Aunque el gobierno lo niegue, la salida de Christine Lagarde de la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) lo tomó por sorpresa y lo obligará a recalcular la relación que mantiene con el organismo multilateral de crédito.

El presidente Mauricio Macri cultivó una relación especial con Lagarde, de quien dijo que todos los argentinos debían enamorarse, tal como él lo había hecho.

Lagarde fue clave en la firma del préstamo stand by que pidió la Argentina en junio de 2018. En medio de una corrida cambiaria que se prolongó hasta agosto, Lagarde debió enfrentar las críticas de los directores del Board del FMI que no acordaban con prestarle a la Argentina en esas condiciones.

Lagarde, de nacionalidad francesa, pasará a comandar el Banco Central Europeo y será reemplazada de manera interina por David Lipton, actual número dos del Fondo, de EEUU y representante directo del presidente Donald Trump.

Durante la tarde del martes, tanto la Casa Rosada como el Palacio de Hacienda enfatizaron que la relación de la Argentina es institucional con el FMI y no solo con Lagarde. Esto como contracara a la sorpresa que provocó la noticia en la administración Cambiemos. Es que hace pocos días, tanto el presidente Mauricio Macri como el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se encontraron con Lagarde en Osaka, Japón, por la cumbre del G-20 y la ahora ex número uno del organismo no les adelantó nada.

Las fuentes oficiales destacaron, además, que el stand by que firmó la Argentina fue aprobado por el conjunto del Board del FMI, que representa a todos los países miembros.

También resaltaron la relación con la misión del FMI que monitorea el caso argentino y que encabeza el economista italiano Roberto Cardarelli. En el gobierno consideraron de la máxima importancia esa relación ya que de ella dependen los informes oficiales que son elevados al Board para su aprobación.

Al respecto, trascendió que el Board aun no recibió el informe de Cardarelli con sus conclusiones técnicas tras la última visita de la misión, que concluyó el 17 de mayo. Existe un sustancial retraso en el proceso de otorgamiento de ese tramo del stand by, calculado en unos 7000 millones de dólares.

En el gobierno también minimizaron el recambio en la cúpula del FMI. Aseguraron que la salida de Lagarde y el ingreso de Lipton no alterará la relación del país con el organismo. Lipton jugó un papel destacado en la flexibilización de las reglas del FMI, al permitir que la Argentina venda sus reservas en caso de una corrida cambiaria, anuncio que derivó en un nuevo momento de estabilidad cambiaria desde mayo.

Desde esa perspectiva, la figura de Lipton sería más necesaria para el sostenimiento de la paz cambiaria argentina que la de Lagarde.

Con todo, la salida de Lagarde se produce en momentos en que en la Argentina se inicia la campaña electoral, lo que con seguridad promoverá cierta corrida entre los especuladores e inversores. Al concentrar el poder de decisión sobre la Argentina, Lipton se convierte en el hombre fuerte de quién podría depender, en definitiva, la supervivencia electoral de Macri.