La crisis interna de Cambiemos dinamitó el funcionamiento legislativo. En un año en el cual el oficialismo decidió enfriar el Congreso, las diferencias en la alianza de gobierno aceleraron el cierre del año parlamentario. Desde el PRO sondean un llamado a extraordinarias con un temario light.

Los pasillos del Congreso Nacional ya están desiertos. La interna desatada por la pérdida de una banca el Consejo de la Magistratura por parte del radicalismo adelantó el final del periodo de sesiones ordinarias previsto para el 30 de noviembre. La fragilidad del armado del oficialismo, tanto en Diputados como en el Senado, quedó expuesta como nunca antes. Cambiemos, sin embargo, busca guardar las apariencias y negocia con el peronismo de los gobernadores un llamado a extraordinarias con un temario acotado y sin conflicto.

“Lo urgente y lo que no sea polémico” es la frase que usan los asesores para definir el posible temario. Aseguran que la prioridad en Diputados será la ley de impuestos a los bienes personales que devolvió el Senado con modificaciones.

La posibilidad de convocar a extraordinarias está dada por dos cuestiones: el 5 de diciembre, como marca el reglamento, se llevará a cabo el recambio de autoridades de la Cámara Baja, y el Senado tenía que ser convocado a sesionar para aprobar los pliegos de los ascensos militares.  .

Para la primera semana de diciembre, luego del G20, en el oficialismo esperan que el clima dentro del Congreso haya mejorado. Las sesiones previstas para esta semana en ambas cámaras fueron suspendidas. En el Senado, la decisión tuvo que ver con evitar una derrota parlamentaria. La oposición iba a poner en consideración el DNU que eliminó el Fondo Sojero y tenía los votos para rechazarlo. En ese contexto, Cambiemos prefirió evitar un cierre de año con una derrota. En Diputados, incluso antes de perder la banca en el Consejo de la Magistratura, el interbloque oficialista no podía lograr consenso en torno al temario para llevar el recinto.  Después todo fue peor.

La dimensión del problema que afronta el oficialismo de cara a un año electoral tuvo su último episodio esta semana durante la reunión del interbloque que conduce Mario Negri y en la que estaba presente el titular de la Cámara Baja, Emilio Monzó. Allí, por lo menos una decena de legisladores radicales desoyeron la voluntad de la conducción para intentar sesionar el próximo martes y anunciaron que no regresarían de sus provincias para garantizar el quórum.

Desde las entrañas de la alianza de gobierno explican que “lo del Consejo de la Magistratura fue la gota que rebalsó el vaso”, que los problemas “vienen de antes” y tienen que ver tanto con lo que sucede dentro del Congreso como con lo que sucede afuera, con las mirada puesta en las elecciones.

En ese contexto el período de sesiones ordinarias finalizó de manera abrupta, quince días antes de lo que marca la norma, y Cambiemos tuvo que posponer para el próximo año el tratamiento de una decena de leyes que impulsó durante 2018. Así las cosas, la ley de semillas, la ley que desregula la venta del papel para diarios, la ley de alquileres, el juicio por jurados, el pago del impuesto a las ganancias para los jueces, y la ley de financiamiento de los partidos políticos, entre otras, deberán esperar.

La cúpula del bloque de la UCR en el Senado asegura que no hay margen para leyes que necesiten un acuerdo político y en ese marco sostienen que en el caso de convocarse a sesiones extraordinarias el Ejecutivo sólo incluirá “los pliegos de ascensos militares”.

Una de las diputadas que tras la reunión de bloque dejó trascender su enojo y su decisión de no regresar para una nueva sesión, antes del final del período ordinario, fue la jujeña Gabriela Burgos. La diputada radical es autora del proyecto de juicio por jurados que por decisión de Nergi y Monzó no sería tenido en cuenta para una posible sesión. El fastidio de la jujeña es compartido por otros legisladores que fueron impulsados a trabajar en temas que el oficialismo no pudo llevar al recinto.

Lo que expresa Burgos y el grupo de diputados radicales que advirtieron que no cuenten con ellos para sesionar es apenas un síntoma. La fisura parece ser muchos más profunda. “Las diferencias entre (Rogelio) Frigerio y Marcos Peña es la pelea entre los que van a buscar al peronismo y los que se quieren seguir apoyando en el radicalismo”, detalla una fuente Parlamentaria ante la pregunta de Tiempo.

Las sospechas en algún sector de los boinas blancas  llegan a tal punto que plantean que tanto el ministro del Interior, Frigerio, como Monzó, incluyeron en la negociación del Presupuesto 2019 el lugar que la UCR reclamaba para Negri en la Magistratura. Bajo esa hipótesis aseguran que es imposible que no se hayan enterado antes de la maniobra que iba a llevar a cabo el peronismo.

En ese marco, el diputado radical Facundo Suárez Lastra sostuvo que luego de la perdida de la banca en el Consejo “se quebró de alguna forma la confianza”. El radicalismo se resiste a dar por cerrado el episodio. La razón es sencilla: los principales dirigentes temen que Frigerio impulse acuerdos con el peronismo para ampliar la base electoral de Cambiemos de cara al 2019 y que el partido centenario tenga que resignar lugares en las listas.

Dentro de ese contexto, desde el PRO comienzan a trabajar para recomponer las relaciones, no sólo frente a la construcción de las listas sino también para poder darle funcionamiento al Congreso.  La producción parlamentaria no ha sido la fortaleza del PRO, pese a que durante los primeros dos años y medio de gobierno contó con el apoyo del massismo y de buena parte del peronismo para sancionar leyes.

Los números marcan que el 2018 terminará tan sólo con dos sesiones ordinarias en la Cámara Baja y cinco en el Senado. Una performance pobre al tratarse de un año donde no hubo elecciones. La producción de acuerdos y leyes en el Congreso de la Nación ha ido bajando al mismo ritmo que se acercan las elecciones presidenciales. Por eso, ante un panorama de dispersión interna dentro de la alianza de gobierno y una oposición que piensa que puede llegar a la Casa Rosada, el funcionamiento del Poder Legislativo será seguramente pobre. «

Temario

Aunque todavía se está negociando con el peronismo, los temas que el oficialismo puso sobre la mesa que podrían tratarse en las sesiones extraordinarias del Congreso Nacional son los siguientes.

Bienes Personales. El proyecto original proponía subir la alícuota del mínimo no imponible a 2 millones de pesos. El Senado le agregó una modificación para que en el caso de la casa-habitación el piso sea de 18 millones. Ahora tiene que replicarlo la Cámara Baja.

Ascensos. En el caso del Senado, se enviarán los ascensos de militares y el nombramiento de una buena cantidad de jueces propuestos por el Poder Ejecutivo.  

En duda. La lista de los proyectos que están en duda es mucho mayor. En esa lista están: la regulación del financiamiento de las campañas electorales, la ley que intentaría obligar a los jueces a pagar el Impuesto a las Ganancias, la de alquileres, la de semillas y la polémica norma que desregula la venta de papel de diarios.