El presidente de la Nación, Alberto Fernández, mostró su satisfacción por el resultado de las elecciones en Bolivia y la normalización institucional en ese país. “Lo que más celebro es que rápidamente la democracia haya vuelto a Bolivia. El golpe de 2019 fue un hecho muy traumático para la región. Muchos bolivianos sufrieron la persecución y el exilio. Fue un año muy penoso. Pero nadie pudo parar la fuerza del voto. Por eso este resultado me genera una sensación de justicia muy gratificante”, dijo el mandatario en una entrevista concedida a El Destape Radio.

Los comicios del domingo significaron el retorno al poder del Movimiento al Socialismo. Su candidato, Luis Arce, triunfó en primera vuelta con el 52% de los votos y una amplia diferencia sobre el representante de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa. Este último gozaba del favoritismo del régimen cívico militar encarnado por Jeanine Añez, que en noviembre del año pasado desalojó del gobierno a Evo Morales, histórico líder del MAS. «Evo tuvo la inteligencia de poner al frente a Lucho Arce, un economista muy prestigioso que fue su ministro. Y la gente eso lo percibió”, opinó Fernández.

También reveló que al conocerse los resultados recibió a Morales, quien se radicó en la Argentina tras el golpe. «Llamé a Evo y le dije si quería venir a cenar para festejar, ya que tantas veces lo hicimos para resolver problemas. Recordamos cómo fue toda la epopeya para que él y sus hijos pudieran salir de Bolivia. Yo me tuve que ocupar de sacarlos de La Paz para salvar sus vidas. Fue muy duro y ahora lo pudimos recordar con una sonrisa”. Agregó que “me encantaría acompañar a Evo a la asunción de Arce. El es un amigo y sabe que esta es su casa, pero no debe haber nada más grato para él que poder volver a su patria”.

Fernández no dudó en calificar el interinato de Añez como una “etapa negra” y criticó duramente al Grupo de Lima, que reconoció rápidamente al gobierno provisional boliviano lo incorporó como miembro integrante de su bloque. “En determinado momento América Latina se volcó hacia un enfoque conservador que tenía su referente en Estados Unidos. El Grupo de Lima tiene un componente ideológico que el proyecto de Unasur no tenía, allí podíamos convivir con Uribe o con Santos sin problemas. En cambio, en el Grupo de Lima la única obsesión es Venezuela. Por eso con México acordamos tomar distancia de ese grupo. El Unasur es lo que más le conviene a América Latina”.

Junto con la reivindicación de ese organismo, virtualmente inactivo pese a reunir a 12 naciones sudamericanas, Fernández contó que se logró recuperar gran cantidad de documentación oficial de ese nucleamiento y también el busto de su primer presidente, Néstor Kirchner, que estaba en la sede administrativa de Quito y había sido retirado por el presidente de Ecuador, Lenin Moreno. “Nos preocupaba que la estatua quedara arrumbada. Por suerte la recuperamos. Esperamos instalarla en el Centro Cultural Kirchner el 27 de este mes (décimo aniversario de su fallecimiento) y que quede allí para siempre”.