Siete presidentes, siete primeros ministros, seis vicepresidentes y decenas de cancilleres de los países miembros del Movimiento de países No Alineados (Mnoal) culminaron este domingo su XVII Cumbre en la venezolana Isla Margarita, donde Caracas asumió la jefatura pro-témpore de la organización y se repitieron los discursos de reivindicación del espacio.

En su discurso ya al frente del Mnoal, el presidente Nicolás Maduro llamó al bloque a refundar y democratizar el sistema y el funcionamiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU), una medida que consideró necesaria.

«Las Naciones Unidas que nacieron de la posguerra de 1945 necesitan una profunda transformación. Se ha hablado de reforma: nosotros preferimos hablar de refundación, de una nueva fundación del sistema de Naciones Unidas», afirmó Maduro tras recibir la presidencia del movimiento de manos de su par de Irán, Hassan Rouhani.

Aseguró el mandatario venezolano que Venezuela asumirá el «compromiso» de «acelerar los procesos de transformación de la ONU para «lograr su verdadera democratización».

«Este movimiento tiene el patrimonio, tiene la fuerza, tiene el liderazgo, y tiene los votos para avanzar de manera decidida en un proceso de concreción (y) aceleración de esos procesos de transformación», sostuvo, y respaldó luego a Palestina, por la «masacre» por parte de Israel, y a Cuba, por el bloque impuesto por EEUU.

La Cumbre del Mnoal, que congrega a 120 naciones, comenzó el martes con las reuniones entre las comisiones técnicas de economía social y política, seguido por un plenario de cancilleres, pero la cumbre sufre la ausencia de las primeras líneas de los países integrantes.

Venezuela se convirtió en el tercer país americano en comandar el bloque, después de Cuba y Colombia. Tendrá la jefatura hasta el 2019.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió en su discurso que existe un nuevo Plan Cóndor, como se llamó a la operación de las dictaduras de Latinoamérica contra los opositores, esta vez contra los «gobiernos progresistas» de la región, que cuenta con la participación del «norte», en alusión al gobierno de los Estados Unidos.

Correa habló de unos «poderes fácticos» que utilizan, según dijo, «métodos como el bombardeo mediático, los golpes de estado parlamentarios, el acoso económico, y la difamación de líderes democráticamente electos» contra gobernantes latinoamericanos de izquierda.

A su turnbo, el cubano Raúl Castro insistió en que su país no renunciará a «uno solo de sus principios» para la normalización de su relación con EEUU y volvió a condicionar el total ancarrilamiento del vínculo al levantamiento del bloqueo y la devolución del territorio de la base norteamericana de Guantánamo.

Castro dijo que hubo «algunos avances» en la relación con Estados Unidos, sobre todo en el ámbito diplomático y de la cooperación «en temas de interés mutuo», pero lamentó que «no ha sido igual en la esfera económico-comercial», y apuntó contra el bloqueo que “tantos daños y privaciones» causa a la isla.

«Estamos en uno de los momentos más emotivos de nuestra cumbre», afirmó la canciller venezolana Delcy Rodríguez, al descubrir una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez, erigida en una plaza homónima inaugurada frente al centro de convenciones que alberga la XVII Cumbre. 

Dentro de los puntos más importantes de la Declaración de Margarita, se encontraron precisamente la revitalización del MNOAL, la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), el apoyo a Palestina y acciones para el desarme y la seguridad internacional.

Los acuerdos contenidos en 21 puntos del documento final, representan un gran reto para los 120 países miembros del bloque, ya que más allá de declaraciones políticas requieren de un avance concreto en la práctica, según consideraron analistas venezolanos.

«Por encima de las declaraciones hacen falta acciones políticas y económicas concretas, las perspectivas de crecimiento de este Movimiento dependen en gran medida de la capacidad que adquiera para colocar en práctica sus decisiones», explicó a la agencia Xinhua el internacionalista Basem Tajeldine.

Tajeldine sostuvo que el MNOAL ha experimentado un avance en el transcurso de los últimos años, al congregar en su seno a aproximadamente dos tercios de los países que participan en la Asamblea General de la ONU.

«Hay una especie de adelanto puesto que los países del Movimiento han visto la necesidad de transformar el sistema de Naciones Unidas, y podría decirse que hoy es uno de los bloques más influyentes», agregó.

La revitalización del foro de concertación política es fundamental para el especialista en Derecho Internacional, Mariano de Alba, quien consideró necesario el cumplimiento de este objetivo para que la organización no pierda vigencia.

«El Movimiento debe tratar de reinventarse y fijarse metas concretas, de lo contrario podría perder relevancia; lo más probable es que termine migrando a un bloque como el Grupo de los 77 en búsqueda de preservar y difundir los intereses de países en vías de desarrollo», puntualizó.

En relación a los consensos políticos, Tajeldine sostuvo que deben ser «más prácticos», en mención especial de la lucha contra el terrorismo, en los cuales se reflejan discrepancias entre países como Arabia Saudí, Qatar y Kuwait respecto a los otros Estados del MNOAL.

Otro de los asuntos de interés global que no alcanzó consenso en la Cumbre, según afirmó Tajeldine, fue el alusivo a los ensayos nucleares de la República Democrática Popular de Corea (RPDC), aunque uno de los puntos de la Declaración de Margarita abogara por el desarme y la seguridad.