Una asamblea de delegados del Sindicato de obreros y empleados del Ingenio Ledesma (SOEAIL) decidió el viernes extender por cuatro días el paro, pero levantó los cortes de ruta. El jueves se vio por todos los canales de TV que la Policía de la Provincia de Jujuy reprimió (incluso a cascotazos) el piquete que realizaban los trabajadores del azúcar de la empresa de la familia Blaquier, el mayor productor del país. Los trabajadores reclaman que se equipare sus sueldos con los que pagan otras empresas de esa actividad, $2.000 pesos por encima de sus sueldos.

El secretario general del SOEAIL, Rafael Vargas, explicó que hace meses que las negociaciones están empantanadas, que desde mayo tienen vencida la paritaria y que la mediación del gobierno nacional o el provincial de Gerardo Morales es a favor e la empresa o con la policía. “Es más fácil poner las fuerzas policiales para reprimir que sentar a la empresa Ledesma a negociar”, afirmó.

-¿En que situación está el conflicto?

-Los compañeros siguen apostados al costado de la ruta y se mocionó cuatro días más de medida de fuerza. La verdad es que todavía el gobierno sigue en silencio y diciendo que eso le corresponde al gobierno nacional. Y nos han aparecido una documentación de Horacio Pitrau, el director de Asociaciones Sindicales (del Ministerio de Trabajo de la Nación), en donde exhorta a las partes a aceptar el aumento y a los trabajadores a levantar la medida. Es decir, le dice a Ledesma que pague lo que quiera pagar y al sindicato que levante la medida y vaya a trabajar.

-¿Como evalúan la marcha de las medidas de fuerza?

-Tenemos un alto acatamiento de la medida y aumento con la solidaridad de los compañeros después de la represión en el piquete. La medida se ha hecho sentir en los porcentajes de producción, tanto en azúcar como en alcohol, y es el que tenemos que buscar para que la empresa entienda que sin los trabajadores no tiene nada. Pueden tecnificar todo lo que quiera pero necesitan gente.

-¿El gobierno de Gerardo Morales no intercede en el conflicto?

-Yo siento que ha tomado más fuerza la presencia de la policía y la forma en que se resuelven los conflictos en la provincia. Por ejemplo, antes de la represión del jueves fuimos el miércoles a hablar con el ministro y nos dice que iba a hablar con el gobernador para que nos sentemos a dialogar. Después hubo un silencio hasta que se produjo la represión y al gobernador ni lo vimos. Acompañame el razonamiento: es más facil poner las fuerzas policiales para reprimir que sentar a la empresa Ledesma a negociar. Es tremendo, es más fácil para el gobierno arriesgarse a tener muertos o heridos que a sentar a una de las empresas más grandes del país que paga los sueldos más bajos en su actividad.

-¿Qué saldo dejó la represión?

-Hubo compañeros detenidos con piedras y balas de goma. Muchos compañeros golpeados.

-Usted denunció en la CIDH y ante la ONU la situación de persecución en la provincia ¿Hubo alguna modificación en la relación del gobierno con los gremios?

-No cambió en nada. El empresariado y el mismo gobernador utilizan todos los recursos que tienen a su alcance: la justicia, las normas contravencionales, la represión, las multas. Tienen todo a su disposición para ir limitando y condicionando la participación en la protesta y en el reclamo que pueda tener cualquier grupo, no solo de los trabajadores. No podés hacer ruido fuerte o tirar un cohete porque va contra las normas contravencionales.