En poco menos de un mes, el 2 de agosto, se cumplirá un año de la trágica explosión que provocó la muerte de la vicedirectora Sandra Calamante y el auxiliar Rubén Rodríguez, en la Escuela N° 49 de Moreno. Desde entonces, el gobierno de María Eugenia Vidal no se ocupó de realizar las obras de infraestructura para garantizar que las aulas de la Provincia de Buenos Aires sean seguras y estén debidamente calefaccionadas. Por el contrario, la «solución» pasó por cortar el suministro en aquellos establecimientos en cuya instalación de gas se detectó algún problema. Según denunció el gremio Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), la falta de gas afecta a 417 escuelas públicas bonaerenses. Con frío, medio millón de chicos no puede estudiar. Si no hay respuestas ante esta crisis que el invierno vuelve a poner en evidencia, esta semana los docentes convocarían a un paro.

Sólo en Moreno, un distrito que se volvió paradigmático a partir de aquellas muertes, hay 70 escuelas sin suministro de gas. El panorama, en plena ola de frío, se replica en buena parte del Conurbano y el interior de la Provincia. El relevamiento hecho por Suteba individualizó otros partidos en situación crítica: en José C. Paz hay 80 establecimientos sin calefacción y más de 40 mil alumnos que pasan frío; en San Miguel contabilizaron 66 colegios sin gas; en Lomas de Zamopra, 59 escuelas enteras y otras 500 aulas sin estufas, afectado un total de 47.500 alumnos; en Malvinas Argentinas son 24 las escuelas sin calefacción; en Tres de Febrero, 12 donde faltan hasta las conexiones de gas, y 6000 estudiantes que padecen las bajas temperaturas.

«A once meses de las muertes de Sandra y Rubén, el gobierno provincial no toma dimensión de las necesidades en infraestructura que sufren las escuelas. Hay más de 500 mil estudiantes afectados. Necesitamos que Vidal actúe con responsabilidad y sensibilidad. Es inadmisible que con esta ola de frío no haya gas, no haya calefacción, que no se pueda cocinar un plato de comida caliente», declaró Roberto Baradel, titular del principal gremio docente de la Provincia. «Hay chicos que están yendo al aula con frazadas. Y escuelas que están suspendiendo las clases por el frío. Es una vergüenza. Después de lo que pasó en Moreno, el gobierno no hizo un plan de emergencia. Cortó el gas en los colegios y no los arregló», agregó, antes de confirmar que, de no haber una respuesta desde la gobernación, se evalúa una medida de fuerza.

Desafiando la posibilidad cierta de ser sumariados, muchos directores están decidiendo aplicar el artículo 195 del Reglamento General de Escuelas, que establece que si no se dan las condiciones climáticas y de infraestructura que permitan el normal desarrollo de las actividades, las clases pueden suspenderse. Ocurrió, por ejemplo, en la Secundaria N° 17, de Merlo, donde la comunidad educativa se movilizó el viernes para reclamar calefacción para sus hijos.

El déficit en la instalación de gas se suma al recorte de cupos y de viandas en los comedores escolares, donde en cualquier caso no es posible calentar la comida disponible, que se sirve fría. Los frazadados, convocados en muchos distritos (Mar del Plata, Quilmes, Baradero, por nombrar algunos) por los propios estudiantes, son la muestra cabal de la desidia del Estado provincial frente a la educación pública.