Francia dejó en el aire este martes si ratificará el acuerdo comercial alcanzado el viernes entre la Unión Europea y el Mercosur tras 20 años de negociaciones, afirmando que «por ahora no está preparada» para hacerlo.

«Vamos a mirarlo con detalle y, en función, de estos detalles se va a decidir», declaró la portavoz del gobierno francés, Sibeth Ndiaye, en una entrevista con la cadena de noticias BFM, tras la fría acogida en el país, sobre todo entre agricultores y ecologistas, de este pacto histórico.

«No puedo decirles que vamos hoy a ratificar el Mercosur (…) Francia no está por ahora preparada a ratificarlo», aseveró Ndiaye, añadiendo que París pedirá «garantías» a los países del bloque sudamericano (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), sin decir exactamente cuáles.

Francia ha sido uno de los países más reacios a este acuerdo porque teme que su sector agrícola se vea afectado por la llegada masiva de productos sudamericanos, sobre todo azúcar y carne bovina.

Con el acuerdo, Mercosur podrá exportar a la UE unas 99.000 toneladas de carne de ternera con un tipo preferencial de 7,5%, lo que debilitará la posición de los ganaderos europeos.

En Francia, ese sector, muy dependiente de las subvenciones europeas, considera que no lograrán competir con las «fábricas de carne» latinoamericanas.

Y más aún teniendo en cuenta las diferencias en las prácticas de ambos continentes, que no les favorece: mientras que en la UE cada vez hay más normas medioambientales, en América se usan antibióticos como hormonas del crecimiento y soja modificada genéticamente.

 ‘Desmenuzar el acuerdo’

En la misma línea que Ndiaye, el ministro francés de Transición Ecológica, François de Rugy, condicionó la ratificación del acuerdo con el Mercosur a la aplicación por parte de Brasil de sus compromisos medioambientales, sobre todo en cuanto a la lucha contra la deforestación en la Amazonía.

«La nueva Comisión Europea y sobre todo la nueva mayoría en el Parlamento Europea tendrá que desmenuzar este acuerdo antes de ratificarlo», apuntó.

El presidente francés, Emmanuel Macron, se había congratulado el sábado por la conclusión de este acuerdo «que va en la buena dirección», pero añadió que estaría «muy atento» en cuanto a su aplicación.

Señaló además su intención de «poner en marcha una evaluación independiente» de este pacto.

Para tranquilizar a los agricultores franceses, que denuncian un acuerdo inaceptable, la portavoz del gobierno francés recordó que habrá una «cláusula de salvaguardia» que «permita decidir el cese de las importaciones en sectores frágiles si se produce una clara desestabilización de estos sectores».

El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, prometió además una «ayuda financiera» de hasta 1.000 millones de euros «en caso de perturbación del mercado».

El documento acordado el viernes entre la Comisión Europea y los países del Mercosur tendrá que ser convertido en un verdadero texto jurídico, lo que tomará varios meses, antes de ser sometido a la aprobación de los Estados miembros en el marco del Consejo de la UE, la institución de los representa.

A partir de ese momento la UE lo podrá firmar de manera oficial, a la espera de la votación en el Parlamento Europeo que conducirá a su entrada en vigor provisional.

A continuación, cada Estado miembro tendrá que aprobar el texto, lo que significa que pasará en la mayoría de los casos por los parlamentos nacionales, en los que habrá que debatirlo.