En silencio, sin alharaca, el Banco Central va recomponiendo sus reservas internacionales. Son pasos pequeños, módicos, pero concretos. La entidad lleva veinte rondas consecutivas con saldo neutro o favorable en sus intervenciones en el mercado oficial de cambios, a lo que se le suma una ostensible recuperación de los depósitos privados en dólares, una fracción de los cuales se computa dentro de las reservas.

Al cierre de las operaciones de este jueves, la entidad informó que sus reservas totalizan U$S 39.555 millones, una suba de U$S 894 millones con relación a un mes atrás. En ese global se contabilizan todos los activos externos que tiene el Banco para financiar la balanza de pagos y regular el tipo de cambio.

Aunque este último ítem podría ser de escasa importancia en otras economías, en la Argentina es crucial por la influencia que tiene la paridad peso-dólar en la fijación de precios internos. Eso quedó demostrado en particular en las devaluaciones de 2018 y 2019, en las que la suba del dólar disparó la inflación. De allí la mirada tan particular sobre la actividad de la mesa de cambios del BCRA, cuyas compras y ventas son determinantes en el MULC (Mercado Unico y Libre de Cambios), por donde se realizan todas las operaciones vinculadas al comercio exterior y el giro de divisas fuera del país.

En ese sentido, diciembre fue un oasis para el Central, ya que sus intervenciones a lo largo del mes arrojaron un saldo neto favorable de U$S 608 millones, según el Informe Monetario del organismo. La tónica siguió en la primera semana hábil de enero: analistas que siguen de cerca el MULC estiman que hubo compras oficiales por U$S 65 millones entre el lunes y jueves, con dos rondas de compras netas y otras dos de resultado neutro.

En el cómputo de las reservas influyen los depósitos en dólares que el sector privado mantiene en los bancos locales. Allí hubo una recuperación importante; el lunes (último dato oficial disponible) sumaban U$S 18.885 millones, con un alzade U$S 1.545 millones en los últimos 30 días. En el mercado creen que esta suba, más que una señal de confianza, es una estratagema contable: muchos contribuyentes alcanzados por el impuesto a los Bienes Personales necesitan dejar constancia de que sus ahorros están en el país, para que la alícuota del tributo sea más baja. En diciembre de 2019, esta estratagema había deparado un incremento en los depósitos cercano a los U$S 1.000 millones, que volvieron a salir de los bancos en enero, una vez pasado el control de fin de año.

A pesar de la importancia que el establishment económico les da a las reservas como fuente de confianza y referencia de solidez, la historia reciente demuestra que ese valor es relativo: la crisis que se llevó puesto al gobierno de Mauricio Macri se desató a pesar de que el Banco Central, aportes del FMI mediante, había llegado a tener U$S 77 mil millones, el doble que en estos días. De todas maneras, la actual gestión insiste en fortalecer ese colchón. El ministro de Economía, Martín Guzmán, señaló hace un par de semanas que “en el programa plurianual en el que estamos trabajando, esperamos que haya acumulación neta de reservas internacionales y que se establezca un sendero que permita regularizar las restricciones en el frente cambiario”.