Red, Chediak lo hizo en nombre de la cámara, no a título personal, al decir que esa asociación empresaria ya le había transmitido al gobierno de Cristina su preocupación. «Cristina, De Vido y José Lopez sabían perfectamente que había empresas que cobraban antes que otras», señaló en referencia explícita a Austral construcciones, la empresa de Lázaro Baez, y «un grupo chiquito de empresas», todas ellas vinculadas a la obra pública licitada por Vialidad Nacional.

En cambio, Méndez habló de un amplio universo de empresas que pàrticiparon de la corrupción. «En estos años hubo un pacto de silencio respetuoso entre los empresarios porque nadie quería ser botón y meterse en el negocio del otro, ya que cada uno cuida su propio negocio», justificó el ex titular de la UIA.

Podría suponerse que el fiscal Delgado intentará meter una cuña entre ambos testimonios que aparecen a simple vista como contradictorios. Pero en la justicia descartan que ese sea su objetivo . Por ahora, según parece, las declaraciones no pasarán de lo testimonial. «