“Sin enfermería, no hay salud”. Con ese y otros lemas y al grito de “somos profesionales”, una masiva marcha de miles de enfermeros y enfermeras que partió desde el Congreso llevó este viernes su reclamo a la Legislatura porteña. Allí, la semana pasada, con un tratamiento exprés y sin la participación de representantes del sector, se aprobó una ley que literalmente elimina el estatus profesional de cientos de trabajadores de la carrera médica en el Sistema Público de la Salud de la Ciudad de Buenos Aires, y que considera a los enfermeros personal técnico-administrativo.

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Luego de una manifestación que se extendió por cuadras, los enfermeros llegaron al edificio de la calle Perú a mostrar su descontento con una decisión que precariza sus trabajos y supone una discriminación frente al resto de los profesionales de la salud, en un contexto de recorte del presupuesto asignado al ámbito sanitario y mientras se impulsan proyectos controvertidos como el Complejo Hospitalario Sur (la mudanza de cuatro grandes centros médicos que sólo parece esconder un cuantioso negocio inmobiliario).

La iniciativa impulsada por Vamos Juntos opera modificaciones sustanciales en el régimen laboral que regula las relaciones entre el Estado porteño y sus Profesionales de la Salud, derogando la Ordenanza N°41.455, que rige desde 1986. En lo concreto, la letra chica del proyecto deja fuera de la normativa a los licenciados en enfermería y a otras disciplinas y carreras que aportan cientos de trabajadores al sistema público, como las licenciaturas en instrumentación quirúrgica y en bioimágenes, y también a lxs licenciadxs en Psicopedagogía, además de precarizar sus condiciones laborales.

“Nos dicen que somos la columna vertebral del sistema de salud, pero no somos reconocidos como tales”, dice Alejandro Miranda, presidente de la Asociación de Enfermería de la Capital Federal. “De los más de 9000 trabajadores que cumplen tareas de enfermería en los hospitales públicos porteños, hay 3200 licenciados en enfermería, y otros tantos que con mucho esfuerzo cursan, mientras trabajan, el tramo profesional”. Es histórico el reclamo de reconocimiento del carácter profesional de una actividad “que cubre el 80% de todos los servicios de salud que se prestan a los pacientes, sobre todo en terapia intensiva y alta complejidad”.

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A mediados de septiembre, el bloque de Unidad Ciudadana había presentado un proyecto de ley consensuado con las asociaciones para incorporar esas licenciaturas. “En simultáneo, el Ejecutivo anunció la reforma de toda la carrera de Profesionales de Salud, sin incluirnos. Con nosotros nunca hablaron –señala Miranda–. Quedamos en el escalafón general, sin días de capacitación, con diferencias salariales respecto de los profesionales de 10 mil pesos y más, y a merced de la precarización en el sector privado que esta ley consagra en el público”.

Con la venia de sus gremios afines –Sutecba y la Asociación de Médicos Municipales–, el oficialismo activó su mayoría automática en la Legislatura y aprobó una iniciativa excluyente. Para Cambiemos, los licenciados en enfermería o psicopedagogía no son profesionales de la salud sino empleados administrativos.