Ex socio del grupo inversor Goldman Sachs, recaudador de fondos, ex banquero de inversiones y actual productor de Hollywood es el resumen curricular de Steven Mnuchin, el nombre que la prensa estadounidense baraja por estas horas como candidato a ocupar la secretaria del Tesoro de Estados Unidos.

Si el dedo del presidente electo, Donald Trump, recae sobre él, Mnuchin, de 53 años, hijo dilecto de de Wall Street y graduado de la Universidad de Yale, será quien maneje la política económica del país. De hecho, hoy se reunieron.

El padre de Mnuchin fue uno de los socios del grupo Goldman Sachs. Él le siguió los pasos y trabajó para esta compañía por 17 años; también creó el fondo privado de inversiones Dune Capital que lideró la compra -por centavos de dólar- del quebrado banco IndyMac, un símbolo de la catástrofe inmobiliaria y el colapso financiero de 2008, y lo renombró One West.

Pero su trayectoria en el mundo de las finanzas continuó. Fue vicepresidente por el fondo ESL, propiedad de Eddie Lampert, antiguo compañero de cuarto en Yale, y CEO en un fondo de cobertura del magnate George Soros.

Entre su controvertido accionar, según la cadena CNN, los reguladores financieros pusieron la lupa en las prácticas de ejecución hipotecaria que hacía el banco One West, que empujaban a los propietarios a una hipoteca sin el debido proceso de revisión de documentos.

El banco, como muchos otros, debió pagar multas millonarias para compensar a los clientes. Los manifestantes de Los Ángeles incluso llegaron hasta la mansión de Mnuchin en Bel-Air, Los Ángeles, California.

Rápido de reflejos, Munchin vendió One West al grupo corporativo CIT por 3.400 millones de dólares y se unió al banco CIT como parte del negocio. Sin embargo, cuando se fue de CIT y recibió una indemnización de 10,9 millones de dólares.

Además, Mnuchin y su hermano fueron demandados por un administrador que intentaba recuperar el dinero de las víctimas de Bernard Madoff, condenado a 150 años de prisión por el escándalo del esquema del sistema piramidal conocido como Ponzi en Estados Unidos («cadena de San Antonio» en la Argentina).

Los hermanos Mnuchin eran albaceas de la herencia de su madre y habían sacado 3.200 millones de dólares de su dinero poco después de que ella muriera, en 2005.
Ahora, comprometido con la actriz escocesa Louise Linton -célebre y criticada por escribir un libro apócrifo- es productor de Hollywood y sacó películas como Suicide Squad, American Sniper y The Lego Movie. Su última película, que llegará a los cines este mes, tiene el sugestivo título Rules Don’t Apply (Las reglas no se aplican).

En la arena política, Mnuchin participó en campañas, tanto de republicanos como de demócratas, incluyendo la candidatura de Hillary Clinton al Senado y a la Presidencia en 2008. También aportó en las campañas presidenciales y al Senado de Barack Obama y a la de Charles Shumer, el nuevo líder demócrata en el Congreso estadounidense.

Se unió a Trump en mayo pasado como director financiero y, según la CNN, dejó claro desde el principio que quería ser secretario de Hacienda. De hecho, ya está reclutando diputados y una fuente en el lobby financiero aseguró que la industria está abierta a la idea.

«Steven Mnuchin es un profesional del más alto nivel con una larga y exitosa carrera financiera», dijo Trump, en otro giro a sus dichos durante la campaña cuando abogaba una y otra vez por enfrentar el establishment encarnado por Clinton y Wall Street.

De hecho, cuando el senador Ted Cruz le disputaba las primarias al magnate, Trump lo atacó duramente con el argumento de que su esposa había trabajado para Goldman Sachs.

«Goldman Sachs es dueño de él, hará todo lo que le pidan. No es tan reformista!», tuiteó Trump el 16 de enero pasado. Un mes después, en uno de sus actos de campaña de Carolina del Sur, el ahora presidente electo dijo: «Conozco a los muchachos de Goldman Sachs. Ellos tienen total, total control sobre él (Cruz) tanto como tienen sobre Hillary Clinton».