“El Fondo de Cultura Económica (FCE) que supo construir su propia república de lectores, debe ahora, cuando se cierne un panorama oscuro sobre el mercado editorial, hacerse las mejores preguntas sobre el destino del FCE en Argentina y en el resto de Latinoamérica: ¿Qué y para qué editar? ¿Cómo preservar con ediciones propias el camino ilustrado del FCE ampliándose a una ilustración popular?” Las palabras corresponden al Horacio González, actual director de la filial local de la editorial mencionada y las pronunció en el marco de la mesa “Hacia los 75 años de Fondo de Cultura Económica en Argentina. Rememoración y nuevos interrogantes” que también integraron Daniel Divinsky, Alberto Díaz, Alejandro Dujovne, Néstor González, Noé Jitrik, Adriana Puiggrós y Horacio Zabaljáuregui. El encuentro se realizó el viernes 12 en la Librería Arnaldo Orfila Reynal del FCE.

Desde hace ocho meses, el FCE, cuya casa central está en México y, no edita en Argentina como consecuencia de la profunda crisis económica que atraviesa el país y que castiga severamente a casi todos los sectores, incluido el sector editorial que ha visto sensiblemente disminuida su producción.

El editor Divinsky recordó que los libros del Fondo que marcaron su vida y elogió la fortaleza de un catálogo construido a lo largo de los años con una distribución de dimensiones hispanoamericanas, y dijo que ahora “el problema es cómo convencer a México –que libere los fondos necesarios para reeditar y publicar novedades en Argentina”.

Por su parte, Dujovne, sociólogo, puso el foco en la relevancia y el prestigio del catálogo, adelantando los resultados de una investigación propia sobre qué se lee en el campo de las ciencias humanas en Argentina.   En su relevamiento FCE es la editorial que más veces aparece en los trabajos de doctorado, lo que pone en evidencia que “lo que propone Fondo es interesante para sostener repertorios intelectuales”.  Agregó que la editorial tiene una reputación que ha sido construida en el tiempo y que requiere una administración inteligente, como la que supo gestionar Arnaldo Orfila Reynal.

También Alberto Díaz, Néstor González y Noé Jitrik coincidieron en la importancia del catálogo del FCE y en la necesidad de volver a poner en marcha la edición en Argentina.

Adriana Puiggrós hizo foco en la “la importancia de que en un momento como el presente los libros del Fondo se pongan nuevamente en movimiento. Se trata, simbólicamente –dijo- de la lucha del libro en todos sus soportes posibles contra convertir la cultura en simples formularios digitales a ser rellenados.» 

Horacio Zabaljáuregui, gerente comercial de Fondo de Cultura Argentina durante más de dos décadas destacó el rol de esta filial, que en 2020 cumplirá 75 años, “como productora de contenidos para el grupo Fondo”. Y sostuvo que si bien coincide con la nueva dirección que ha llegado al Fondo en México, dirigida por Paco Ignacio Taibo II, en la “necesidad de desmalezar un catálogo que en los últimos tiempos alternó obras valiosas con otras que respondieron a compromisos institucionales, favores de la política, etc., etc”, hay que recalcar que “fue el compromiso de difundir la producción de nuestra casa matriz, política de años, la que llenó los depósitos con libros de escaso interés para los mercados de las filiales”. En particular, el Fondo de Cultura Económica en Argentina publicó entre 2003 y 2018, 412 novedades y 578 reimpresiones, casi 3.5 millones de libros (entre ellos, casi 1.200.000 de libros para niños que fueron ventas institucionales durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner); casi el 45 por ciento de esas novedades fueron traducciones y de las reimpresiones la mitad corresponden a títulos del programa local. Casi 800 mil se exportaron a México y al resto de las casas. Tras brindar estos datos, Zabaljáuregui se dirigió directamente a los colegas de México: “trabajamos para relanzar la editorial tratando de subsanar los problemas estructurales que nos permitan una operación eficiente. Necesitamos retomar nuestro plan de reimpresiones y darle continuidad al plan editorial. Esta crisis solo se resuelve retomando la producción, contando con producto para reposicionarnos en el canal comercial. No paralizando el programa”. Y concluyó: “en Fondo de Argentina creemos fervientemente y alentamos que el país que venga después de octubre sea propicio para que esta casa llegue a sus 75 años como en 1945, cuando hizo realidad la consigna bajo la que se presentó el proyecto de ley para la creación del Instituto Nacional del Libro: con libros hay futuro”.