Al cumplirse una semana de la muerte de Maximiliano Reinoso, familiares, amigos y vecinos realizaron una movilización hacia la comisaria 3° de San José, partido de Almirante Brown, en busca de respuestas: el joven fue detenido por la policía local y a las pocas horas fue hallado ahorcado dentro de su celda. La misma seccional está bajo sospecha por la muerte de otro joven de la misma manera.

El jueves 19 de abril, Maximiliano, de 30 años, fue apresado por la policía de Almirante Brown a pocas cuadras de su casa. Lo detuvieron seis efectivos en la intercesión de Nother y Martin Arín a primeras horas de la mañana sin un motivo concreto.

La versión policial indica que había sido detenido porque se encontraba en la vía pública con un arma y, aunque no la había disparado, estaba muy alterado producto del aparente consumo de alguna sustancia.

Pero los allegados a Reinoso contaron que los efectivos lo frenaron por averiguación de antecedentes y como no tenía documento lo esposaron y sin mediar palabras comenzaron a pegarle.

Rocío Reinoso, hermana del joven, contó los detalles en diálogo con Tiempo: “A mi hermano lo subieron al patrullero pegándole y lo bajaron en la comisaria pegándole”, afirmó la joven.

Los familiares afirman que en ningún momento fueron notificados del deceso de Reinoso por parte del comisario Martin Mira, jefe Distrital de Almirante Brown y comisario de la seccional. “Nos enteramos que Maxi se encontraba sin vida por sus amigos”, explicaron.

Por otra parte, la familia acusa a la comisaria de ocultarle información. Cuando llegaron a la seccional al mediodía, buscando a Maxi no les dieron ninguna respuesta y al cabo de unos minutos les informaron que se había “ahorcado con su propia remera”.

Según el relato de los familiares, cuando pudieron ver su cuerpo estaba tirado en un pasillo y presentaba golpes en la cara.

“Mi hermano tenia miles de proyectos. En unos días iba a viajar a Salta para trabajar allá y luego tenía perspectiva seguir viajando”, relató la hermana, por lo que considera que jamás podría haberse suicidado.

Los amigos de Maxi cuentan que ya sufría abusos y amedrentamientos por parte de la policía local, que ya lo tenían marcado y lo querían “levantar”.

Su amigo Diego contó un episodio en el cual Maxi fue detenido por el simple hecho de estar “tomando una gaseosa con su novia” en la vereda y las pocas horas fue liberado.

Testigos de la detención de Maxi afirmaron que los efectivos esperaron las primeras horas de ese jueves para llevárselo cuando poca gente transitaba calle. “Solo fueron contra mi hermano”, afirmó Rocío, ya que Maxi se encontraba con 4 personas más.

El caso de Maxi es muy similar al de Gonzalo Fernández, quien apareció en la misma comisaría “ahorcado con su propia remera”, en junio del 2017 apenas 14 horas después de hacer sido detenido por la policía. Por la muerte de Gonzalo no hubo ningún detenido y ningún funcionario fue separado de la fuerza policial.

“Estos son solo dos casos entre tantos otros de pibes asesinados por la policía”, afirmó la esposa de Gonzalo durante la marcha a la comisaría para pedir justicia por Maxi. Las dos familias se unieron para salir a las calles a exigir Justicia para que esto no “le vuelva a pasar a ningún pibe más”, según señala Rocío, hermana de Maxi.

La marcha partió desde el lugar donde fue llevado Maxi (Nother y Martín Arín),hasta la puerta de la comisaria, en 30 Setiembre y San Juan. Las 15 cuadras las recorrieron bajo el grito de “Justicia por los pibes”, con pancartas, velas y banderas con el rostro de los jóvenes.

La movilización no logró llegar hasta la puerta de la comisaria ya que el lugar se encontraba vallado y con presencia del cuerpo de infantería. Eso no impidió el reclamo de justicia y la exigencia al comisario Mira de que entregue a los culpables de ambas muertes.