La música, la vida y todo lo demás pueden definirse como una sucesión de encuentros y desencuentros. En esos espacios de cruces casuales y/o programados las identidades tienden a potenciarse y encontrar nuevos significados. No hay garantías sobre los resultados, claro. Los hay fallidos, intrascendentes, felices y particularmente felices. En este último lote se encuentra la asociación entre El Cuarteto de la Púa y la cantante y compositora Victoria Di Raimondo. Leandro “Lele” Angeli, Cristian Huillier, Juan Otero (guitarra) y Pablo Sensottera (guitarrón criollo) construyeron una carrera y una identidad entre el clasismo y las nuevas formas. Di Raimondo fue la voz de Altertango, es una gran cantante y una compositora singular. El resultado de este encuentro es «Mariposa muerta», el trabajo que volverán a presentar este viernes en el CAFF.

El disco expresa un fuerte compromiso con el tango del siglo XXI. Incluye doce composiciones que reparten la autoría entre los miembros del Cuarteto De la Púa y Di Raimondo, pero también abren la puerta a otros colegas de la actual escena del género. “Mariposa muerta” está edificado a partir de un enjambre de guitarras que articula tradición y tonos sombríos. En ese marco se suman melodías esmeradas que desarrollan historias sociales y existencialistas. La voz y capacidad expresiva de Di Raimondo multiplican el impacto del disco que encuentra sus mejores momentos en temas como «Puente Pueyrredón», «Uvas viejas» y «Tendal», pero brilla todavía más en el esplendor siniestro y encantador de «Mañanita» y «Ocaso».

Victoria Di Raimondo habló con Tiempo sobre “Mariposa muerta” y lo que vendrá.

–¿Cómo surgió la idea de asociarte al Cuarteto La Púa?
–Cuando me instalé en Buenos Aires, a comienzos del 2014, los chicos de La Púa, con quienes nos habíamos cruzado ya alguna vez, me propusieron cantar en este disco de nuevas composiciones en el cual venían trabajando. Así que una mañana enfilé con Juan Otero para zona sur -el conurbano era un misterio absoluto para mí- y probamos “Tendal” una canción de Lele Angeli que está en Mariposa Muerta. Ahí comenzó todo.

–¿Qué sentís que sumaron ellos a tu mirada del tango y cuál te parece que es tu aporte más significativo?
–Sin duda me han sumado el hecho de aprender a cantar con cuarteto de guitarras, un formato que tiene una sonoridad muy específica, muy criolla y muy noble, que yo nunca había explorado. Aunque vengo de una tierra de guitarras y de guitarristas, nunca había trabajado con un cuarteto, excepto como invitada de 34 Puñaladas, así que tuve que ponerme a desentrañar ese misterio. Tuve que buscar otros modos de decir y otros matices. El otro desafío fue asumir un compromiso con las letras antes de intentar ponerle voz a esos tangos crudos, que en su mayoría expresan un contenido social muy fuerte, decodificar el contenido era indispensable para acercarme a una interpretación honesta de las canciones. Mi aporte, no sé… ¡Habría que preguntarle a los muchachos! En cualquier caso puedo ofrecer mi experiencia de más de veinte años con el tango. Y en especial con el tango nuevo, que es una experiencia completamente diferente, ya que se trata de trabajar con un audio de Finale con la melodía y un Word con la letra y de allí comenzar un trabajo en el que hay que unir ambas cosas, si ningún antecedente previo. Hay que inventar un modo de decir eso, lo cual dista mucho de partir de un tango clásico, del cual has escuchado ya otras versiones.

–»Mariposa muerta” incluye todos temas de Uds. y de compositores contemporáneos. ¿Es una declaración de principios?
–Yo creo que sí, responde a una necesidad generacional. En lo personal se trata de un compromiso muy fuerte que asumí hace ya unos cuantos años con los tangos nuevos, y acepté trabajar en el disco porque se trataba de una propuesta de tangos nuevos. Creo en estas canciones compuestas y escritas por los músicos de mi generación, creo en estos tangos que se nutren del presente sin perder de vista el pasado y pienso también que son las nuevas composiciones las que van a asegurar la vitalidad del género. Por otra parte, creo que es imposible no dejarse seducir por los tangos clásicos porque son hermosos, además es una trampa infinitamente necesaria para todos aquellos que desean involucrarse con este género, porque es indispensable partir desde ese legado. Lo que me cuesta es entender a aquellos que se empecinan en verlo como una expresión cerrada, la música popular nunca puede ser considerada de ese modo, el cambio es inherente a las expresiones culturales. Es necesario que exista una canción como «Puente Pueyrredón» porque expresa un hecho dramático que marcó a mi generación, como lo fueron los asesinatos de Kosteki y de Santillán. Es necesario crear nuevos relatos que den testimonio de lo que hemos vivido como generación y pensar la música popular en relación con la construcción de la identidad de nuestro país.

–¿Te resulta más fácil cantar los temas propios que los ajenos?
–Hasta hace un tiempo me resultaba muy difícil cantar mis canciones, me sentía invadida por un inmenso pudor y entonces me resultaba más fácil cantar canciones ajenas. Últimamente he ido sintiéndome más cómoda con mis canciones, de a poco he podido asumirme con mayor seguridad en eso que estoy diciendo, porque creo que hacer canciones implica un gran compromiso con el mundo y que debemos ser conscientes de esa responsabilidad y ser consecuentes con nuestras ideas.

–¿Cuáles son tus próximos planes?
–Hay muchos desafíos por delante. Con el Cuarteto La Púa hemos conversado sobre la posibilidad de ponernos a trabajar en otro disco. Por otra parte, vamos a grabar unas canciones que hicimos en autoría conjunta con Hernán Reinaudo para cuarteto de cuerdas en 2015 y que aún no hemos podido plasmar en un disco. También estoy trabajado en un proyecto de tangos nuevos junto a la pianista Paula Gandino. Y quiero, sobre todo, seguir trabajando en nuevas canciones con miras a un nuevo proyecto al cual aún le estoy dando forma.

Cuarteto La Púa y Victoria Di Raimondo sigue presentando «Mariposa muerta» y 34 Puñaladas, » Las historias del humo». Este viernes a las 21 en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772).