Uno de los acusados por el espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos reconoció este martes que los integrantes del grupo de WhatsApp conocido como “Súper Mario Bross”, que aglutinaba a agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) “tenían gente que les pasaba información en todos lados, gremios, sindicatos”.

“Lo sé porque Jorge (el ‘Turco’ Sáez, otro de los imputados) me lo contó en alguna oportunidad”, dijo Gustavo Marcelo “Tano” Ciccarelli, al declarar ante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé, por escrito y verbalmente.

Ciccarelli negó ser un espía, pero reconoció que oficiaba como “fuente” de algunos de los integrantes del grupo. Y rechazó haber realizado tareas de espionaje contra la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y el líder del gremio de Camioneros, Hugo Moyano.

Ciccarelli es un ex policía exonerado por “un problema administrativo” que no detalló. Estaba sin trabajo y aspiraba a conseguir uno mediante la gestión de su amigo el “Turco” Sáez, a quien conocía como antiguo colega. En ese contexto, Ciccarelli describió que Sáez le confesó que estaba realizando espionaje político.

“Un día me contó, y pidió reserva, que lo habían pasado en comisión a la AFI, y me dijo que intentaría conseguirme trabajo allí. Y como yo siempre fui un policía investigador de delitos, me dijo que servía más para una custodia de alguna persona de relevancia o investigando delitos, y no en cuestiones de política como las que estaba trabajando él”.

“Nunca participé ni brindé información, sencillamente porque no la tuve ni trabajé en ello. Todo lo que les pude haber dicho era el chusmerío barato del lugar, pero nunca hice tareas de inteligencia”, afirmó el imputado.

Sin embargo, admitió que Sáez le pedía que le aportara información que recabara en la calle, lo que -técnicamente- podría ser interpretado como tareas de inteligencia. “Me lo pedía porque a él se lo solicitaban de arriba en la AFI, al menos eso me dijo. Nunca supe que lo que me estaba preguntando o pidiendo que viera qué averiguaba o escuchaba por ahí fuera ilegal”.

“Ellos son agentes de inteligencia, trabajan en la AFI o trabajaban en ese entonces y también me comentó que era todo legal, que tenían un sector judicial que revisaba las tareas que les mandaban, algo interno de ellos”.

Ciccarelli se propuso como una suerte de víctima de la organización, que fue “utilizado” para obtener información. En la causa y en la Comisión Bicameral de Inteligencia el “Tano” es señalado como alguien que estaba “obsesionado” en particular con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

“Le estaba haciendo sanata a Sáez con lo que me pedía que le averiguara. Nótese que es él quien me llama siempre y me pide que le averigüe y me pregunta si sé algo de lo que está pasando en Avellaneda.  Eso me posiciona indudablemente como una fuente y no como un espía”.