Donald Trump se presentó en un escenario que siempre le fue muy favorable para anunciar algo que se descontaba: que aspira a la reelección en el 2020. Y rodeado de fieles y fervorosos partidarios, desde el estrado del Amway Center de Orlando, Florida, lanzó algunas definiciones que fueron recibidas con vítores por los cerca de 20.000 asistentes al acto.

Trump había pedido que votaran a voz alzada si mantenía su slogan de campaña de 2016 -«Hacer grande a Estados Unidos otra vez»- o si se lanzaba con uno nuevo -«Mantener grande a Estados Unidos»- y el apoyo fue contundente para éste último.

El mandatario mantuvo esa suerte de diálogo continúo con el público y atacó una y otra vez a los «falsos medios» y hasta señaló a los periodistas de los principales medios del país que cubrían el acto.

Sin embargo, el enemigo número uno de su discurso de lanzamiento fue la principal fuerza de oposición, el Partido Demócrata.

«Los demócratas quieren negarles el futuro que ustedes piden y el futuro que Estados Unidos se merece y que está por obtener. Quieren destruirlos y destruir al país como lo conocemos», advirtió y acusó a los demócratas de intentar hacer ingresar al país a inmigrantes para «ampliar su base electoral».

Ni bien el mandatario comenzó a hablar de la inmigración ilegal, el público le respondió con un grito claro y único: «¡Construyan el muro!», según la transmisión en vivo del canal CBS.

También acusó a los demócratas de mentir sobre el Rusiagate, la investigación oficial que intenta determinar si la campaña presidencial de Trump en 2016 se complotó con el gobierno de Rusia para perjudicar a la entonces candidata rival, Hillary Clinton,

«Nadie fue más duro con Rusia que yo. Fortalecí a las Fuerzas Armadas, impuse sanciones y aumenté la producción de energía en abierta competencia a Rusia», explicó.

Trump pidió «un poco más de tiempo» para «continuar bajando los niveles de desempleo» y «negociar el mejor acuerdo posible con China» y «crear un futuro de independencia energética».

Reivindicó la expulsión de miles de inmigrantes ilegales, pidió el fin de las ciudades santuarios y defendió la salida de tratados multilaterales de libres comercio, de medio ambiente y la renegociación del acuerdo con México y Canadá.

También se metió en el tenso debate sobre el aborto y aseguró: «Los republicanos creen que cada vida es un regalo sagrado de Dios y, por eso, le pido al Congreso que prohíba el aborto en embarazos avanzados».

Hacia el final de su discurso, hizo una mención a América latina. Prometió «seguir trabajando con los cubanos y venezolanos» para terminar con los dos gobiernos de esos países.

Entre lo que considera sus logros en estos dos años y medio de gestión, Trump resaltó:

«Prometimos terminar con la clase política que se enriqueció con sus impuestos (…) y transferimos el poder de vuelta a ustedes, el pueblo orgulloso de Estados Unidos», aseguró el mandatario ante una multitud que lo ovacionó.

«Nadie fue más duro con Rusia que yo»

«Fortalecí a las Fuerzas Armadas, impuse sanciones y aumenté la producción de energía en abierta competencia a Rusia»

«(Los demócratas) quieren negarles el futuro que ustedes piden y el futuro que Estados Unidos se merece y que está por obtener. Quieren destruirlos y destruir al país como lo conocemos».

En noviembre de 2016, el entonces candidato republicano Trump le sacó a la demócrata Hillary Clinton solo 113.000 votos de ventaja en Florida y se llevó así los 29 votos que le corresponden a este estado en el Colegio Electoral, que es finalmente el que define al ganador de las presidenciales.

Florida es importante en las elecciones porque es el único de los cuatro estados más poblados del país que no tiene un patrón fijo de votación.

Trump estuvo acompañado en Orlando por la primera dama, Melania Tump, y el vicepresidente Mike Pence y su esposa Karen, además de integrantes de su gabinete y figuras republicanas de Florida, reportó la cadena CNN.

Antes del acto público se celebró la «Fiesta de la Victoria», a la que asistieron los cuatro para reunir fondos para la campaña.

Este esfuerzo continúa en el club Trump National Doral, en el condado de Miami-Dade, también en Florida.

Por 100.000 dólares, el contribuyente a la reelección de Trump podrá almorzar y hacerse una foto con él y por 250.000 participar en una mesa redonda junto al presidente, según informaron medios locales.