“Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel. En 1953, Ray Bradbury escribió esta novela extrañamente premonitoria. En ella los libros son considerados dañinos e innecesarios. Las pantallas de televisión ocupan paredes enteras, con programas de entretenimiento y chismes. La gente duerme escuchando una corriente interminable de noticias por unos pequeños auriculares insertados en sus orejas. El cuerpo de bomberos se reconvierte: en vez de apagar incendios, quema libros. La resistencia salva textos, escondiéndolos, conservándolos, memorizándolos.
65 años después, en un país donde las políticas de gobierno hacen desaparecer libros con la misma eficacia que el fuego, donde el presidente ha afirmado que «Netflix te mata la lectura», donde vivimos asediados por una corriente de noticias sin sentido y donde las fuerzas de seguridad han visto alterada su función esencial y se vuelven contra los ciudadanos (especialmente contra aquellxs que resisten) creemos necesario recuperar este texto como gesto creativo y rebelde. Más de veinte escritorxs leerán textos de Fahrenheit 451 mientras los asistentes salvan un libro o reponen otro para protegerlo de las llamas. También habrá un debate sobre la crisis del sector editorial y música en vivo. Traé tu libro, llevate otro, traé ganas de escuchar y de seguir resistiendo.”

Este texto pertenece al colectivo Trabajadores de la Palabra y, además de una declaración de principios, es una convocatoria. Mañana, viernes 14 de diciembre, se reunirán sus integrantes para interpelar a los lectores y a todos aquellos que se interesen por el mundo de la palabra a través de un Librazo para visibilizar los problemas del sector.

“El grupo Trabajadores de la palabra está integrado por escritores, editores, ilustradores, periodistas y todo aquel trabajador que tenga una relación con el mundo de la palabra, explica Mariana Cusani, integrante del colectivo y trabajadora de la editorial Indómita Luz.  Muchos de estos trabajadores laburan de manera informal, free-lance y esto se agudizó con la crisis, pero viene desde hace mucho tiempo. Desde este colectivo convocamos al Librazo que se va a hacer este viernes.”

Respecto de la historia del colectivo que convoca al Librazo, explica: “El primer Librazo fue en apoyo a los trabajadores de Télam. Los despidos de estos trabajadores hicieron que confluyéramos para ofrecerles nuestra solidaridad porque todos estábamos atravesados por las mismas temáticas. A partir de allí, pensamos el Librazo como una visibilización de las problemáticas que nos atraviesan por la crisis general y por la crisis específica del mundo de la cultura que abarca escritores, editores, libreros, ilustradores…El que se va a realizar mañana tiene que ver con la necesidad de decirle no al vaciamiento de la cultura y la educación, no a la falta de políticas para el sector editorial, no al ajuste y no a la represión que estamos viviendo todos por estos días. Es para que se trate la Ley del Libro que tiene media sanción y que apunta a formalizar el trabajo de los escritores y a que el Estado intervenga invirtiendo más en políticas que beneficien a la industria del libro.”

“Va a haber lecturas en vivo y la idea fue armar una intervención a partir de Fahrenheit 451, el libro de Ray Bradbury. Queremos visibilizar la idea de que es preciso salvar al libro que es pensado por el Estado que lo considera  un objeto de lujo, para que pueda circular de otra forma, ya que los costos para producirlo se dispararon y están por las nubes. El ajuste implica que se edite menos, que haya menos puestos de trabajo, que se achiquen los catálogos porque publicar nuevas colecciones o nuevos autores es una inversión que no se puede afrontar. El trabajo de los editores y los escritores, además, se da muchas veces por fuera del mercado formal. Queremos visibilizar el problema del sector que a veces en medio de la crisis qeneral que es tan grande queda un poco al margen, aunque mueve mucho dinero y genera muchísimos puestos de trabajo.”

Marcelo Guerrieri es escritor e integrante de Trabajadores de la Palabra. “Vivo de dar talleres literarios –explica- y soy docente de la Universidad de las Artes en la carrera de Artes de la Escritura. También formo parte de la Unión de escritores y Escritoras que es otro colectivo que trabaja por los derechos de los escritores. Este Librazo, que es el tercero, tiene que ver con problemas específicos de nuestro sector. Cuando nos juntamos no sabíamos  muy bien qué iba a pasar, pero la primera acción de solidaridad con los trabajadores despedidos de Télam constituyó al colectivo. Nos brindó un espacio nuevo de acción y de militancia y funcionó al menos para nosotros, aunque la repercusión no fue tan grande fuera del grupo. Uno de nuestros propósitos es precisamente encontrar la forma de convocar también a gente que no forma parte del mundo de la palabra. A partir de esos Librazos pensamos en otras acciones. Lo que buscamos con la acción de este viernes es lograr comunicarnos con gente que no necesariamente sea escritora, librera, editora. Queremos comunicar también fuera de nuestro ámbito propio. Por eso la convocatoria es frente al Congreso que es un espacio público emblemático. Va a haber una mesa de la que voy a participar junto con Damián Ríos que es editor y Luciano  Guiñazú que es librero, para hablar de la crisis del sector. Luego tendrá lugar una performance de lectura que busca ser un gesto de comunicación hacia afuera para visibilizar nuestros reclamos que consisten, básicamente, en que la industria editorial y las políticas públicas con respecto al libro, que son decadentes, se modifiquen.”

“Este gobierno –agrega- no tiene un plan cultural, sino un plan de vaciamiento de la cultura a través de acciones concretas como la no compra de libros para las escuelas, el vaciamiento de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), la no protección del mercado interno, todo esto en el marco general de la baja drástica del poder adquisitivo. Queremos visibilizarlo no sólo por nosotros, sino también por el lector y por toda la gente interesada.”

“La performance va a consistir en la lectura de Fahrenheit 451 que habla de un futuro distópico en el que se queman libros. Nos parece un símbolo potente en el sentido de que este gobierno, sin quemar libros, sin encender fuego, está quemando libros. Cada vez se edita menos, las editoriales han tenido que suspender sus planes de novedades y esa es una forma de quemar libros de otra manera. Por eso, vamos a hacer la lectura con cascos de bomberos, con algo que nos identifique, para hacer una acción que interpele y genere algo visual. Nos inspiramos en el colectivo Ni una menos por lo que lograron vistiéndose como en El cuento de la criada que fue una imagen tan potente. Las luchas aprenden unas de otras.”

Y agrega: “No sabemos si lo que planteamos va a funcionar, pero vamos a armar una pila de libros que pareciera que van a ser quemados. La idea es que los lectores vayan a buscarlos antes de que se quemen. El Librazo consiste en regalar libros. Hubo donaciones de ejemplares por lo que quienes se acerquen van a poder llevarse el suyo. A la vez, pedimos que quienes vayan lleven libros, de manera que sea un intercambio, que no sólo seamos los escritores, libreros, periodista, ilustradores y editores los que nos involucremos en esta acción, sino también los lectores.”

Leerán textos de Fahrenheit 451 los escritores Virginia Feinmann, Gloria Peirano, Ricardo Romero, Marcelo Guerrieri,  Gabriela Larralde, Julián López, Débora Mundani, Tatiana Goransky, Jorge Consiglio, Pia Bouzas, Cecilia Ferreiroa, Ever Roman, Liria Evangelista,  María Ferreyra,  Patricia Kolesnicov, Liliana Heker, Horacio Convertini, Mariano Quirós, Lucía Dorin, Liliana Lukin, Laura Ponce,  Ariel Bermani y Gabi Luzzi. 

También la música va a integrar esta convocatoria. Tocarán diversas bandas y Sebastián Pandolfelli, escritor y músico.