El ex vicepresidente Amado Boudou fue seguido durante el tiempo que estuvo libre durante el gobierno de Cambiemos por el grupo de agentes de la AFI que encabezaba Alan Ruiz, un espía con relación directa con Silvia Majdalani.

Así lo acredita una conversación por WhatsApp y una fotografía en la que fue captado en un acto público acompañado por el entonces concejal de San Martín y titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher.

Graciana Peñafort y Alejandro Rúa, los abogados de Boudou, acreditaron el espionaje ilegal y pidieron ser querellantes en la causa que investiga el juez federal de Lomas de Zamora.

Mediante un escrito que describió toda la operatoria para espiar a los “presos K”, los defensores de Boudou explicaron que cuando se montó el cableado con cámaras y micrófonos en la cárcel de Ezeiza para espiar a los detenidos del gobierno 2003-2015 Boudou no formó parte del listado original “porque había recuperado temporalmente su libertad”.

“Pero extramuros también fue objeto de seguimientos por el mismo grupo de tareas, según se ha probado con los registros de su mensajería”.

En efecto, Boudou estaba detenido pero fue excarcelado por el tribunal oral que lo condenó por la Causa Ciccone, porque consideró que no había riesgo de fuga y la sentencia no estaba firme. El 11 de diciembre de 2018 recuperó la libertad y ese mismo día los espías Jorge Sáez y Martín Terra le comunicaron la novedad a su jefe, Alan Ruiz.

“Oks. Vayamos monitoreando esto xfa.”, respondió Ruiz.

La defensa del ex vicepresidente pidió las ampliaciones de indagatorias de los que aún tienen pendiente la resolución de su situación procesal y la convocatoria como acusados de, entre otros, los ex jerárquicos de la AFI Juan Sebastián De Stefano, Hernán Martiré, José Padilla, Bernardo Miguens (ex secretario del difunto juez Claudio Bonadio), Mariano Ruda Bart y a los penitenciarios Fernando Carra, Emiliano Blanco, Miguel Ángel Perrota (jefe de la División asuntos internos) y Cristian Suriano -Jefe del Departamento de Inteligencia Penitenciaria. Las dependencias que ocupaban todos ellos en el SPF fueron allanadas por segunda vez ayer por orden del juez Juan Pablo Augé.

Según la documentación aportada por Peñafort y Rúa, “unos días después ya está ‘Mechi’ (Mercedes Funes Silva, otra espía) desplegando ese seguimiento incluso mediante filmaciones y tomas fotográficas”.

“Buenas, estamos en San Martín a la espera de Amado, todavía no llegó”, “Estaba convocado para las 17 pero todavía nada”, “Está llegando Amado”, “Llegó Amado”, “Llegó con Hernán Letcher, concejal justicialista de San Martín”. Funes Silva reporta las novedades a los agentes “Denise” (Aya Tenorio), “Joni” (Jonathan Nievas) y Mariano Flores.

El 18 de febrero de 2019, la Cámara de Casación revocó la excarcelación de Boudou; entonces volvió a la cárcel de Ezeiza, donde lo esperaba el sistema de espionaje que ya había sido montado por la AFI con la colaboración del Servicio Penitenciario Federal.

Entonces pasó a formar parte de los que eran prolijamente documentados en una planilla de Excel, en la que los espías asentaban detalles privados de la vida familiar adentro de la cárcel: visitas, contactos, amistades.  Unos 40 rubros sobre el “entorno primario” y “secundario” de los presos, considerados “objetivos”.

Durante un allanamiento ordenado en el marco de la investigación fue descubierto “un cable pintado que recorría los techos en un trayecto que iba desde la parte trasera del pabellón 6, pasaba por las oficinas del jefe de asistencia, y terminaba en el locutorio para abogados”.

Los involucrados en esa práctica ilegal se refirieron a ese hallazgo como “los cables putos esos”.