Florencia Partenio, integrante del Foro Feminista del espacio Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una Nueva Era (DAWN, por sus siglas en inglés), y Patricia Laterra del espacio de Economía Feminista y de la asamblea No al G20 señalaron que ni el programa del Woman 20 ni sus expositores «representan la complejidad y la diversidad de nuestras demandas ni en nuestro ni ningún país del G20».

«Quieren imponer desde los países centrales las mismas políticas en todos lados que ya demostraron a qué crisis llevaron», enfatizaron las dos activistas a Tiempo, en un aparte de las deliberaciones de la contracumbre.

–¿Cuáles son los orígenes de este Foro Feminista contra el W20?

Florencia: –Los antecedentes se dan en la articulación de cara a la ministerial de la Organización Mundial del Comercio OMC de la que Argentina fue sede el año pasado. Participamos de los espacios de articulación con los movimientos sociales, espacios antiextractivistas, sindicatos y Argentina Mejor sin Tratado de Libre Comercio. Se empezó a gestar la Cumbre de los Pueblos como contracumbre, nos fuimos encontrando en espacios feministas en los que trabajamos género y comercio, sobre trabajo y bienes comunes; uno de los foros fue el feminista. Allí logramos la articulación con diversas organizaciones de India, Uruguay, Brasil, Argentina y Francia. Es un espacio coordinación de las luchas globales contra el poder financiero y las corporaciones. También armamos el paro internacional 8 de Marzo, participamos en el foro social mundial de Brasil, por el golpe y ataque a la democracia, justo después de que hubieran asesinaron a Marielle Franco, y ahora en Argentina como anfitrión sede del G20.

Patricia: –El único acuerdo que pudo tener en el encuentro de la OMC y que ni siquiera es vinculante fue sobre el empoderamiento de las mujeres. Esa cumbre fracasó por la crisis multilateral que vive el mundo, no había ningún otro acuerdo más que usarnos a nosotras, y fue repudiado por las organizaciones de la sociedad civil. Eso es un correlato con lo que plantea hoy el W20, que usa nuestro discurso como una cáscara vacía para plantear una agenda neoliberal de la instrumentalización de las condiciones de vida de mujeres y las personas LGTB.

¿Cómo evalúan el acuerdo de Argentina con el Fondo?

F: –El endeudamiento con el FMI que se dio este año es algo que venimos avisando. Para dar señales al exterior y mostrarse como país confiable para traer inversiones proponen que nuestro país sea sede de estos grandes foros económicos, que son un signo de poder financiero y corporaciones. Nos parece que usó estas estrategias de maquillaje. En el nuevo acuerdo hay un capítulo específico de aportes a la equidad de género que criticamos porque se habla de incluir las mujeres al mercado laboral, pero ese discurso avanza en un contexto de reforma laboral, destrucción del sistema previsional y de la seguridad social, y la precarización de nuestros empleos.

P: –Cuando el Estado no cuida, esas tareas caen sobre las espaldas de las mujeres. ¿Qué quieren de nosotras? ¿Quieren que nos incluyamos? Pero no nos dan respuestas a las extensas jornadas del uso del tiempo no remunerado que bridamos para sostener el sistema.

–¿Qué objetivos tiene este foro?

P: –Tiene tres. Instalar el debate en las organizaciones para visibilizar que las feministas podemos discutir de economía. Queremos socializar esta información, porque sabemos que las cuestiones de economía se muestran como complicadas y alejadas de nuestra realidad cotidiana pero a la vez somos las que sufrimos los impactos directos. También queremos construir espacios participativos para socializar la discusión y compartir análisis. Y por último pretendemos pensar alternativas en la contracumbre del 28 y 29 noviembre del G20.

F: –El G20 y la OMC reúen el poder corporativo que son parte de este gobierno. El capital ganador es el trasnacional y las grandes corporaciones, no son las pymes ni emprendedores. Hablan de “emprendedurismo” pero vemos que las grandes corporaciones son ellos. El programa del W20 está integrado por un 55% de panelistas de empresas trasnacionales o sus fundaciones vinculadas. También habló la princesa Máxima de Holanda, Juliana Awada, un referente de la academia francesa expuso sobre machismo y no hubo compañeras campesinas en el panel de mujeres rurales. Por eso el lema fue «no en nuestro nombre». Ni ese programa ni esos expositores representan la complejidad y la diversidad de nuestras demandas ni en nuestro ni ningún país del G20. Quieren imponer desde los países centrales las mismas políticas en todos lados que ya demostraron a qué crisis llevaron.

–¿Cómo siguen?

F: –El foro feminista viene trabajando todo el año para desarrollar herramientas de formación feminista, tiene carácter itinerante y se expande, camino al Encuentro Nacional de Mujeres. También estamos armando talleres en todos los lugares a los que nos convocan para que las feministas discutamos la agenda económica y agenda laboral. Usamos las herramientas de educación popular. El foro no termina acá, sino que sigue en la contra cumbre 28 y 29 de noviembre con paneles en la Cumbre de los Pueblos y el 30 noviembre vamos a participar de la masiva marcha que se va a llevar a cabo acá en Buenos Aires, en una ciudad sitiada con 50 cuadras cerradas. «