Todo indica que en las primarias de agosto el macrismo podrá tener al menos una alegría asegurada. Su primacía en las preferencias electorales de la Ciudad de Buenos Aires parece mantenerse, más allá del aumento de la pobreza y el desempleo que marcan los primeros 18 meses del gobierno de Mauricio Macri. Al mirar hacia atrás y comparar la próxima elección legislativa con las anteriores de la misma instancia, el PRO pareciera encaminarse a lograr el mejor resultado que ha tenido. Para ponerlo en números redondos: en las parlamentarias de 2005, 2009 y 2013, el macrismo osciló entre los 30 y los 34 puntos en Capital, mientra que ahora las encuestas indican que estará por encima del 40, cerca de lo sacó que en 2015 Horacio Rodríguez Larreta cuando se erigió en jefe porteño.  

Uno de los motivos que explican estos números es la alianza con Elisa Carrió. La diputada, ahora macrista, compitió contra el PRO y el Frente para la Victoria en 2005, 2009 y 2013. Hoy, en cambio, forma parte del bloque amarillo. «Carrió impulsa el voto de Cambiemos hacia arriba. Cumple una suerte de rol de fiscal de la república que denuncia la corrupción de todos lados», le dijo a Tiempo el consultor Ricardo Rouvier. «Tiene voto propio. Hay muchos que van a meter la boleta por ella y no tanto por un respaldo tan claro a Macri. En otro contexto, Lilita no tendría tanto  respaldo, como ha ocurrido, pero en el actual sí.» 

Para el director de la consultora Dicen, Hilario Moreno, la Capital «siempre tuvo una estructura electoral de tercios. Es histórica. Está claramente dividida entre el sur, el centro y el norte. En el contexto actual están sumándose el voto del norte, históricamente conservador, con el del centro, que era más bien radical.»  

Tomando este último análisis, puede afirmarse que Carrió logra expresar, en la Ciudad, la alianza de sectores sociales que conforman el nuevo partido conservador que tiene la Argentina, la alianza Cambiemos, que cuenta con una vertiente más «moderada», representada por los sectores de la sociedad ex radicales. 

Voto duro y desafíos

El kichnerismo porteño tiene un rasgo similar al bonaerense: el votante está sumamente fidelizado. Los 20 puntos que mide hoy el frente Unidad Porteña son votos duros. La  diferencia es que en la Provincia el caudal electoral es mucho mayor, comparable con el del macrismo en Capital. Esto plantea como desafío central tratar de perforar ese techo de cristal.  

«Arrancar con 20 puntos está muy bien para el peronismo en la Ciudad», remarcó la encuestadora Analía Del Franco. «(Daniel) Filmus es una garantía para preservar y tratar de hacer crecer esos votos. Tiene un perfil que transmite tranquilidad y equilibrio. Es algo muy valorado en el electorado capitalino”. 

El optimismo de Del Franco no fue compartido por Rouvier. «Con toda franqueza, no le va a ser fácil crecer –destacó–. La gestión de Rodríguez Larreta tiene un nivel de aprobación que supera los 60 puntos y Lousteau puede sacar votos de ambos lados del mostrador. El FpV tiene que pensar muy bien la campaña.» 

Lousteau, en su laberinto

El dato más novedoso que muestran la mayoría de las encuestas es que Martín Lousteau está unos diez puntos por debajo de los 23 que sacó en la primera vuelta para jefe porteño en 2015. Lousteau estuvo a pocas décimas de desbancar al PRO de la conducción de la Ciudad, en el balotaje porteño de ese mismo año. Es decir que estuvo muy cerca de darle un golpe casi mortal al proyecto presidencial de Macri. Pocos meses después se transformó en embajador en Estados Unidos del mismo Macri. Luego renunció. Pidió primarias en Cambiemos. No se las dieron. Y ahora es una especie de opositor de Rodríguez Larreta, más que del presidente. Sería injusto adjudicarle este tipo de idas y vueltas solo al candidato de Evolución. Son movimientos de los que está plagada la política argentina. 

«Ir y venir tantas veces es una cosa complicada, sobre todo en tan poco tiempo –remarcó Hilario Moreno–. Además Carrió es muy fuerte en Capital y a él le cuesta hacer pie en ese electorado, que le sería el más natural.» 

Una visión muy similar tuvo Del Franco. «Los votos que le faltan a Lousteau, mayormente, los tiene Lilita. A él se lo ve muy desdibujado. Su discurso está muy elaborado y demasiado explicativo. Es una muestra de que le cuesta posicionarse. El punto es que Carrió conjuga una mezcla de oficialismo y oposición al mismo tiempo. Se presenta como el respaldo y el control de Macri a la vez.» 

La opinión de Rouvier fue menos determinante que la de sus colegas. «Entrar en conflicto con el PRO lo hizo perder votos. Hoy está apostando a un segmento diferente y cada día desplegará un discurso más opositor. Puede llegar a subir en sectores medios progresistas”.

Otro elemento que tercia en esta elección es el caudal electoral que podría sacar la izquierda (ver a parte). No sería una novedad. Dirigentes como Luis Zamora o los candidatos del FIT han tenido buenas elecciones parlamentarias en la Ciudad, cuyo electorado suele deparar, a veces,   algunas sorpresas. «

La «sorpresa» que puede dar la izquierda  

Los primeros sondeos de intención de voto indican que los partidos de izquierda se encaminan a realizar una buena elección en la Ciudad. No sería la primera vez que en una contienda parlamentaria ocurre algo así. El electorado porteño suele acompañar a fuerzas más «a la izquierda» en las contiendas de medio término, algo que no suele hacer cuando se trata de elegir autoridades ejecutivas. 

La intención de voto del Frente de Izquierda (FIT) y de la fuerza de Luis Zamora, sumada, está rondando los 10 puntos en varios de los sondeos que circulan. De este caudal, el FIT tiene cerca del 70%, impulsado especialmente por la figura de Myriam Bregman. Es otra prueba más, junto con el enorme respaldo que tiene Cristina Fernández en la Provincia y Elisa Carrió en la Ciudad, de que es la era de las mujeres.

«Bregman es buena candidata», le dijo a Tiempo la consultora Analía Del Franco. «Puede atraer votos opositores no peronistas. Es joven y tiene un estilo distinto al de otros dirigentes de izquierda. Hay un voto opositor no peronista que puede ir ahí. Le saca respaldo a Martín Lousteau en ese segmento.»