En la última semana el gobierno anunció, por separado, dos medidas que están íntimamente vinculadas. Sorprendió primero al anunciar su intención de cancelar deuda externa (con una nueva emisión) sobre la base de la recompra voluntaria del total de Cupones PBI que todavía están disponibles en el mercado. Se trata de un stock con un valor de U$S 13.500 millones que serán reabsorbidos a partir de la emisión de una doble opción, el «collar» en la jerga, por un monto equivalente al valor presente de mercado, de alrededor de U$S 5000 millones. Según el gobierno y los analistas favorables a la operación, se generará un supuesto «ahorro de 9,4 mil millones de dólares». Sin embargo las emisiones del «collar» también arrastran un costo financiero, ya que los bonos emitidos el jueves como contrapartida se pautaron con tasas de alrededor del 7%, a 12 y 20 años.

Al día siguiente del anuncio, el INDEC difundió la revisión a la baja de los índices de crecimiento del PBI durante la última década y, en particular, desde 2007. Es que la subestimación del índice de inflación generó una sobrestimación del PBI que se mide a precios corrientes. La actualización generó distorsiones sobre todo para el año 2009, cuando la gestión anterior registró una suba (marginal) del PBI mientras que la revisión pautó una recesión del 6 por ciento.
El Cupón PBI fue un aditivo a los canjes de 2005 y 2010,  que compensaba las quitas al liberar pagos si el PBI crecía un 3,2% anual o más.
El anuncio de la recompra de esa deuda se produjo en un momento en el que las operaciones del Cupón se encontraban planchadas como resultado de la baja expectativa de que la economía argentina crezca: en 2017 habrá recesión y el FMI pronostica una suba del PBI del 2,8% en 2017. Es decir, el primer pago podría llegar recién en diciembre de 2019. La última vez que este cupón pagó fue en 2012 como resultado del crecimiento del año 2011 (superior al 8% según los datos «viejos» y algo más del 6% según la rectificación).
La revisión del crecimiento del PBI afectará los rendimientos futuros del Cupón porque el pago también depende de la envergadura del Producto, pero también puso de relieve que los pagos generados en el período revisado estuvieron por encima de lo que hubiera correspondido. Según diversas fuentes se trata de una liquidación errónea (favorable a los bonistas) de entre U$S 1300 y U$S 3000 millones. Como contraparte, existe una sub liquidación a los tenedores de bonos que actualizan por CER (inflación).
En estas condiciones el gobierno premiará ahora a los tenedores de cupones, que ya recibieron un pago inflado, con una opción voluntaria de pago de un Cupón que hoy no tiene perspectivas ciertas de cobro. Todo un gesto, contante y sonante, para el sector financiero.
Según Ignacio Cale Melendo, analista de Balanz Capital, los inversores tienen dudas sobre tomar la opción o no porque «todavía no se sabe cómo se rebalanceará el nuevo PBI», en relación a problemas técnicos vinculados a la serie estadística: el debate es si la base debe ser el año 2004 o el año 2012.
Ramiro Castiñeira, de Econométrica, minimizó el debate sobre las oportunidades o no para los bonistas. «Acá no pierde nadie», aseguró, «el empalme se define recién en noviembre de 2018». Castiñeira señaló que el canje del Cupón «el gobierno lo armó para que entre todo el mundo para evitar la potencial litigiosidad. La mayoría tiene ley de Nueva York. Singer se puede hacer una panzada comprando bonos y reclamando que se reconozcan los números viejos (de PBI)».
Antonio Roselló, economista e investigador del Conicet, resaltó que la medida se toma en el marco de una emisión de deuda por U$S 33 mil millones en seis meses: «Es un récord mundial y también en la historia de la Argentina. Están endeudando al Estado al 8% anual. Así, en diez años duplican la deuda». Según Roselló se han pagado U$S 330 millones en comisiones a los bancos que participaron de las colocaciones. «Son todas emisiones sin licitaciones, con bancos preseleccionados y amigos», aseguró. Y agregó que le canje del Cupón PBI es «un seguro de cambio en favor de los tenedores, un negociado con comisiones bancarias y crea un mercado ficticio para un bono que nadie quería a una tasa usuraria». «
Un festín para los buitres
Hay analistas que consideran que la medida adoptada por el gobierno apunta precisamente a restar margen de acción legal a eventuales buitres que pudieran reclamar en la justicia pagos del Cupón PBI futuro considerando la base de crecimiento del PBI que ha sido rectificada. La realidad es que el nuevo escenario plantea también el posible reclamo de tenedores de títulos que actualicen por el CER. Existen algunos que han concluido y otros que todavía están vigentes. En ambos casos podrían reclamar una reparación hacia atrás en virtud del nuevo índice de inflación acumulado. Así las cosas, el mismo Paul Singer, por caso, podría adquirir Cupones PBI para reclamar en los tribunales de Nueva York el reconocimiento de los índices anteriores por un lado, y títulos que actualizan por CER para reclamar, al mismo tiempo, una indemnización basada en la revisión.  
BNP: embargos millonarios
En un fallo de casi 500 carillas, el Juzgado de Instrucción 35 a cargo de Osvaldo Rappa procesó y trabó un embargo récord a 20 ejecutivos del BNP Paribas por considerar que integraron una asociación ilícita para canalizar sumas millonarias sin declarar de clientes argentinos hacia paraísos fiscales.
El juez dispuso trabar embargos por más de 12 millones de pesos a los procesados. Para Rappa, los acusados integraban una asociación ilícita que, a través de una oficina clandestina ubicada en la sede en Buenos Aires del BNP Paribas, en el bajo porteño, canalizaba hacia paraísos fiscales millonarias sumas sin declarar.

Según se informó, no existen antecedentes de un embargo dispuesto en la justicia argentina tan alto como en este caso.