Ya están los nombres. Sólo falta resolver por qué candidatura competirán en una gran primaria del peronismo. A medida que se acerca el calendario electoral, el conglomerado diverso del PJ –lo que algunos analistas políticos llaman panperonismo– empieza a seleccionar un lote limitado de apellidos. Son las mujeres y los hombres que tendrán un rol protagónico en el proceso de definición de candidaturas, que concluirá con la proclamación de la principal fórmula presidencial opositora para 2019. Entre esos nombres, por supuesto, está el de la senadora Cristina Fernández. Pero también el diputado Felipe Solá, el jefe del bloque del FpV-PJ Agustín Rossi, el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá, quizá su par sanjuanino Sergio Uñac. Otro nombre infaltable en esa selección de precandidatos es el de la intendenta de La Matanza, Verónica Magario. La última semana, con sus apariciones en reclamo de la restitución del Fondo Solidario de la Soja, mostró a Magario cada vez más fortalecida para competir por la gobernación bonaerense.

  El lote de nombres tiene un número limitado. Es obvio que un precandidato no se puede improvisar en pocos meses: el conocimiento público es un capital simbólico que lleva años de construcción. Por eso, si los apellidos de los potenciales candidatos de origen justicialista fueran proyectados sobre una pantalla, como en los créditos de una película, sólo faltaría sumar a dos: el exdiputado Sergio Massa y el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Algunos incluyen también al economista Roberto Lavagna, quien mantiene conversaciones con actores de la política como hombre de consulta en materia económica. Las chances de Lavagna, imaginado como ‘piloto de tormentas’ nada menos que por Eduardo Duhalde, están atadas a un agravamiento de la crisis que dispare un correlato institucional.

En el caso de que el calendario institucional se mantenga,  la gran incógnita es si Massa y Urtubey aceptarán la regla de juego que ya aceptó, de manera generalizada, la mayor parte del panperonismo: dirimir las principales candidaturas –la fórmula presidencial, la de gobernador bonaerense y vice- en una única PASO y con una innovación para el reparto de cargos en las listas: la implementación del sistema D’Hont (de distribución proporcional) sin piso mínimo. Eso contribuiría, se analiza en el PJ, a que todas las corrientes internas se sientan comprometidas en la suerte de la fórmula ganadora. Algunas voces bien informadas aseguran que Massa y Urtubey terminarán compitiendo por fuera de la estructura orgánica del panperonismo. Lo que ya está definido, como adelantó Tiempo hace una semana, es que el PJ Nacional –recuperado por su presidente legítimo, el sanjuanino José Luis Gioja–constituirá el eje de una gran coalición opositora. La nueva denominación electoral será Frente Patriótico, una propuesta esbozada por el propio Gioja durante un discurso en La Pedrera, San Luis.

En la gestación del gran frente opositor, dos personas vienen teniendo un rol indiscutible. Se trata de CFK y el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano. Con bajo perfil, sin demasiadas filtraciones a los medios, la senadora y el gremialista han recuperado una relación que, como se sabe, había quedado anulada por las diferencias y los recelos mutuos. La primera reunión pública –que no la única- tuvo lugar en la localidad de Cañuelas, durante un plenario de delegados del sindicato mecánico Smata. Uno de los acuerdos resultantes de ese acercamiento es la decisión de Unidad Ciudadana de confluir con toda su militancia y esfuerzo logístico en la movilización a Plaza de Mayo convocada para el lunes 24 de septiembre en el marco del paro de 36 horas que realizarán los gremios combativos de la CGT y las dos CTA. A pesar de la amenaza permanente del juez Claudio Bonadio, el kirchnerismo resolvió postergar una gran movilización en apoyo a la expresidenta que estaba en carpeta. La idea que circula en las agrupaciones K es fortalecer las luchas sociales en un tiempo de despidos masivos y recorte brutal de derechos. En ese sentido, la consigna que circula, tanto en la calle como en las redes, es #BastaMacri.

El tándem entre Moyano y Cristina es un imán que genera efectos en todas las provincias. Los gobernadores de signo justicialista saben que la fórmula que resulte ganadora de las PASO del Frente Patriótico tendrá figuras de peso al frente de la boleta: Solá, Rodríguez Saá, hasta la propia CFK podría ser la cabeza de lista. Este sábado, en diálogo con el periodista Marcelo Bonelli, del Grupo Clarín, Moyano lanzó un mensaje con destinatarios a varias bandas. «Si no hay otro candidato que esté en condiciones tendrá que ser ella», vaticinó, en lo que fue leído como un guiño a una eventual postulación de CFK. El hijo menor de Hugo, el diputado Facundo Moyano, está al mismo tiempo muy cerca de Solá. Ayer, consultado por Tiempo, el gremialista Omar Plaini (canillitas), lugarteniente del camionero, puso en palabras uno de los acuerdos de Moyano y Cristina. «El peronismo tiene que ser uno de los pilares centrales de la conformación de un frente nacional, popular, democrático y patriótico. No hay términos medios», advirtió.

Mientras este polo del conglomerado panperonista avanza en la conformación de un frente opositor combativo, el espacio moderado o dialoguista vuelve a poner el ojo sobre Massa. La puesta en escena de su retorno a las grandes ligas tuvo como plataforma las reuniones de los martes en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). De la mano del senador Miguel Pichetto, y tras dos semanas en las que tuvo  muchos segundos de TV en las señales de América y Clarín, Massa volvió a mostrarse como alternativa racional. Su nombre y el de Lavagna están en el casting como eventual ‘plan B’ de gobernabilidad ante el riesgo de que la crisis se precipite y Cambiemos entre en descomposición. «Yo almuerzo con periodicidad con él. Hablamos de cómo está el país, de la economía. Si se decidiera a asumir un rol político en este contexto sería una buena noticia para la Argentina», confió el excanciller Rafael Bielsa . «