La niña afgana, tomada en 1984 a una refugiada, es una de las fotografías más famosas del mundo. Fue publicada en el Nacional Geographic y su autor es Steve McCurry, el fotógrafo para el que no existen las fronteras. De hecho, hoy inaugura una muestra de 100 de trabajos de su archivo personal en el Centro Cultural Borges que tiene por nombre, precisamente, Sin fronteras.

Lo más novedoso de la exposición es que esta vez sus imágenes no se centran en Asia y Medio Oriente, sino en el continente americano. La curadora de la muestra es Virginia Fabri quien ya ofició de curadora de su obra en 2009 y que lo considera el gran maestro del color. Sus imágenes, le dice a Télam, «retratan la vida cotidiana, los desastres naturales y los provocados por el hombre y la religión. Es un fascinado por la vida cotidiana que se manifiesta principalmente en las calles, al aire libre, elemento que lo atrae en profundidad. Su deseo íntimo es el de retratar aspectos culturales que en el tiempo se van extinguiendo».
Fabri le indicó también que la exposición del Borges pone de relieve «la compleja situación de los refugiados y los migrantes» y que la muestra reúne «imágenes de la vida cotidiana, retratos, escenas de las secuelas del dramático 11 de septiembre y una selección de fotografías en blanco y negro del comienzo de la carrera de McCurry, cuando tomó imágenes de la invasión rusa en Afganistán, que fueron publicadas en el New York Times y en importantes medios del mundo». También indicó que McCurry pasó por todos los registros de la fotografía. Fue «reportero de guerra, fotodocumentalista y narrador de historias».

Para la exposición en Buenos Aires, su curadora aclara que «se buscaron imágenes de países poco frecuentados por él, como los Estados Unidos, su lugar de nacimiento, y América Latina, donde su visión parece ser distinta» y que «se ven escenas tomadas en Brasil para el legendario Calendario Pirelli y otras tomadas por encargo de Lavazza en plantaciones de café en países como Colombia u Honduras, complementadas con fotografías de Asia, África y Medio Oriente. Las imágenes están mezcladas: conviven tibetanos con paraguayos, norteamericanos o hindúes, tal como sucede en la vida misma, en una era marcada por las migraciones entre países».

Según lo indica el National Geographic, Steve McCurry nació en Filadelfia y se graduó cum laude en la Universidad Estatal de las Artes y Arquitectura de Pensilvania. Tras trabajar durante dos años en un periódico, se fue a India como fotógrafo freelance. Ahí aprendió a observar y esperar. Según sus propias palabras, “si eres paciente, la gente olvida tu cámara y deja aflorar su alma”. Su carrera alcanzó un punto decisivo cuando, vestido con ropas tradicionales, cruzó la frontera pakistaní y entró en territorio afgano controlado por los rebeldes, justo antes de la invasión soviética. Cuando salió, tenía rollos de película cosidos a su ropa con imágenes que darían la vuelta al mundo como las primeras que mostraron el conflicto. Este trabajo le hizo ganar la medalla de oro de Robert Capa al mejor reportaje fotográfico del extranjero, premio dedicado a los fotógrafos que muestran un valor e iniciativa excepcionales.