A Cambiemos le tiembla la pata empresarial. Los hombres de negocios, el llamado Círculo Rojo, son un componente clave de la gestión pero hoy, tras muchos sacudones económicos, largos meses de recesión y sin reacción política satisfactoria se muestran cada vez más distantes del oficialismo y abiertos a alternativas políticas que inquietan a la Casa Rosada en el año de las presidenciales.

La nueva corrida cambiaria que esta semana llevó el precio del dólar a superar la línea de los $ 43 terminó por enervar a varios de ellos, que hicieron conocer su malestar de distintas maneras.

Un hombre fuerte del empresariado local pidió absoluta reserva para definir el plan del gabinete económico como de «una mala praxis que no le va a servir para llegar en las condiciones necesarias para conseguir la reelección en las elecciones de octubre».

El dirigente que integra el consejo directivo de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el grupo de lobby más influyente del medio local, fue al hueso de la estrategia que implementaron los funcionarios del macrismo para frenar la trepada del dólar.

En diálogo con Tiempo, consideró que «hubo mala praxis en la suba de las tasas, que solo va a servir para inyectar al mercado un flujo de dinero que después va a ir a parar al dólar y en el transcurso de eso va a dinamitar la producción y a empobrecer a los argentinos en general».

Podría ser un simple indicador de desacuerdo frente a una decisión considerada errónea pero en un año de elecciones en el que ya varios empresarios reconocieron conversaciones con fuerzas de la oposición resulta un dato a tener en cuenta.

Según un adelanto de un estudio de opinión del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX) al que accedió este medio sólo un 24,9% de las industrias piensan que la economía se va a reactivar este año mientras que un 48,3% espera que se mantenga en los niveles actuales y otro 21,5% piensa que seguirá cayendo.

La directora del CERX, Victoria Giarrizzo, explicó que «enero y febrero fueron meses pésimos para la industria y el comercio. Los empresarios se quejaron porque la actividad no reactivó pero además porque ven todo muy mal para los próximos meses».

A propósito, el informe del CERX dice que para el 55% de los 350 empresarios del segmento pyme consultados, la economía recién se recuperará en el segundo semestre de 2019 mientras que un 19,5% respondió que la recuperación verá la luz en 2020. Sólo una minoría aguarda un repunte para la primera mitad del año.

Fuimos

Hace menos de dos años, en la edición 2017 del tradicional coloquio empresarial de IDEA, un entrevistador le pidió al presidente, Mauricio Macri, una definición del tan mentado Círculo Rojo y el mandatario respondió: «Es la gente políticamente involucrada, que lee los diarios e intenta tallar en la opinión de los argentinos. Todos ustedes están en el Círculo Rojo, sin duda», remató.

Eran los felices días de una luna de miel idílica entre la alta dirigencia y un hijo auténtico que parecía condensar los intereses que esa tarde hervían como nunca en uno de los lujosos salones del Sheraton Mar del Plata, frente a las cámaras y micrófonos de todos los medios nacionales. 

Al presidente le sonreía todo en el segundo semestre de 2017. La economía castigaba pero igual se encaminaba a cerrar con un crecimiento del 2,8%, el nivel más alto desde 2011; la política no le presentaba mayores dificultades y una semana más tarde el voto popular lo distinguía con una victoria en las legislativas.

Los problemas se precipitaron poco después y se desarrollaron al calor de las devaluaciones y de la crisis financiera que resucitó el vínculo con el FMI. En 2019, los que esperaban señales claras del Ejecutivo chocaron de frente contra el discurso del titular en la apertura de las sesiones del Congreso, en el que el presidente se desentendió de toda responsabilidad y repitió el recurso de la «tormenta» externa como única explicación de la crisis económica.

Para colmo, esta semana en medio de la corrida el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, dijo que el gobierno no estaba preocupado por la devaluación (algo que desmienten los esfuerzos del propio BCRA para frenar la estampida y las reuniones de urgencia del gabinete) y volvió a recibir una lluvia de críticas.

El economista Guillermo Nielsen graficó en diálogo con Radio Continental que el mercado está viendo un gabinete con una autoridad desdibujada. El consultor señaló que el gobierno confía «demasiado» en la cosecha agropecuaria: «El campo no tiene obligación de liquidar dólares más allá de lo operativamente necesario».  «